Más Información
Trump suspende aranceles a Colombia tras acuerdo migratorio; país acepta términos de EU sobre repatriaciones
Líder de Cámara de Representantes en EU pide “a todas las naciones estar alerta”; advierte sanciones si no aceptan deportados
Ante llamado de Petro, Xiomara Castro convoca a reunión urgente de la Celac; fija fecha del encuentro para el 30 de enero
Magistrada Mónica Soto propone sustituir al Comité de Evaluación del PJ; plantea someter a insaculación a aspirantes elegibles
Super Bowl LIX: Kansas City Chiefs y Philadelphia Eagles definirán al campeón; ¿Cuándo y dónde será? Todo lo que debes saber
A una semana del arribo, otra vez, de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, migrantes en distintas ciudades de la Unión Americana expresan diversas emociones que van desde el temor de ser detenidos en redadas y deportados a México, o que piensan que sólo hay amarillismo y fake news de youtuberos y noticieros.
En Brooklyn, Nueva York, la vida va en medio de food trucks de comida mexicana, puestos de elotes, arepas, flores y artesanías, así como vallenatos en la estación del subterráneo, repartidores de aplicación nacidos México que viajan en bicicleta para entregar paquetes y comida.
Francisco Ramírez, albañil nacido en la Ciudad de México, radicado desde hace tres décadas en Nueva York, prefiere no comentar sobre estatus migratorio y se limita a decir: “Todos somos legales en este planeta”, y acusa una campaña de desinformación en medios y redes sociales para causar temor a los migrantes.
“Tengo 32 años en Estados Unidos hablando de la migra, de deportaciones, pero Trump regresará a México a quienes tiene un récord criminal, a los que andan delinquiendo, a los que manejan borrachos o golpean a sus mujeres. No le interesa el mexicano que construye o repara casas, el migrante cosecha alimentos o cuida niños y ancianos”, dice a EL UNIVERSAL.
En Tampa, Florida, el hidalguense Virginio Paloma Ramírez asegura que no se han realizado redadas, ni deportaciones masivas, pero “sí hay mucho temor por amarillos con que se está manejando la información en los medios de comunicación”.
El también presidente del Consejo Mexicano de la Bahía de Tampa, expone que muchos migrantes mexicanos le han llamado para conocer la situación, “pero hasta el momento no hemos sabido de alguna redada o de deportaciones masivas”.
Dice que esta situación de fake news, de desinformación y falta de asesoría incluso en los propios consulados mexicanos, ha provocado que en esta primera semana del gobierno de Trump, muchos inmigrantes con situación migratoria en proceso o sin concluir, estén optando por no salir a las calles o a trabajar.
“Lo que está ocurriendo, pero que ya pasaba desde antes de Trump, es que en caso de algún migrante que no tiene un estatus regular es detenido por infracciones de tránsito, de forma inmediata es remitido por la policía local al ICE para procesar su deportación”, apunta el también activista.
“Nos reunimos con un grupos de migrantes mexicanos y centroamericanos para analizar la situación que se está viviendo y coincidimos en que al final el hambre y la necesidad es mucho más fuerte que el miedo”, dice el originario de Ixmiquilpan y quien fue candidato a diputado federal migrante en las pasadas elecciones en México.
En Chicago, el presidente del Frente Nacional de Migrantes, Carlos Arango, señala que “hasta el momento no hay redadas masivas en esa ciudad, pero sí algunas detenciones aisladas, selectivas del ICE a personas con antecedentes penales, con algunos pendientes con la ley, en ocasiones infracciones de tránsito o delitos menores”.
Comenta que se ha dicho que habrá redadas en escuelas, en iglesias, en fábricas, pero eso sería ilegal y tendría un alto costo para el gobierno de Donald Trump por las implicaciones legales, sociales y económicas.
“No se puede vivir siempre con temor. Esa situación del miedo se tendrá que ir matizando hasta desaparecer. Yo les digo a los migrantes mexicanos que realicen sus actividades con precaución, pero tienen que salir a trabajar para mantener a sus familias y a la economía de Chicago y del país”, concluye.