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No poder respirar, severo ardor en los ojos y la piel, y quemazón en la garganta, fueron las sensaciones que provocó una nube de gas que envolvió a mujeres que trataron de tirar el "muro de paz" , en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Periodistas que cubrieron la manifestación también se vieron afectadas. Seis reporteras nos dan su testimonio.
La tarde de este lunes, durante la marcha por el 8M , mujeres llegaron a la plancha del Zócalo capitalino en donde el Palacio Nacional estaba resguardado por un muro metálico; sin embargo, las manifestantes lograron derribar seis vallas y ante la amenaza de que derribaran más, omenzaron a ser replegadas con gases.
Periodistas que cubrieron la marcha feminista explican cómo les afectó el gas que lanzaron elementos de la Policía capitalina.
Diana Lastiri,
reportera de EL UNIVERSAL , narra que a penas empezabas a respirar el gas y “raspaba primero en la garganta, pero cuando menos te dabas cuenta ya no podías abrir los ojos, no podías respirar y empezabas a toser”.
Señala que la primera vez que lo percibió fue cuando las manifestantes trataron de tirar la valla en la esquina de Palacio Nacional y la calle Moneda, y vieron como, de adentro del muro, les aventaron químico con el extintor. “Vimos como salió el humo verde”.
“Nos bajamos el cubrebocas, intentando recuperar el aire, pero resultó peor porque ya entraba de lleno y lo sentías hasta el pecho. Lo peor es que como te lloran los ojos y por acto de reflejo los cierras, a la hora que quieres correr todo lo haces a ciegas porque de verdad no hay modo de abrirlos sin que sientas que te queman... empecé a escupir porque ya quería quitarme la sensación de ardor en la garganta.
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“Me empecé a asfixiar y una compañera de Radio Fórmula me ayudó a buscar mi inhalador; las policías nos resguardaron porque las chicas empezaron a soltar golpes para todos lados y nosotras estábamos en el piso. Las policías hicieron como ‘cadenita’ para rodear a las reporteras y una se agachó para ayudarme y decirme qué hacer y cómo respirar.
“Hoy todavía me duele la cabeza, los ojos me siguen ardiendo, los tengo muy hinchados; tenía ardor en la garganta, pero ese ya se me quitó ahorita”, comenta.
Atenea Campuzano
, videoreportera de EL UNIVERSAL, señala que la cobertura transcurría normal cerca de las vallas que protegían al Palacio Nacional, en donde algunas chicas encapuchadas golpeaban las vallas para tirarlas y poco después las mujeres comenzaron a correr envueltas en una nube de humo.
“Ahí fue que lo sentimos (el gas). Pese a que teníamos el cubrebocas y en mi caso uso lentes, el humo se coló. Sentí el ardor en mis mejillas, en mis ojos, pero cuando caí en la cuenta el gas lacrimógeno nos había envuelto y ya nos estaba afectando, mi garganta comenzó a cerrarse.
“No podía respirar pues me quemaba. Unos segundos me invadió el pánico. Sentí que me ahogaba y con cada intento de respirar más me consumía el ardor. La piel se me cocía. Recordamos que teníamos una Coca y nos la salpicamos en el rostro, en los ojos y en la piel. La sensación en la piel y la garganta fue lo peor.
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“Entre la multitud no sabíamos qué hacer. No podíamos ver. Demoramos casi 20 minutos en recobrar la compostura. Sin embargo, la piel dejó de arder como tres horas después y los ojos aún siguen sensibles por el gas”, narra.
Con Ciro Gómez Leyva, la reportera de Grupo Fórmula, Miriam Moreno , señaló que el gas que se utilizó para dispersar a las manifestantes en Plaza de la Constitución y Palacio Nacional fue diferente al que usaron en Metro Hidalgo.
Cuestionó al subsecretario de Gobierno de la Ciudad, Efraín Morales , sobre qué, de la sustancia que utilizan, causa “severo ardor en los ojos, ardor en la piel, quemazón en la garganta, principalmente, y una sensación de falta de aire”.
“No fuimos tres reporteras, fueron cientos de mujeres y personas que estábamos en Plaza de la Constitución, sintiendo exactamente lo mismo por los gases o sustancias que se estaban lanzando”, comentó.
En tanto, la reportera Lourdes Munguía , de Radio Fórmula, señaló que cada vez que rociaban el gas, los ojos de las manifestantes se enrojecían, lloraban y picaban, incluso alguna mujeres entraban en crisis y vomitaban.
“Cuando caían los gases, lo que hacíamos era alejarnos, nos teníamos que hincar para no sentir el gas. Hubo un gas que me pegó más, me tuvieron que echar agua. Yo tenía lo ojos cerrados, porque no podía ver y me pusieron agua con bicarbonato. Esa imagen la vimos una y otra vez cada que se sentía la presencia de este gas lacrimógeno“, narró con Gómez Leyva.
Por su parte, Andrea Meraz , también de Radio Fórmula, explicó que en varias ocasiones respiró el gas que fue lanzado para contener a las manifestantes: "no fue solamente un momento, fueron cinco veces en las que me cayó el gas".
Tras haber inhalado este humo, Andrea describió que durante la manifestación tenía los ojos irritados e incluso se tuvo que retirar el cubrebocas para respirar por la boca. "Hasta este martes aún permanece el dolor en la garganta", narró.
A pesar de no tener claro quiénes aventaron los gases, aseguró que ella no vio a las manifestantes lanzar este humo, por lo que dedujo que las y los policías fueron quienes lo aventaron al intentar defenderse. "En cuanto lanzaban estos gases, todas nos empezábamos a replegar o agachar, no lo visualicé", sotuvo.
También reconoció que las inconformes provocaron a los policías que estaban resguardando las vallas de Palacio Nacional : "les intentaron prender fuego y pegar a martillazos".
A comparación de otras marchas, aseguró, hubo más fuerza de los policías que estaban vigilando los edificios del Zócalo capitalino. "La violencia fue en ambos grupos. Se repelió mal a las feministas, lo hicieron mal en esta ocasión, dimos diez pasos atrás", afirmó.
Para la reportera, las vallas colocadas para contener a las manifestantes provocaron más violencia, "se tomó como un signo de provocación".
Al respecto, Alejandra Crail , reportera de Emeequis, detalló que en el transcurso de la marcha inhaló en cuatro ocasiones este químico, el cual le provocó lagrimeo, ardor en los ojos, dificultad para respirar, picor en la nariz y garganta, así como náuseas.
Los primeros gases que rocearon los policías, detalló, solo ocasionaron picor en la nariz, sin embargo, cuando fueron derribadas las primeras vallas frente a Palacio Nacional, los uniformados lanzaron un gas "blanco-verdoso" que dejó sin respirar a la periodista y a las manifestantes.
"No voy a volver a respirar, ya valió", pensó Alejandra durante la agresión y explicó que vivió un momento de mucha desesperación.
Gracias a que una integrante de un colectivo le "echó un líquido en la cara", dejó de sentir que la piel le quemaba. No obstante, a su alrededor había varias mujeres recostadas sobre la plaza de la Constitución para ser auxilidas, al no poder respirar.
"Fue un gaseo muy constante, yo estaba a la altura del asta Bandera y hasta ahí nos llegó la sensación de ardor. Había niños pequeños con mamás en ese momento", expresó.
Sobre las vallas colocadas para resguardar los recintos de este lugar, Alejandra Crail destacó que varias chicas, más allá de interpretarlo como "un muro de paz", lo vieron con enojo y provocación: "fue muy notoria esa división, esa barrera que se puso fue para cerrar el diálogo".
No se usó gas pimienta: Sheinbaum
Pese a que asistentes a la marcha del 8M en la Ciudad de México aseguraron que la policía capitalina utilizó gas lacrimógeno e incluso balas de goma para dispersar la manifestación, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró que es falso y solo se utilizaron extintores.
“La Policía de la Ciudad de México no usa balas de goma, no tiene ni siquiera los aditamentos para usarlas, y tampoco se usó gas pimienta. Lo que sí utilizaron fueron extinguidores que, sobre todo las mujeres policías tienen, pues porque ustedes vieron las escenas de cómo inclusive buscaron prenderles fuego”, dijo.
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La jefa de Gobierno informó que, tras la detención de cuatro fotógrafas en las instalaciones de la estación del Metro Hidalgo, durante la marcha del 8M, ella fue la que solicitó la sustitución de los mandos que participaron y del mismo director general de la Policía Bancaria e Industrial , José Arturo Blanco Hernández.
hm/ml