Entre ramas, escombros y hojas secas, familias buscadoras acompañaron a Jaqueline Palmeros para encontrar los restos de su hija Jael Monserrat, desaparecida en 2020 en Iztapalapa. Este es el segundo día de intensa jornada, aunque lleva así más de cuatro años: sin recursos y con la indiferencia de autoridades que delegan toda la responsabilidad a madres, organizaciones y voluntarios.
“Me siento esperanzada al ver que tantos solidarios y familias han venido a acompañarme. Hubo falta de empatía por parte de las instituciones el día de ayer, hoy los veo más movidos, pero nos damos cuenta que la Ciudad de México no tiene la capacidad para atender un llamado de urgencia. O en estos casos, no tienen el personal suficiente de células de búsqueda de las instituciones que nos acompañan”, comenta Jaqueline Palmeros en entrevista con EL UNIVERSAL.
Desde las 06:15 horas, decenas de personas se reunieron para ayudar en la búsqueda: llevaron herramientas y optimismo. Aunque la tristeza se percibe, pues faltan Monse y cientos de personas más que desaparecieron de manera forzada en el Ajusco, en ese camino donde no hay vigilancia y ningún grito de auxilio puede ser escuchado.
En noviembre de 2024, Jaqueline encontró restos humanos en ese lugar y el 17 de enero le confirmaron que eran de su hija.
“Me siento adolorida, triste, porque ninguna madre tendría que venir a recoger así los restos de su hijo. Las autoridades siguen siendo omisas, negligentes y siguen ignorando los llamados que venimos haciéndoles las familias desde hace años. Están en la zona de confort de que las familias salimos a buscar, pero no entienden que nosotros lo hacemos por una necesidad. Y ellos están recibiendo un sueldo por lo que deberían de hacer y buscar”.
Al llegar al punto de encuentro, los voluntarios y madres buscadoras se coordinan con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), la comisión local, bomberos, rescatistas, policías de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR), elementos de Marina, de servicios periciales y hasta periodistas. Así, más de 100 personas buscan los restos de Monse.
“No hay personal suficiente en la Comisión de Búsqueda, en la Fiscalía, no hay antropólogos suficientes. Y eso nos deja un amargo sabor de boca, porque no sólo es Monse, hay más de 5 mil 800 desaparecidos en la Ciudad de México. Y hoy gritamos por Monse, pero gritamos por todos y todas las demás.
“Es un claro ejemplo de la falta de coordinación y de herramientas humanas y materiales para poder llevar a cabo una búsqueda emergente”, lamentó la madre buscadora y activista.
Primero se realiza una ceremonia religiosa para pedir por la localización de las víctimas. Luego se delimitan los polígonos para que madres buscadoras y expertos de la CNB escarben, desmonten y retiren basura del área. Después, bomberos y personal de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) talan árboles y retiran escombros, mientras que los demás llenan cubetas con posibles restos óseos, ropa y pertenencias. Pero no todo es eficiente, ya que algunos elementos sólo observan y no ayudan a las buscadoras.
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“Hay muchas instituciones paradas sin hacer nada. Y se supone que aquí venimos a trabajar, a coordinarnos, a sumar. Esa es la parte de las familias que siempre hemos visto mal por parte de las instituciones y que nos duele. Es una coordinación multidisciplinaria la que hace falta para que podamos llevar a más personas a su casa. Mientras ellos no tengan talleres de esto, de búsqueda, de la ley general, de protocolos y una sensibilización, no van a poder, no van a poder con esta situación”, refirió Palmeros.
Con cribas de manera y metal, varias personas filtran los escombros y encuentran huesos, aunque ninguno dio positivo a restos humanos. Con sus manos, las buscadoras revuelven todos los desechos con la esperanza de regresar a Monse a casa, a Monse y a muchos más. Hay personas de todas las edades, concentradas y con el mismo objetivo, a pesar de la falta de empatía por parte de algunas autoridades.
“Tuvimos junta la semana pasada con la jefa de Gobierno, con fiscalía, con el secretario de Gobierno. Se comprometieron a mandar todo, todo el apoyo humanitario y material necesario, no lo hubo.
“Ellos son los principales que tendrían que estar aquí para darse cuenta cómo es realmente la búsqueda y qué es lo que hace falta. Hablan de una estrategia, hacer una estrategia de búsqueda. ¿Cómo la van a hacer? ¿Desde dónde piensan coordinarse o cómo piensan coordinarse? ”, cuestionó la buscadora.
A pesar del frío de la mañana y luego los fuertes rayos del sol al mediodía, todos los voluntarios buscan por más de seis horas. Hoy también se reunirán, hasta tener resultados positivos, en el mismo kilómetro 32 de la carretera Picacho-Ajusco de la alcaldía Tlalpan.
Al finalizar la jornada, antropólogos de la fiscalía, comisiones de búsqueda y voluntarios confirmaron que ningún resto es humano y los mostraron a todas las familias, al igual que la ropa y credenciales que encontraron, en caso de que pertenezca a alguien conocido. Por último, la madre de Monserrat agradeció a todos los asistentes “porque lo más valioso en la vida de una persona es el tiempo”.