Migrantes que provienen de Centro y Sudamérica aseguraron a EL UNIVERSAL que en ningún momento alguna dependencia les ofreció apoyo de un plan oficial al arribar a las entidades de la frontera sur, donde opera el Programa de Emergencia Social o Natural (PESN).
Este diario visitó un campamento en las inmediaciones del Metro Candelaria, en el que decenas de personas en movilidad encuentran cobijo, mientras esperan su trámite en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o buscan un trabajo para continuar su camino hacia el sueño americano.
Sin embargo, el espacio se encuentra en condiciones de hacinamiento, sin acceso a agua o baños y servicio médico; ante las condiciones de insalubridad, los niños se enferman de manera constante del estómago.
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En entrevista con este diario, Jorge Mario, oriundo de Guatemala, quien tiene 43 años y un problema motriz, señaló que ninguna dependencia de gobierno o algún servidor público les ofreció algún apoyo social durante su trayecto en México. Al contrario, reciben ayuda por parte de los ciudadanos y de la Iglesia católica.
“No, en ningún momento me ofrecieron apoyo, allá abajo no se puede hacer la cita, sólo de aquí en la Ciudad de México hacia arriba, es un riesgo, por eso la meta de todos es llegar acá, podemos bajar la aplicación, el sitio te dice que puedes pedir la cita en la ciudad, las autoridades saben, nos la ponen complicada”, comparte Jorge Mario.
En este momento, se halla en espera de su cita en la Comar, dependencia que suspendió sus servicios hasta nuevo aviso, por lo que aguarda desde hace un mes, en una plaza en las inmediaciones del Metro Candelaria. Ahí decenas de migrantes se establecieron en casas de campaña, con pedazos de madera acondicionaron su estancia y algunos ofertan comida, cortes de cabello, colocan uñas acrílicas, recargan celulares y venden golosinas.
Jorge Mario denuncia que servidores del Instituto Nacional de Migración (INM) no respetan los derechos de las personas en movilidad; “me ha perseguido, no nos dejan el libre tránsito, somos extorsionados en el camino por autoridades, sabemos que hacen su trabajo, también somos seres humanos”, insistió.
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La señora Claudia, oriunda de Colombia, refiere que nunca le ofrecieron el apoyo de un programa social; “el gobierno no, los vecinos nos han apoyado, Migración no ofrece nada, nos andan cazando como si fuéramos perros, de lo más horrible”, expresó.
Explicó que llegó hace un mes a México, los vecinos y la población la han tratado bien, pero los servidores de Migración no. “Migración está dejando a su país en lo más bajo que pueda haber.”
Ante la espera en nuestro país del sueño americano, cuida a los niños que se encuentran en el campamento migrante.
Ibrahim, quien tiene 28 años y es originario de Venezuela, compartió que no le han ofrecido el apoyo de un programa social desde su llegada al país en noviembre de 2023.
“No recibí nada por parte del gobierno”, contestó el joven.
El migrante venezolano trabaja en la plaza de la Candelaria y brinda sus servicios como barbero, ya que en su país también se dedicaba a este oficio desde hace 13 años. Espera cumplir el sueño americano junto a su esposa e hija, que también se encuentran en el país.
De manera anónima, varios venezolanos recalcaron que nunca recibieron ayuda económica por parte del gobierno federal; al contrario, denunciaron que fueron extorsionados por personal de Migración, lo que dificultó su trayecto hacia la Ciudad de México por la falta de dinero.
Dijeron que debido a la situación que vive su país, el dinero que ofrecen de apoyo a los migrantes, en caso de recibirlo, no alcanzaría para vivir de forma digna en Venezuela.
En tanto, los migrantes aguardan bajo el cobijo de las calles de la alcaldía Venustiano Carranza.