Señor Director:
Con referencia a la columna de Salvador García Soto, publicada ayer jueves 15 de julio, en la que se especula mi supuesta participación en la posesión y difusión de videos que han atraído la atención de la opinión pública, subrayo lo siguiente:
Rechazo categóricamente tener o haber tenido alguna participación directa o indirecta en la obtención, posesión y difusión de esos videos.
No ejerzo la política desde la oscuridad ni con perversidad. Soy un convencido del debate, la crítica y la competencia basada en estrictos principios democráticos, por lo que deploro a quien comete golpes bajos como la difusión anónima de dichos videos.
Enfrento con verticalidad y honor las causas penales interpuestas en mi contra. A la posible intencionalidad política de esos procedimientos he respondido con argumentos y pruebas, nunca con maniobras por debajo de la mesa.
Además, niego categóricamente la supuesta relación de negocios con Bernardo Pasquel y la empresa Acciona Energía, como también la existencia de las propiedades a las que hace referencia la columna.
Rechazo a quienes con filtraciones no sólo difaman, sino buscan confrontar políticamente y confundir a la opinión pública.
Francisco García Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas
Señor Director:
El columnista Salvador García Soto sugiere que tuve o tengo alguna intervención en la posesión y difusión de videos que recientemente han sido conocidos por la opinión pública.
La especulación, inventada o inducida, además de absolutamente falsa, es ridícula. Nunca he tenido conocimiento, acceso o he participado en forma alguna en la existencia y difusión de esos videos, como mañosamente se pretende hacer creer.
No necesito defender mi nombre o reputación con ataques personales. Este tipo de reflejos no está en mi código de ética. Ni siquiera como defensa política.
Estoy tentado a suponer que la fuente aludida pretende forzadamente adscribirme a la lista de enemigos del presidente. Algún motivo personal habrá detrás. Sería bueno que en lugar de fabricar insidias, se dedicaran a trabajar.
Roberto Gil Zuarth