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Más de 500 despidos de trabajadores de la institución, acusaciones de nepotismo y una reducción de 14.9% en las recomendaciones con respecto a las de su antecesor, Luis Raúl González Pérez , son los saldos de Rosario Piedra Ibarra tras poco más de dos años al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Para expertos en materia de derechos humanos, la gestión de Piedra Ibarra se ha caracterizado por falta de apoyo a las víctimas, por acciones que llevan al desmantelamiento de la CNDH y por decisiones ajenas a la autonomía de la institución -como la reactivación de la investigación del caso Ayotzinapa , expediente cerrado y que dio la recomendación más amplia en la historia del país- sin contrapesos.
En casi dos años que no operó el Consejo Consultivo -órgano interno que avala o no las decisiones de l la ombudsperson y xcuyos integrantes deben ser designados por el Senado- Piedra Ibarra pudo modificar el reglamento de la institución, realizar nuevos nombramientos, así como crear nuevas oficinas y reabrir expedientes.
Cifras de los Informes Anuales de Actividades de la CNDH, detallanque en 2020, primer año de Piedra Ibarra al frente de la CNDH, el organismo hizo 103 recomendaciones de las cuales 90 fueron particulares, 11 por violaciones graves y dos generales, que representan una disminución del 14.9% respecto a las que se giraron durante el último año su antecesor. En 2021 el organismo sólo ha emitido 99 recomendaciones.
En el último año de gestión de González Pérez se giraron 121 recomendaciones, de las cuales 99 fueron particulares, 15 por violaciones graves a los derechos humanos y se emitieron siete 7 recomendaciones generales.
Durante la gestión de Piedra Ibarra se ordenó reabrir el expediente del caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, en septiembre de 2014, cuando ya era un expediente concluido y se habían determinado violaciones a los derechos humanos y se emitió una extensa recomendación, la 15 VG/2018, sobre esos hechos.
La recomendación que se emitió consta de más de un millón hojas y mil 255 tomos, se dirigió a 17 autoridades de los 3 niveles de gobierno, entre las que históricamente se incluye al Presidente de la República y en la que se formularon 128 puntos recomendatorios y 224 propuestas de investigación, entre los que destaca la remisión para análisis genético a la Universidad de Innsbruck de 114 restos óseos, que la Fiscalía Especial del Caso se ha negado a cumplir y que la CNDH ha rechazado exigir su cumplimiento.
La gestión de Piedra Ibarra ha ido de traspiés en traspiés. Trabajadores denunciaron que miembros y exmiebros del Comité Eureka, fundado por su madre Rosario Ibarra de Piedra, forman parte de la CNDH, así como algunos de sus familiares. Tal es el caso de Daniel Nájera Piedra, quien es su secretario particular o Erick Piedra Méndez, quien es jefe del departamento de Normatividad en la Comisión.
De manera paralela, de mil 700 trabajadores que existían antes de la llegada de Piedra Ibarra, han sido despedidos alrededor de 500, algunos con liquidaciones menores a las que establece la ley, sostienen a EL UNIVERSAL extrabajadores de la institución.
“Realmente se trabaja bajo un clima de presión y hostigamiento laboral en una institución que se supone defiende los derechos humanos. Recientemente, salió con una declaración de no parentesco para que el propio personal delate sus lazos familiares al interior de la Comisión”, expresa Edgar Sánchez, quien laboró para ese organismo durante más de 20 años.
Alejandra Ezeta Bagnis
, exdirectora de Comunicación Social de la Comisión, fue una de las primeras que salió del organismo. Francisco Estrada, secretario Ejecutivo de la institución le notificó su despido a través de un simple correo electrónico. Sin liquidación y sin explicaciones, fue cesada de ese cargo. Y por ello, mantiene una demanda ante la autoridad laboral.
“A mí me cesaron en julio del 2020 mandándome un correo por internet. Y a partir de ahí comenzaron a correr gente como locos. Había un chat interno que hicieron trabajadores de la CNDH, donde se difundían muchas quejas y descubrieron ese chat, por lo que corrieron a muchísimas personas sin liquidarlos. A gente que tenía más de 20 años, sólo le dieron una quincena. En la CNDH impera un régimen de terror”, comenta.
Sus encontronazos con grupos feministas, en septiembre de 2020, también generaron críticas y de reacciones adversas. Luego de que un grupo de madres de víctimas de feminicidio entraron a la fuerza y encontraron en la cocina de esa dependencia, ubicada en República de Cuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, diversos cortes de carnes gourmet. Cuestionaron la austeridad.
“La presidencia de Piedra en la CNDH está marcada por la falta de una verdadera defensa de las víctimas. Porque es evidente que está cumpliendo una agenda gubernamental, obedeciendo a intereses de poder y no a las de las víctimas”, sostiene Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante, en Saltillo, Coahuila, quien en 2019 aspiró al cargo de ombudsman nacional.
Y asegura que la presidenta de la Comisión es una “funcionaria de escritorio, que obedece a intereses políticos y ha mostrado un total y profundo desconocimiento de lo que significan los derechos humanos”.
En entrevista con EL UNIVERSAL , el expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del extinto Distrito Federal, Luis de la Barreda Solórzano, advierte que la gestión de Piedra Ibarra le recuerdan algunos versos de la popular canción “Cucurrucucú paloma”, que dicen: “Las piedras jamás paloma/Qué van a saber de amores” porque el organismo que debe garantizar el respeto a la dignidad humana, viola derechos humanos.
Externa que el papel de la Comisión “es absolutamente lamentable. Porque los organismos públicos de derechos humanos, no solamente la CNDH, sino también los organismos locales, han dado batallas muy importantes contra los abusos del poder, muchas de ellas exitosas. Y ahora todo eso está siendo aniquilado por la actual titular. Era inimaginable antes del nombramiento de la señora Piedra que la Comisión Nacional llegara a estos niveles”.
Califica como “triste” que la herencia del doctor Jorge Carpizo “esté siendo dilapidada y malograda de esta manera. Piedra no ha dicho una sola palabra sobre temas gravísimos, como la desaparición del Seguro Popular, la falta de medicamentos, cuya consecuencia más dramática son los faltantes de quimioterapias para los niños con cáncer.
“Tampoco se ha pronunciado sobre la agresión contra el CIDE, los embates contra la UNAM, de las calumnias que todos los días se profieren desde el púlpito presidencial, no ha dicho nada respecto a la desaparición de los fideicomisos, ni de la eliminación de las estancias infantiles que perjudicaron a miles de mujeres. Rosario Piedra ha sido completamente complaciente con todas las arbitrariedades que hemos visto de este gobierno”.
Para el exintegrante del Consejo Consultivo y activista en defensa de los derechos humanos, Michael W. Chamberlin, Rosario Piedra no sólo no da respuesta a las necesidades de las víctimas, sino que llegó a la CNDH para desmantelarlo. “La actuación de Piedra al frente de la Comisión es un signo más de lo que ha sido este gobierno, acabar con las instituciones”, señala.
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