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Lakhvir Singh Ortega, teniente de corbeta, ha salvado decenas de vidas en el cielo. Ella forma parte de la primera tripulación aérea femenina de la Secretaría de Marina (Semar), la cual realiza operaciones de ambulancia en beneficio de los elementos de su institución, población civil y personas heridas en desastres naturales.
El objetivo de esta tripulación es trasladar a hospitales de forma segura y rápida a personas que estén en riesgo de perder la vida. A pesar de que su centro de operación es la Ciudad de México, pueden desplazarse a cualquier parte del país si son requeridas.
El agrupamiento femenino la completan las tenientes Sofía Teresa Flores Vázquez, piloto aviador, y Susana Vásquez García, copiloto, además de la cabo Leslie Pineda Ortiz, técnico en electrónica de adhesión.
A bordo de un avión King Air 350, las mujeres son capaces de llegar a Veracruz, por ejemplo, en 30 minutos. Su nuevo trabajo las obliga a estar juntas durante casi todo el día, pues en cualquier momento pueden recibir una llamada de auxilio.
Lakhvir Singh, quien tiene estudios en Enfermería, es la responsable de que los pacientes trasladados en el avión lleguen estables a los hospitales donde serán atendidos.
La joven relata en entrevista con EL UNIVERSAL cuáles son los principales retos que enfrenta al cuidar a sus pacientes mientras vuelan a miles de metros de altura.
“Como enfermera brindo atención especializada a los pacientes en un ambiente hipobárico, donde hay factores que debemos considerar como los cambios de presiones barométricas, temperatura, humedad, fuerzas de aceleración y la misma fatiga que puede causarse en el paciente”, cuenta.
“El servicio de las ambulancias aéreas es necesario porque facilita el tras- lado de un paciente de un hospital a otro, por ejemplo al Hospital General de Alta Especialidad, donde reciben tratamientos avanzados, sobre todo beneficia a los pacientes que no pueden ser trasladados por vía terrestre debido a la distancia”, señala.
También comparte sus motivaciones para realizar su labor: “Desde pequeña me ha gustado mucho ayudar a las personas, ser servicial, me gusta saber que la gente está bien y con una sonrisa es suficiente”.
Sobre la oportunidad de participar en este primer equipo femenino expresa que “es un honor formar parte de la tripulación femenina y poder contribuir con nuestra labor como profesionista, así darle al mundo militar y naval una presencia para empoderar a las mujeres y se les dé el lugar que se merecen”.
Aunque ella y su equipo acumulan años de experiencia en misiones de ambulancia aérea, recientemente la Semar las presentó oficialmente como un equipo.
Avanzan en su inclusión
En noviembre de 2018, durante el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el vicealmirante Hilario Durán Tiburcio, jefe de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la Secretaría de Marina, dijo que las mujeres inscritas en esa dependencia apenas representan 17.5% de la población.
Detalló que son más de 11 mil mujeres las que realizan alguna actividad dentro de la institución, aunque menos de 10% están incorporadas a unidades operativas de aire, tierra y mar.
La teniente Sofía Flores, piloto aviador, describe lo que significa para ella abrirse camino en una institución militar, así como las complejidades de realizar labores de ambulancia aérea.
“Es un orgullo que la Armada de México nos brinde la oportunidad de demostrar que las mujeres también podemos, que tenemos ganas de salir adelante y que no importa cualquiera que sea tu sueño, siempre y cuando lo quieras alcanzar se hará posible”, indica.
Aunque la joven tiene años de experiencia por haber trabajado en ambulancias aéreas de equipos mixtos, asegura que todavía se continúa preparando, especialmente en la forma en la que debe manejar cada tipo de aeronave.
“Las consideraciones de vuelo varían según el paciente. Tenemos contacto con personal de sanidad y antes de salir debemos de tener en cuenta las condiciones de la persona atendida y que es lo que él requiere, porque cada uno tiene diferentes necesidades e incluso como seres humanos todos manejamos de diferente manera el dolor”, indica Flores Vázquez.
Respecto a este tema ejemplifica: “No es lo mismo llevar a un neonato que va en una incubadora, porque es más posible que entre en un estado grave. Incluso al saber que llevas a un niño debes concentrarte más en realizar tu trabajo y no desconcentrarte”.
Sofía Flores siempre está acompañada de su copiloto, la teniente Susana Vásquez García, quien explica que “mi labor es revisar todo lo que tiene que ver con la comunicación y navegación del avión, entre otras coordinaciones que se tienen que hacer al lugar que vamos. Todo se hace prácticamente sobre la aeronave”.
Con relación a su sentir por participar en la primera tripulación aérea femenina expone que “es un honor, un orgullo y más representando a mi institución”.
Para realizar su labor estas jóvenes no sólo se han preparado en la Armada de México, sino que algunas han tenido la oportunidad de viajar a Estados Unidos para seguir su capacitación.
Quien completa el equipo es la cabo Leslie Pineda Ortiz, técnico en electrónica de adhesión, quien es responsable de que el King Air 350 en el que vuela su equipo esté en las condiciones óptimas para emprender cada vuelo.
“Mi función es verificar que la aeronave se encuentre en buen estado, revisar e inspeccionar manualmente y visualmente, lo que se hace antes del vuelo. Principalmente se observa que la máquina tenga combustible”, comenta Pineda Ortiz.