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La primera marcha del 8M en la era Sheinbaum; 200 mil mujeres, las mismas consignas y menos policías

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“Siempre nos han visto como una mujer sexual, nos exotizan” cuenta Daniela Islas, una joven afromexicana, quien viajó desde Acapulco para asistir a su primera marcha del 8M.
Daniela es miembro de la colectiva Afrocaracolas: Saberes Itinerantes conformada por mujeres afromexicanas que hoy marcharon no solo por el machismo sino también por el racismo que se vive en México.
La colectiva está conformada por alrededor de 30 mujeres costeñas y bandeñas que lograron organizarse y viajar a la Ciudad de México para participar por primera vez en la marcha del Día Internacional de la Mujer.
Y aunque no todas pudieron asistir se portaron orgullosas de poder representar a la colectiva a la que pertenecen, ya que catalogaron su asistencia como "histórica".
Entre la consigna de “Que tiemblen los racistas que América Latina será todo afrofeminista” las mujeres partieron del Ángel de la Independencia entre música salsa y terminaron descalzas para estrenarse en el Zócalo capitalino.
Daniela declaró que en México existen muchas desigualdades que afectan aún más a las mujeres racializadas “siempre nos han visto como una mujer sexual, una mujer caliente”, señala.

Explica que las mujeres negras sufren otras violencias que las mujeres blancas y éstas están aún más ignoradas.
Entre sus exigencias está dejar de ser invisibilizadas y buscar la igualdad racial.
“Las violencias interseccionales a las que nos enfrentamos las mujeres afromexicanas es por ser mujer y ser negra, nuestra raíz y nuestra afrodecendencia”, detalla Monserrat Villanueva, también miembro de esta colectiva.
Indica que las mujeres afromexicanas llegan a ser discriminadas por su color de piel, su cuerpo e incluso su cabello.
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Pero enfatiza que no es una pelea entre mujeres blancas y negras, ya que la blanquitud no es un color de piel, sino un pensamiento que viene del colonialismo.
La colectiva Afrocaracolas señala que en México la comunidad afromexicana representa un 24.6% de la población por lo que resulta necesario promover el empoderamiento de las jóvenes cimarronas, así como asegurar su participación en el mercado laboral
La joven enfatiza que no voltear a ver a las mujeres negras es un problema porque no hay un desarrollo de política pública para ellas y por ello “no hay un desarrollo digno para nuestras comunidades”, concluye Monserrat.
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