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Con los calificativos de “espécimen indescifrable”, “marxista lírico”, “resentido personal” y “profesional de la ironía doméstica”, así es como calificaba el Estado mexicano, a través de sus órganos de inteligencia y espionaje, al escritor y periodista Carlos Monsiváis.
En los expedientes que recientemente desclasificó el Archivo General de la Nación (AGN) y en algunos que fueron retirados, pero a los cuales tuvo acceso EL UNIVERSAL, se detalla que tanto la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Dirección General de Investigaciones Política y Sociales (DGIPS), antecesoras del entonces Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), siguieron de cerca de 1960 a 1985 al también cronista de la Ciudad de México.
Su activismo como estudiante protestando por el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima, su participación durante y después del movimiento estudiantil de 1968, su solidaridad en mítines por la salida de tropas de Estados Unidos de Vietnam, sus viajes a Cuba, así como su participación en el Ateneo de Angangueo, y su actividad periodística, son algunos de los aspectos que reportaron estas agencias de inteligencia.
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“Lanzó críticas a Díaz Ordaz”
En el reporte del 3 de agosto de 1961 con número 4398, la DFS informó que un grupo de estudiantes de izquier da de la UNAM, encabezados por Carlos Monsiváis, entonces estudiante de la Facultad de Derecho, invitaba a una protesta por el lanzamiento de la bomba atómica por Estados Unidos en Hiroshima.
En otro reporte, con fecha del 23 de enero de 1963, se informa que el escritor, como director del Instituto de Intercambio Cultural MexicanoCubano José Martí, en una reunión de este centro, leyó un poema “rindiendo pleitesía” a la Revolución Cubana y a Fidel Castro.
Dos meses después, el 3 de abril de 1963, en un acto llamado “A 100 años de la victoria del Partido Conservador”, Carlos Monsiváis, junto con el escritor José Emilio Pacheco, “fingiendo una entrevista con la prensa, atacaron a los conservadores y al clero, y a lo que ellos llamaron influencia Norteamérica”.
En agosto de 1968, la DFS aseguró que Carlos Monsiváis, junto con el estudiante Roberto Escudero, redactaba los volantes del Consejo Nacional de Huelga.
En el expediente se lee la copia de un desplegado fechado el 20 de diciembre de 1969 de un centenar de investigadores y académicos, con la firma de Carlos Monsiváis, que manifiestan su apoyo a los presos políticos del movimiento estudiantil y en la que aseguraban que la solidaridad de la sociedad hacia ellos crecía conforme aumentaba la represión.
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En la página 14 se lee, con letra de máquina de escribir, el reporte titulado Antecedentes del Prof. Carlos Monsiváis, donde se asegura que el escritor era miembro del Comité Estudiantil que representaría a los universitarios en el Congreso Pro-Paz, del Instituto Mexicano Cubano de Relaciones Culturales José Martí y del Movimiento de Liberación Nacional.
“Como miembro del Comité de Solidaridad con Vietnam, propuso que se realizara en México una lucha efectiva, organizando mítines de protesta contra Estados Unidos de Norteamérica, manifestaciones masivas para demostrar la solidaridad del pueblo de México y Vietnam.
“El 24 de enero de 1969, en conferencia que sustentó en la preparatoria dependiente de la Universidad de Sinaloa, lanzó duras criticas al gobierno que preside el Lic. Gustavo Díaz Ordaz, relacionado con el problema estudiantil del Distrito Federal”.
“Crítico intransigente del gobierno”
En el legajo único del expediente que hizo la DGIPS sobre el autor, que abarca de 1975 a 1985, una ficha de ese organismo calificaba al escritor como un “espécimen indescifrable”, “resentido personal” y lo acusaba de haber “expropiado” para su beneficio personal los hechos ocurridos en la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, así como lo acontecido en el llamado Halconazo del 10 de junio de 1971, en San Cosme, en la Ciudad de México.
“Carlos Monsiváis: espécimen indescifrable, estudios inacabados en la UNAM, de Derecho, Economía, y Filosofía y Letras. Autodidacta, marxista lírico, crítico intransigente de cualquier actitud del gobierno, resentido personal.
Vigilancia al Ateneo de Angangueo
Pero el espionaje sobre el cronista no sólo incluyó sus actividades políticas y sociales, sino que también su actividad cultural, como su participación dentro del Ateneo de Angangueo, un grupo en el que también participaban en ese entonces los periodistas Manuel Buendía y Miguel Ángel Granados Chapa; el economista y columnista Iván Restrepo; el periodista y analista político Francisco Martínez de la Vega, así como la promotora cultural, Margo Su.
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En el reporte fechado el 10 de marzo de 1984 elementos de la DFS informan que “a las 12:50 horas arribó al aeropuerto internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara, Jalisco, el vuelo 734 de Mexicana de Aviación en el que viajaron los integrantes del Ateneo y que fueron recibidos por una comitiva de 20 personas, las cuales portaban una manta que rezaba Ateneo de Angangueo, Bienvenidos”.
“Después, se trasladaron de inmediato al hotel La Fayett, que se ubica en el sector Juárez de esta ciudad”
Críticas por nulo apoyo en los sismos de 85
Al final del expediente está el reporte titulado Conferencia en el Centro Universitario Cultural, fechado el 2 de diciembre de 1985, en el que se detalla que ante 150 asistentes, comentó que “algo importante como consecuencia de los terremotos fue la ineficiencia del gobierno en casos como éste.