De enero a abril de 2025, el endurecimiento de la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la militarización de la frontera norte, ha provocado una caída de 86% en las detenciones de migrantes que realizan agentes de ese país en la frontera con México, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
El reporte del CBP indica que mientras que en los primeros cuatro meses de 2024 fueron arrestadas 555 mil 467 personas en condición de movilidad, en 2025 esa cifra se redujo a 96 mil 210.
Indica que durante el primer cuatrimestre de este año, los migrantes mexicanos continúan siendo los que acumulan el mayor número de aprehensiones, con 44 mil 776, seguidos por Guatemala, con 7 mil 573; Honduras, 6 mil 009, y El Salvador, con 2 mil 351.
“Trump está creando un cambio muy radical del espacio fronterizo con el ánimo de disuadir el cruce irregular en la frontera. Entonces eso explica, junto con la militarización mexicana, que tengamos ahora en estos últimos meses la cantidad más baja de migrantes en toda la historia. Hay que agregar ahora que esos poquitos que están intentando el cruce, 80% son mexicanos”, dice el extitular del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén López.
El jueves pasado, la Embajada de Estados Unidos en México, a cargo de Ronald Johnson, informó que el gobierno de la Unión Americana designó ciertas áreas de la frontera sur de Estados Unidos como áreas de defensa nacional.
“No entres. Arriesgas tu libertad en un viaje destinado al fracaso”, difundió en un mensaje de X. La oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en inglés), destacó que hasta marzo pasado en la frontera sur de esa nación se encontraban destacados 32 mil 800 elementos de seguridad estadounidenses.
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Dice Guillén López que son pocos los migrantes de otras nacionalidades que intentan cruzar la frontera hacia EU, mientras que los mexicanos, en su mayoría expulsados por la violencia, buscan internarse en suelo estadounidense en busca de refugio.
“El hecho es que ya los números [de detenciones] son bajísimos y las sanciones por intentar el cruce o por hacerlo son elevadísimas. El efecto importante de la militarización es la supresión de todos los derechos de las personas y su conversión artificial en invasores, en el sentido militar de la palabra, en el sentido de enemigo a la seguridad nacional de Estados Unidos. Entonces ya no eres el niño, la niña, la mujer, el hombre, migrante o refugiado, ya eres un enemigo”, menciona.
Enfatiza que “este efecto de militarización en la frontera sur de Estados Unidos se convierte en una amenaza terrible para las personas migrantes porque entonces pasan a ser directamente tratados como enemigos e invasores”.
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Desde que asumió la presidencia de Estados Unidos por primera vez, en enero de 2017, Trump prometió que llevaría adelante una política de mano dura en materia migratoria.
Insistió en construir un muro de miles de kilómetros en la frontera con México para frenar el flujo de migrantes indocumentados desde Centroamérica y propuso poner fin a un programa que otorgaba estatus legal a jóvenes inmigrantes que llegaron de forma irregular al país siendo niños.
Sin embargo, son los migrantes mexicanos los que han recibido toda clase de descalificaciones por parte del mandatario, quien los ha acusado de criminales, violadores y narcotraficantes.
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Pero a juicio de Tonatiuh Guillén López, así como el gobierno de Estados Unidos ha recrudecido su política migratoria, las administraciones de la llamada Cuarta Transformación ha actuado de la misma manera con la aprehensión de personas en contexto de movilidad.
“El gobierno de México en materia migratoria y de contención migratoria se ha alineado a las disposiciones del gobierno de Trump y ha sido este alineamiento una ruta progresiva que empezó en junio de 2019 con los acuerdos que se firmaron en aquel año con el primer gobierno de Trump. Pero que ahora se han extendido, consolidado y ampliado al grado de que también nosotros estamos militarizando nuestro lado de la frontera”, señala.
La coordinadora de Agenda Migrante, Eunice Rendón, expone que “existen muchas amenazas en materia de política migratoria por parte del gobierno de Donald Trump que generan miedo y amenazas a las personas migrantes”.
Resalta que la intención del gobierno de Estados Unidos es meterse en el ámbito de la seguridad.
“A ellos también les sirve estar más cerca de la frontera. No hay más que escuchar lo que dijo Marco Rubio, quien prácticamente señaló hace unos días: ‘¿Ya vieron cómo si requieren ayuda?’. Esto, tras el ajusticiamiento de dos colaboradores de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada”, expresa.
La académica del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, Cristina Hernández Engrandes, externa que la transformación de la frontera de Estados Unidos con México se percibe no sólo como una división territorial, sino como un área de mucha vulnerabilidad y de interés geopolítico y geoestratégico para el vecino país “e incluso en un campo de guerra”.
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La especialista comenta que Trump tiene una visión de considerar a las personas en condición de movilidad como una amenaza para la seguridad de la Unión Americana.
“Todos los migrantes son potencialmente amenazas, por lo que su política migratoria se ha tornado cada vez más agresiva… violenta y totalmente ajena a los derechos humanos. Pero no sorprende porque así ha sido ya, sin ningún tipo de encubrimiento, algo muy directo como la militarización de la frontera, en el sentido más concreto de la palabra”, refiere.