La nueva presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, advierte que en su conducción el compromiso será con la ley y no con partidos.
En entrevista con EL UNIVERSAL señala que no tolerará amenazas ni imposiciones de ningún grupo parlamentario, y adelanta que su relación con la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, será “institucional”.
De igual forma, puntualiza que su presidencia será “objetiva e imparcial”, en la que nunca se le quite el micrófono a ningún legislador.
La panista considera que esta presidencia es la más alta responsabilidad que ha tenido en su carrera legislativa, que inició hace 28 años como asistente, diputada local, diputada federal, constituyente del Congreso de la Ciudad de México, senadora de la República, vicepresidenta y ahora presidenta.
“Voy a representar dignamente a los mexicanos y a dar certeza de que el Congreso trabaja para ellos”, dijo.
Morena se tardó, no lograba definir, pero respetó el acuerdo fundacional. ¿Cuál es la opinión que tiene al respecto?
—Primero, que es lo que mandata la ley, que el segundo año debe ser presidido por la segunda fuerza política de este país, pero evidentemente es una muestra de que puede lograrse el diálogo para la construcción de acuerdos y, por supuesto, yo agradezco y reconozco la altura de miras de todos los grupos parlamentarios para hacer valer la ley y permitir que una servidora esté encabezando los esfuerzos de 500 diputados.
¿Y cómo se siente? Es una enorme responsabilidad.
—Sin lugar a dudas es la mayor responsabilidad de mi carrera política. Llevo 28 años de carrera parlamentaria, para mí es un gran honor y una gran responsabilidad encabezar los esfuerzos de este cuerpo colegiado, en un momento histórico en el que se necesita demostrar honorabilidad, altura de miras, representar dignamente a los mexicanos y dar certeza de que el Congreso está trabajando para ellos.
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¿Cómo será su relación con la presidenta Claudia Sheinbaum?
—Será institucional, de diálogo y apertura para llegar a acuerdos. Seré absolutamente respetuosa de su investidura porque deseamos que le vaya bien a ella; si le va bien a ella le va bien al país. México anhela más coincidencias y menos división.
¿Cómo llevará las sesiones?
—Me comprometo de manera objetiva e imparcial a llevar una presidencia en donde nunca se le quite el micrófono a ningún legislador, que todos los legisladores tengan el derecho a decir lo que piensan, a defender sus posiciones y a representar a millones de mexicanos en función de su voto y de su palabra. Estoy convencida de que el Congreso necesita dar un rostro de fortaleza, de unidad, de trabajo, de honorabilidad. La polarización no debe ser el protagonista del debate y yo seré una presidenta absolutamente responsable con los mexicanos y con mis compañeros legisladores.
¿Imparcial, pero no dócil?
—Mi compromiso es con la ley. Es necesario que haya una presidencia que, más allá de los colores, más allá de las filias, más allá de la ideología, que se respete la ley.
¿Qué hará ante una ilegalidad? Morena ya se ha brincado las formas.
—Trabajaremos en función del marco normativo. Yo trabajaré para hacer valer la ley más allá de amenazas, más allá de incluso imposiciones. Seré una presidenta que no me dejaré amenazar o presionar, no dejaré que eso suceda, sino, al contrario, buscaré que el Congreso, que la Cámara de Diputados sea un punto de coincidencias, de unión, de acuerdos, de soluciones para los mexicanos.
La hemos visto más mesurada en redes sociales, ¿qué va a pasar con esa Kenia aguerrida, quien ha dicho que Morena encabeza un narcogobierno?
—Tengo claro que esta responsabilidad que me han encomendado 499 compañeros me obliga a privilegiar la institución, el diálogo, el debate y el respeto a la ley. Seguiré siendo la Kenia que todos conocen y espero poderlo materializar en función de ello. Soy una mujer apasionada, trabajadora, que lucha, y con esa misma pasión y dedicación desempeñaré esta presidencia priorizando, por supuesto, a la institución.
¿Reconocerá lo que se haga bien y denunciará lo que se haga mal?
—Por supuesto. Es un espacio en el que se debe defender la verdad, la legalidad, en el que se debe exigir que las decisiones que se tomen sean para beneficiar a México.