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La Paz, BCS.— Aunque dijo que hay camajanes (holgazanes que viven a costa de los demás) del conservadurismo, que manipulan la información y que no les gusta la expresión “bancarrota”, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que él tiene sus propios datos de la economía y reafirmó que el país está en crisis al no haber crecimiento económico en los últimos 30 años.
Antes de viajar a Guadalajara para reunirse con los gobernadores entrante y saliente de Jalisco, Enrique Alfaro y Aristóteles Sandoval, respectivamente, así como con el llamado superdelegado Carlos Lomelí, el presidente electo reaccionó a las declaraciones del sector empresarial, el cual rechaza que el país esté en bancarrota.
En este sentido, respondió: “Hicieron algún planteamiento de que no les gustó la palabra, el término, el concepto bancarrota, yo tengo mis datos. Es que, ¿quién no ve la realidad?, si llevamos 30 años sin crecimiento económico, la deuda pública nada más de [Vicente] Fox a la fecha creció de 1.7 billones a 10 billones”.
En entrevista en el aeropuerto de La Paz, Baja California Sur, apuntó que “hay crisis en México” y eso no sólo se mide con variables macroeconómicas, sino con factores como violencia, pobreza, abandono, inseguridad y añadió que ha resultado un fracaso la política económica neoliberal, pero va a “cambiar”.
Aunque ofreció disculpas, reconciliación, “amor y paz”, a quienes les causó enojo el término bancarrota, también subrayó que no se quedará callado y acusó que hay quienes no quieren que se afiance el proyecto de transformación.
“No vamos a tener problemas, porque la política neoliberal se caracterizó por la corrupción, son muy rateros, eso fue lo que agravó la situación económica y social, la corrupción, entonces, eso ya no va a haber, como dicen los tecnócratas, esa variable ya no se va a presentar, ya no va a haber corrupción”, expuso.
Criticó a quienes aplaudieron la reforma energética y a quienes pensaban que en este año “iba a llegar la dolariza” de la inversión extranjera y la extracción de petróleo.
También a los medios de comunicación y a sus adversarios conservadores que no terminan de digerir lo que sucedió en la elección.
Pidió que no haya manipulación “de los camajanes del conservadurismo” y aclaró, para “que se oiga bien y se oiga fuerte”, que va a cumplir sus compromisos en campaña, “no le voy a fallar al pueblo de México.
Más tarde, López Obrador viajó a Jalisco para presentar a los gobernadores entrante y saliente, Enrique Alfaro y Aristóteles Sandoval, los proyectos que tiene la próxima administración para la entidad, encuentro al que asistió el futuro superdelegado Carlos Lomelí.
Vivirá en Palacio Nacional. López Obrador informó también que alista una reforma para quitar candados a la consulta ciudadana y que se aplique incluso para temas relacionados con recursos de gobierno.
“Ese es un procedimiento, es un método democrático que queremos establecer, incluso alguna de las reformas a la Constitución”, dijo.
Cerró su tercer día de gira de agradecimiento con un mitin en Guadalajara, donde adelantó que una vez que su hijo Jesús Ernesto concluya el sexto año de primaria, se mudará a vivir a Palacio Nacional, como lo hizo el ex presidente Benito Juárez.
“Mientras mi hijo Jesús Ernesto acaba la primaria, porque va en sexto, voy a seguir viviendo donde vivo ahora y, una vez que termine, entonces sí, me voy a ir a vivir a Palacio Nacional, ahí voy a estar, donde vivió Juárez”, dijo, a pesar de que luego de las elecciones afirmó que analizaba con su familia rentar una casa cerca de Palacio Nacional.