México
es el único miembro del G-20 que no ha anunciado ningún plan para alcanzar emisiones netas cero en 2050, por lo que las demás naciones deben seguir de cerca en 2022 si el país dará ese paso, instó Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo del la organización no gubernamental World Resources Institute (WRI).
Al presentar el panorama mundial, el presidente de WRI destacó que en 2021 se tuvieron noticias buenas, pues 155 países −responsables del 83% de las emisiones globales− asumieron nuevos compromisos y presentaron nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), para reducir sus emisiones a 2030.
Asimismo, destacó que 83 países responsables de alrededor de las tres cuartas partes de las emisiones globales ya anunciaron objetivos de emisiones netas cero, como Estados Unidos e India. Aunado a esto, todos los países del G7 y China se comprometieron a detener la financiación al carbón en el exterior.
En el contexto de este impulso creciente de los países, Ani Dasgupta presentó la primera historia titulada “Llegar a emisiones netas cero: ¿Cómo garantizar que los compromisos de emisiones sean creíbles?”, pues mientras muchas naciones han presentado compromisos sólidos, otras no tienen compromisos bien definidos, y otras tantas, como México, aún no tienen un objetivo.
“El único (país miembro del G-20) que no ha anunciado públicamente ningún compromiso es México”, acotó.
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México se comprometió a reducir el 22% de sus emisiones de Gases de Efecto Invernade ro (GEI) y 51% de sus emisiones de carbono negro al año 2030, lo que equivale a 137 toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2e).
En el tema “El Carbón: el combustible más contaminante”, se expuso que éste el responsable de la generación del 25% de la energía mundial, principalmente de la electricidad, y es el causante del 40% de las emisiones de CO2, lo que lo convierte en la mayor fuente de emisiones de GEI y el combustible fósil más contaminante.
No sólo eso, sino que el carbón también es uno de los causantes de la contaminación del aire, que afecta la salud de las personas y mata a alrededor de 800 mil personas anualmente en todo el mundo.
En México, el carbón ha tenido recientemente una reducción en la matriz energética, y actualmente constituye el 3.64% de esa matriz; sin embargo, representa una cuarta parte de las emisiones de GEI del sistema eléctrico nacional.
En “Justicia Climática en aumento”, Dasgupta explicó que un pequeño grupo de países ricos es responsable de la gran mayoría de las emisiones históricas de carbono.
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En números, 23 países ricos, hogar del 12% de la población mundial, son responsables del 50% de las emisiones globales de CO2 en la actualidad. En contraste, los países pobres, responsables sólo de una pequeña parte de las emisiones son quienes se ven afectados de manera desproporcionada por la crisis climática.
En México, por ejemplo, las áreas forestales están habitadas por 11.04 millones de personas, quienes a su vez padecen los mayores niveles de rezago, lo que muestra el uso desigual de los recursos naturales y obstaculiza que las comunidades se organicen mejor para la protección de los bosques. En el país más del 60% de los bosques y selvas son propiedad de ejidos y comunidades .
En tanto, derivado de la firma durante la COP26 de los mayores compromisos forestales de la historia: 141 países, que comprenden el 90% de los bosques del mundo, se comprometieron a detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030. Entre los firmantes está México.
“Este es un problema persistente. A pesar de todo lo que sabemos y de todas las promesas y compromisos, no hemos visto el cambio y el tiempo se acaba”, dijo Dasgupta.
Según los datos de pérdida de cubierta forestal de Global Forest Watch de WRI, los trópicos perdieron 12.2 millones de hectáreas el año pasado. Los bosques primarios tuvieron una pérdida un 12% más alta en 2020 que en 2019.
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De los 24 lugares que tienen una concentración significativa de puntos críticos de deforestación, nueve se encuentren en América Latina. En la región, las tasas más altas de deforestación las tienen la Amazonía brasileña y el Cerrado, la Amazonía boliviana, paraguaya y argentina, así como el bosque Maya que abarca a Belice, Guatemala y México.
En el caso concreto de México, Conafor estima que durante el periodo 2001-2018 se perdieron en promedio 212 mil 70 hectáreas de bosque anuales, e identifica a la Península de Yucatán, Chiapas, Michoacán y Jalisco como las zonas más críticas. Otras regiones como la zona limítrofe sur entre Oaxaca y Veracruz, Guerrero y el norte de Veracruz y San Luis Potosí, también presentaron incidencia de deforestación alta.
Cabe señalar que, respecto a los defensores y activistas ambientales, de acuerdo con Global Witness, Colombia y México ocupan los primeros dos lugares mundiales por asesinatos de personas defensoras de la tierra y del medio ambiente.
En 2020, Colombia registró 65 asesinatos, mientras que México 30. En el caso de Colombia, los pueblos indígenas fueron particularmente afectados, mientras que en México la explotación forestal estuvo vinculada a casi un tercio de los ataques y la mitad de estos fueron dirigidos contra comunidades indígenas.
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