La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), que dirige Silvia Valle Tépatl, señaló en una carta dirigida al director de Educación y Competencias y asesor especial sobre Política Educativa del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Andreas Schleicher, que esa institución no está facultada para aplicar la prueba PISA que realiza la OCDE cada tres años a estudiantes de 15 años.
“En el marco jurídico de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación le faculta para realizar evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo Nacional, no así la coordinación y aplicación de pruebas internacionales a gran escala, como la de PISA”, indicó Valle Tépatl en la misiva fechada el pasado lunes 29 de abril.
Hace unos días, Schleicher envió una carta a la comisionada presidenta de Mejoredu, en la que urgió a Valle Tépatl a continuar con los estudios necesarios para aplicar la prueba PISA en 2025, que, dijo, se encuentra en riesgo.
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“La participación de México en la próxima ronda, PISA 2025, está actualmente en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”, advirtió Schleicher.
Precisó que PISA se centrará en las competencias de los estudiantes en ciencias, incluido un nuevo componente sobre ciencias ambientales.
Pese a la presión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, los trabajos para la realización de la prueba piloto siguen suspendidos y la Secretaría de Educación Pública (SEP), dirigida por Leticia Ramírez Amaya, no se ha pronunciado al respecto.
“Es lamentable el silencio que ha guardado la SEP, porque la autoridad educativa es la que tendría que salir a decir de manera clara y contundente si México continúa o no en PISA, además de las razones.
“Porque este es un tema que verdaderamente preocupa”, expone Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Para la académica, es claro que el gobierno federal “está utilizando PISA como un tema electoral, esperando a ver quién de las candidatas gana la Presidencia de la República y luego decidir. Pero la OCDE les advirtió que tienen que llevar a cabo la prueba piloto, pero la realidad es que la titular de Educación Pública ha estado escondiéndose.
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“No puedo concebir una autoridad educativa más opaca, pero también inexistente. ¿Dónde está la secretaria de Educación Pública para este tema? Es realmente lamentable. Parece que nos estamos esperando a lo que diga el Presidente, somos el país sin instituciones y dependiente de la voluntad de una sola persona”, puntualiza.
Sobre la respuesta de Mejoredu a Schleicher, la académica del Cinvestav agrega que esa institución “se lavó las manos sin tomar ninguna postura. Fue incapaz de expresar algún tipo de postura sobre lo que debería de hacer México con respecto a PISA. Esa carta sólo confirma la inutilidad de la comisión, que es incapaz de mantener una postura al respecto”.
A su juicio, para tener un mejor panorama sobre los aprendizajes es necesario contar con una evaluación diagnóstica internacional y una nacional.
“Son las dos cosas. No tendría que ser una prueba u otra”, dice.
Marco Fernández, coordinador de Anticorrupción y Educación de la organización civil México Evalúa e investigador en la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, considera que “el silencio es el sello característico de esta administración, principalmente del tema educativo, con el que han tenido poca seriedad. La información que les incómoda la han descalificado o guardan silencio para después hacer anuncios para deshacer aquello que les incómoda”.
Fernández expone que en esta administración ha existido la intención de abandonar PISA en diversas ocasiones:
“Recordemos cuando hace dos años tampoco se había hecho el piloto para esta prueba que se aplicó en el año 2022 y claramente los recortes presupuestales evidenciaban que no se iba a aplicar PISA. Comenzó la presión y después se decidió participar en esta evaluación. Pero cuando se presentaron los resultados, en diciembre pasado, el Presidente los descalificó acusando a la OCDE de neoliberal”.
Asegura que “todas las señales apuntan a que nos vamos a salir de PISA. La SEP no ha acudido a las juntas técnicas de la OCDE, no ha enviado la información para realizar la prueba piloto ni mucho menos se ha efectuado el pago para la participación de PISA.
“Sabemos que se está preparando la versión mexicana de una evaluación diagnóstica, pero el problema radica en dos cosas: el antecedente inmediato de una evaluación mal hecha por Mejoredu, que no tuvo ni siquiera representatividad nacional, ni estatal y por supuesto que estas pruebas no le sirvieron a las escuelas para poder diferenciar los distintos alcances de aprendizaje de sus estudiantes y así planear las estrategias pedagógicas para corregir los problemas de aprendizaje”, puntualiza Marco Fernández.
Expone que en países como Chile, Uruguay y Colombia cuentan con sus propias evaluaciones diagnósticas nacionales y participan en PISA, “porque entienden que la participación en la prueba de la OCDE es necesaria para poder ver cómo su sistema educativo ha alcanzado o no los aprendizajes necesarios en las tres áreas fundamentales, matemáticas, comprensión lectora y ciencias”.
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“El presidente de Colombia, Gustavo Petro, al saber los resultados de PISA para su país no anduvo con patrañas neoliberales. Porque reconoció que había un problema grave, por lo que implementó diversas acciones para revertir la pérdida de aprendizajes. En el caso uruguayo, la ministra de Educación dijo tras conocer los resultados de PISA: ‘Ahora viene lo más importante, qué vamos a hacer con la información derivada de PISA’. Y comenzó a explicar las estrategias educativas que el gobierno uruguayo emprendería.
“En el caso mexicano no hubo madurez, sólo argumentaciones sobre mexicanidad, chauvinismo trasnochado y descalificaciones ideológicas del neoliberalismo para no aceptar que tenemos un problema. Y si alguien no acepta que tiene un problema, menos se va a querer tener una solución”, argumenta.
María Teresa Gutiérrez, directora de Monitoreo de Indicadores Educativos de la organización civil Mexicanos Primero, asegura que al eliminar el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa al inicio del actual sexenio, no se realizó un análisis consciente de la institución que asumiría sus facultades, por lo que se generó un vacío institucional, “en el que ha sido muy fácil argumentar ‘a mí no me toca, pase a la siguiente ventanilla’”.
“No creo que esto acabe con la carta que envió Mejoredu. Falta un pronunciamiento de la autoridad educativa federal que es la SEP, pero sé que en esta dependencia aún no han terminado en decidir si continuar o no. Por ello, es necesario tomar decisiones a largo plazo para que no estemos dentro de tres años con la incertidumbre de si nos quedamos o no con PISA”, afirma.