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Restos de los derrames de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Ek Balam, Campeche, continúan en la superficie del Golfo de México, pues de acuerdo con imágenes satelitales del 24 de julio, existe una mancha de 89 kilómetros cuadrados en la zona, equiparable a la dimensión de la alcaldía Tláhuac, asegura Gabriela Gómez Rodríguez, encargada de las estaciones receptoras del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (Lanot) de la UNAM.
El pasado lunes en la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de exageración el derrame en el campo petrolero de Ek Balam, que forma parte del Complejo Cantarell de Pemex.
“Es lo [que dice] Pemex, hay dos eventos muy lamentables. Una pequeña fuga ya disuelta de aceite, muy pequeña, nada que ver con lo que dicen los medios ¿Cuántos kilómetros? ¿467 kilómetros? Es una exageración, un invento”, dijo.
Omar Celis Hernández, experto del Instituto de Ciencias del Mar y Limnollogía de la UNAM, destaca que cualquier incidente petrolero debe considerarse desafortunado, ya que afecta al medio ambiente y al ser humano.
El académico dice desconocer si ese derrame en el golfo de México es el más grave de este sexenio y argumenta: “Son pocos los eventos a los que se le da un seguimiento tan mediático, pero cabe destacar que ha habido eventos más grandes. Por citar dos ejemplos: el Deepwater Horizon [en EU] y el del Ixtoc [México], que se encuentran reportados en la literatura como dos de los mayores derrames en esa zona”.
Detalla que la estrategia que debe seguirse para evitar esos casos es dar mantenimiento preventivo y correctivo a las instalaciones que se utilizan para la extracción petrolera. Gómez Rodríguez señala a EL UNIVERSAL que los recientes derrames alcanzaron una extensión de 467 kilómetros, comparables con el área de la Ciudad de México. “Los derrames tuvieron una extensión equivalente a toda la zona urbana de la capital del país, mientras que la mancha que queda, que es una quinta parte, ocuparía la superficie de la alcaldía Tláhuac”.
Subraya que hasta el momento se desconoce la estrategia que implementará el gobierno federal para remediar el derrame, que de acuerdo con Greenpeace México inició en la segunda quincena de junio pasado.
“¿Qué está haciendo el gobierno?,¿está recogiendo?, ¿existe algún plan para remediar esto? No lo sabemos”, cuestiona la académica de la UNAM, quien añade que según los pronósticos de las corrientes oceánicas, el crudo llegará al este y noreste. Es decir, a Veracruz y a Tamaulipas, “y no sabemos aún si llegará a las costas estadounidenses, aunque es probable”.
La experta califica el derrame como grave y no sabe por qué el gobierno trató de minimizarlo.
Gómez Rodríguez expone que “derrames de petróleo siempre ha habido y, desafortunadamente, mientras se esté extrayendo petróleo del océano seguirán ocurriendo este tipo de accidentes”.
Activista de Clima y Energía de Greenpeace México, Pablo Ramírez, afirma que aún se desconocen las afectaciones ambientales, sociales y económicas que pueda ocasionar el desastre. Sin embargo, considera que una sola gota de petróleo en el océano es capaz de contaminar hasta 25 litros de agua.
“El derrame fue desastroso. Aún hay vacíos de información importantes que las autoridades deberían de complementar, sobre todo del volumen que se derramó, porque tanto las imágenes de la UNAM como las nuestras nos permiten saber sólo del área y para saber los impactos que eso generará, necesitamos conocer qué tanto se derramó”, anota.
Destaca que Pemex “nos dio una pista al argumentar que de ser cierta el área que dijimos, se tendría que haber derramado alrededor de un millón y medio de barriles. Entonces, es muy importante seguir exigiendo a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y principalmente a Pemex que se transparente la información.
“Creo que es momento de dejar de querer minimizar este desastre y asumir la responsabilidad. Es importante que las organizaciones civiles exijamos la evaluación de impacto”, señaló.