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Mayra Alejandra Buenrostro, mamá de Pablito, el niño jornalero de 15 años que murió al estallarle una mina artesanal sembrada por el crimen organizado en una huerta de limón en el municipio de Buenavista Tomatlán, Michoacán, acudió este miércoles a la embajada de los Estados Unidos en México para solicitar asilo político.
Acompañada de su hijo menor de nueve años y del exalcalde de Tepalcatepec, Guillermo Valencia Reyes, la joven afirmó que por lo sucedió a Pablito y por la violencia que aqueja a la Tierra Caliente michoacana, ya no quiere estar en su comunidad: Santa Ana Amatlán, controlada por el grupo criminal de “Los Viagras”, aliados del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“En Michoacán hay más violencia, hay menos trabajo. La verdad, por lo que le pasó a mi hijo ya no quiero estar ahí (Santa Ana Amatlán), ya no”, dijo.
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Sin embargo, no fue recibida por el personal de la embajada estadounidense, el cual sólo le entregó una tarjeta con una dirección de correo electrónico para que enviara su caso.
“Muy mal, esa respuesta no la esperaba, yo esperaba que me atendieran y que me preguntaran, hacer todo el trámite, eso es lo que yo esperaba”, lamentó.
En entrevista, Mayra Alejandra Buenrostro señaló que el asilo político se ha convertido en la única salida para muchos afectados por la violencia del crimen organizado que opera en la Tierra Caliente de Michoacán.
“Allá (Estados Unidos) no es como aquí, es muy diferente. Hay delincuencia organizada, pero allá el presidente de Estados Unidos sí hace algo por el pueblo, por la gente, no se tapa los ojos y no se esconde”.
Tras lo sucedido a Pablito, la señora Mayra Alejandra pidió a las autoridades que quiten todas las minas sembradas por los grupos criminales en la región de la Tierra Caliente, especialmente las que se colocaron en la huerta de limón donde murió su hijo.
Y es que, dijo, “mi hijo quedó destrozado, quiero que quiten las minas para poder recoger más pedacitos, si hay de mi hijo, recogerlos, y ponerle la cruz de mi niño donde él murió para que él descanse en paz”.
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“Mi niño me lo entregaron incompleto porque el gobierno tardó en llegar donde pasaron los hechos y después que llegaron, me dijeron que el cuerpo de mi hijo no me lo podían entregar completo y que recogieron lo más que pudieron.
La joven pidió al fiscal de Michoacán, Adrián López Solía, una disculpa pública, luego de que afirmara que su hijo no era jornalero.
“Nada más hablaron de mi niño atacando su memoria, en lugar de primero preguntarme a qué se dedicaba, pero nada más lo atacaron. Yo quiero, que, en memoria de mi hijo, que me ofrezca una disculpa pública a mí, por mi niño. Porque, así como fue bueno para hablar de mi hijo, que se retracte de lo que dijo”, señaló.
Pidió que “quiten todas las minas, que no haya más muertes. En memoria de mi hijo, que valga la pena, aunque me duela, que valga la pena la muerte de mi hijo. Ya basta que haya muertes.
¿Hay algún riesgo en su vida?, se le preguntó.
“Puede ser que sí, pero también puede que no porque lo que he dicho, a lo mejor hasta se molestaron, yo les digo sus verdades porque se trató de la vida de mi hijo”, respondió.
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