En los últimos años, cientos de mexicanos han recurrido a la tinta para dejar atrás quemaduras, autolesiones, incisiones de cesáreas, enfermedades cutáneas y marcas provocadas por el cáncer. Pues con la ayuda de tatuajes estéticos reconstructivos, las personas pueden , además de sanar su autopercepción, y a la vez, resignificar el cuerpo y la piel.

“Llegan las personas con la autoestima por los suelos. Yo veo su semblante de inseguridad, pero conforme vamos avanzando, cuando veo que están listos, empezamos el procedimiento. Y cuando se van, cambian, la gente me ha dicho: ‘Mi vida es un antes y después del tatuaje’ o ‘antes del tatuaje yo no hacía esto’. Te das cuenta cómo cambian sus vidas”, comparte Max Calavera, pionero en esta técnica.

Sus conocimientos en diseño gráfico, dibujo, arte plástico, publicidad y conocer la piel gracias a diferentes técnicas, lo llevaron a desarrollar la .

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A través de la sensibilidad y la conexión con la gente, acumula 11 años de experiencia y cientos de clientes satisfechos, que pudieron mejorar su salud mental y recuperar la confianza en ellos mismos.

“Nos damos cuenta que el tatuaje ahora ya no solamente es arte, sino es una manera de terapia, una manera de sanar. Porque sanan física, visualmente y sanas hasta el alma. Cambia la energía de las personas”, afirma el también licenciado en Diseño Gráfico.

Al recordar que hace siete años fue la primera vez que “camuflajeó” una cicatriz causada por una abdominoplastía, Calavera explica que es una técnica que va puliendo y mejorando, pues a la fecha no existen seminarios y cursos de este tipo.

El artista considera que para hacer un tatuaje de este tipo tiene que dar su 110%, pues las personas depositan toda su confianza y vida en sus manos. Foto: Especial
El artista considera que para hacer un tatuaje de este tipo tiene que dar su 110%, pues las personas depositan toda su confianza y vida en sus manos. Foto: Especial

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Desde su estudio Black Blood, ubicado en Polanco, el experto también ha reconstruido pezones y areolas de sobrevivientes de cáncer de mama.

“Lo que hago es trabajar con la forma de las cicatrices para crear un diseño a partir de esas formas. Es decir, yo veo la cicatriz y hago un análisis y eso me da una pauta para dónde ir. Si le veo forma como de crucecitas, pues puedo hacer un par de plumitas cruzadas. Tiene mucho que ver también la creatividad, imaginación, depende de lo que veas, le propones al cliente”, menciona en entrevista con EL UNIVERSAL.

Max Calavera indica que 99% de los tatuajes estéticos correctivos se dibujan directamente en la piel, para así aprovechar las formas y lograr camuflar de forma correctiva, para que “visualmente se pierda” la cicatriz. Por lo que toma en cuenta la posición de la luz y proyecciones de sombras, así como las decisiones de los clientes. Así, se pueden realizar en pieles con vitiligo, cirugías de fracturas y más, ya que no hay limitantes.

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“Siempre tenemos una primera cita para platicar y para ver su cicatriz, ver qué podemos hacer. Pero es bien difícil, es tan difícil que muchas veces me han tocado clientes que en la primera sesión no me muestran su cicatriz porque es tan fuerte el trauma que no les permite mostrarla. Porque necesito ver qué tanto relieve tiene, la textura y las irregularidades”, cuenta.

El experto considera que para hacer un tatuaje de este tipo tiene que dar su 110%, pues las personas depositan toda su confianza y vida en sus manos. Además, considera que esta técnica no tiene mucha difusión, ya que sus clientes le han expresado que de haber conocido antes esta alternativa, se habrían ahorrado años de sufrimiento.

“Tuve un cliente que llevaba 10 años que no se miraba al espejo. Después de hacerle un tatuaje en su pecho, me dijo que se vio durante 10 minutos llorando, porque ya ni siquiera recordaba cómo era. Hay casos así fuertes, me han dicho que no van a albercas, o al mar. Me doy cuenta de cuántas limitaciones nos puede quitar un tatuaje y ver cómo se transforma la vida de las personas es lo más satisfactorio”, dice.

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Con varias máquinas de tatuar, agujas y tintas, el artista ha atendido a clientes de todo México y de Estados Unidos, principalmente de Chicago y Los Ángeles, lo que atribuye al auge de las redes sociales, como su cuenta de Instagram, que acumula 7 mil seguidores, y donde comparte testimonios de personas que ocultaron años de inseguridades con tatuajes.

Por último, dice que esta técnica puede llevar varias sesiones distribuidas en dos o tres meses, para conocer al cliente, lo que quiere y cómo se llevará a cabo.

Y otro factor es la sensibilidad, lo que influye en el tiempo para la elaboración del tatuaje.

“A esas personas que quieren hacerlo les diría que se atrevan, porque realmente el tatuaje sí cambia, te devuelve seguridad, te empodera y además de que se ve bonito, siempre lleva una parte artística. Me gustaría también que este mensaje llegara a más profesionales del tatuaje para que se empiecen a sumar y sea más grande este tipo de alternativa”, finaliza Max Calavera.

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