Apenas el 8 de mayo, en el marco de su campaña por la reelección presidencial el presidente Donald Trump @realDonaldTrump preguntaba a su auditorio republicano “cómo detener a estas personas… (migrantes indocumentados)” y un espontáneo gritó “disparándoles”. Los asistentes al acto rieron eufóricos y aplaudieron. Trump sonrió y si no festinó como al parecer le hubiera gustado, no hizo algo por atajar esa respuesta cargada de odio.
Menos de tres meses después, Patrick Crusius, un autodenominado supremacista blanco de 21 años, irrumpió en un Walmart de El Paso, Texas, y abrió fuego contra las personas que estaban haciendo compras. El saldo 20 muertos (7 de ellos mexicanos) y 26 lesionados, incluidos menores de edad.
Antes de que las autoridades federales en Estados Unidos cerraran las cuentas de Facebook e Instagram vinculadas al atacante, se conoció su postura ideológica. Patrick quería detener la “invasión hispana a Texas” y por eso, al parecer en una cuenta de Twitter posteaba fotos con pistolas y mensajes con el #BuildTheWall (construye el muro), la etiqueta que usan los seguidores de Trump, para dialogar sobre su rechazo a la inmigración.
El presidente norteamericano escribió una primera reacción en su cuenta de Twitter: “Terribles tiroteos en El Paso, Texas. Los informes son muy malos, muchos asesinados”. Horas más tarde abundó: “El tiroteo de hoy en El Paso, Texas, no sólo fue trágico, fue un acto de cobardía… no hay razones o excusas que justifiquen matar personas inocentes…”. Al día siguiente reveló que la policía local ya trabajaba con el FBI. “Dios bendiga a la gente de El Paso, Texas”, escribió la tarde del domingo y ordenó colocar las banderas a media asta. El lunes a primera hora volvió a arremeter contra los medios de comunicación y acusarlos de contribuir “en gran medida a la ira y la ira que se ha acumulado durante muchos años”. Les advirtió que si no se vuelven imparciales en sus coberturas, la violencia se incrementará. Finalmente al mediodía dio a conocer que propuso legislar para aplicar la pena de muerte “sin años de retraso” a quienes cometan “crímenes de odio y asesinatos en masa”.
A lo largo del día del atentado y a los posteriores se colocaron las siguientes tendencias en redes: #texasshooting con un alcance de 157 millones y 14.5 millones de interacciones; #TexasMassShooting logró un alcance de 101 millones y 8.9 millones de interacciones; El Paso Texas alcanzó 177 millones con 48.7 millones de interacciones. #Texas con alcance de 127 millones y 7.5 millones de interacciones; #Tiroteo tuvo un alcance de 88 millones y 14 millones de interacciones; #walmartshooting alcanzó 198 millones y generó 31 millones de interacciones.
Para analizar la tendencia de la conversación se tomó una muestra de comentarios en inglés y español. Dando como resultado las siguientes líneas de comunicación: 31% de la audiencia se muestra conmocionada, envían condolencias a las familias y amigos de las víctimas. El 22% afirma que todo es resultado de un discurso de odio que ha manejado Trump desde su campaña y todo su gobierno. El 14% pide una regulación de armas, ya que aseguran que es muy fácil comprarlas. El 8% se mofa de que México quiera extraditar al responsable para ser juzgado aquí, porque si no se castiga a los responsables nacionales menos a un extranjero. El 6% justifica que la cultura de hacer matanzas en Estados Unidos se debe a los videojuegos que cada día son más violentos.
El domingo 4 de agosto, se registró otro tiroteo en Dayton, Ohio. Que provocó en medios socialesdigitales un impacto muy alto con 250 millones de alcance, 67.9 millones de interacciones, 7 millones de reacciones, 215 mil comentarios y 67.9 millones de reproducciones del material multimedia.
Las tendencias que se colocaron fueron: #Dayton con 157 millones de alcance y 8.1 millones de interacciones; #Shooting tuvo un alcance de 98 millones y 5.4 millones de interacciones; #daytonshooting logró un alcance de 117 millones y 39 millones de interacciones. #DaytonTerroristAttack llegó a 41 millones y 2.5 millones de interacciones, Ohio logró 119 millones de alcance y 19.7 millones de interacciones.
Las líneas de comunicación se agruparon de la siguiente manera: 36% dice que toda la violencia en EU se debe al libre tráfico de armas. El 29% afirma que la violencia es el fruto del discurso de odio promovido por Trump en contra de los latinos. El 20% expresa su pesar ante la muerte de tantas personas y envían condolencias. Finalmente, 15% dice que fue un ataque planeado por el gobierno de EU. Por otro lado, aseguran que es una violencia generada por los videojuegos violentos.
Hoy que los gobiernos populistas enarbolan el discurso del lado correcto de la historia y dicen que los otros son la amenaza al progreso, habría que detenerse un poco y pensar que lo correcto en la historia es la tolerancia a la diferencia, a los otros.
Como dice Calle 13:
“No se necesitan balas para probar un punto / Es lógico no se puede hablar con un difunto / El diálogo destruye cualquier situación macabra / Antes de usar balas disparo con palabras / Hay poco dinero, pero hay muchas balas / Hay poca comida, pero hay muchas balas”.