En un local de una popular marca transnacional de comida ubicado en Municipio Libre, en la alcaldía Benito Juárez, varios de comida por aplicación hacen fila para recoger sus pedidos.

Llevan el casco colgando en la mano y los más inquietos ni se lo quitaron. Uno de ellos, Rubén, ve cómo el tiempo estimado de entrega se alarga cada vez más. “Tal vez no reciba propina”, se dice. Como Rubén, muchos repartidores pelean contra el tiempo para sacar adelante su jornada.

La para las aplicaciones como Uber Eats, Rappi y DiDi Food planea traer beneficios a los repartidores. Sin embargo, las empresas han dado un revés alzando las tarifas hasta 7%, como en el caso de Uber.

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Las empresas han dado un revés a lo que plantea la reforma laboral, alzando las tarifas hasta 7%, como en el caso de Uber, lo que afecta económicamente a los trabajadores. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL
Las empresas han dado un revés a lo que plantea la reforma laboral, alzando las tarifas hasta 7%, como en el caso de Uber, lo que afecta económicamente a los trabajadores. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL

José, repartidor de Uber, entra corriendo a Plaza Universidad. En el poco tiempo que tiene, cuenta que “creo que [los descuentos y tarifas] sí va a pegar, porque entre más ganas, más te descuentan”. Piensa que el seguro médico es algo positivo, aunque el repartidor aún debe costear los gastos de su moto.

El promedio de ganancia de los repartidores de comida que se dedican a tiempo completo, es de 500 a 800 pesos por día, muchas veces sin propina. Además, deben sortear el tráfico, a los malos conductores y las fuertes lluvias.

Yanet está insegura de si firmar o no el contrato con las nuevas condiciones y el seguro médico. Algunos de sus colegas le han dicho cosas positivas y otros no. “Para contrato mejor un trabajo de oficina o más formal”, comenta.

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Luego de recoger un pedido el mensajero corre para cumplir con la entrega, de ello depende que su jornada laboral sea más productiva. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL
Luego de recoger un pedido el mensajero corre para cumplir con la entrega, de ello depende que su jornada laboral sea más productiva. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL

Miguel espera bajo la lluvia afuera de la plaza Oasis Coyoacán. Entre risas comenta que “nos descuentan un peso [por pedido]”. Miguel no ve necesario el seguro, considera que es mejor adquirir uno privado. Menciona que a quienes más afectan las nuevas medidas es a los repartidores en situación irregular, a los migrantes sin documentos, y los que compran o rentan cuentas.

Después de casi 20 minutos de espera, Rubén recibe su pedido y, ahora sí, se dispone a la entrega; más apurado de lo que ya estaba. Se trepa a su moto y se aleja por Municipio Libre, pero con un poco más de certeza sobre su seguridad laboral.

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