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Los asistentes al primer desfile militar que encabeza Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México llegan temprano. A las seis de la mañana ya hay gente con bancos junto a las vallas más cercanas al Zócalo; otros llegan a la Alameda, pero hay lugar para todos.
Se colocan puestos ambulantes de café, atole, tamales y sándwiches, la gente les compra conforme avanza a la Plaza de la Constitución.
Poco después de las ocho, Nayeli se acomoda con sus hijos frente a la Cancillería. Desde hace cuatro años acuden todos los 16 de septiembre al desfile militar, pero este año tiene un motivo especial: es el primero de un presidente por el que sí votó.
Algo parecido le ocurre a los padres de Melanie, quien nació en Chicago. Argelia, oriunda de Durango, y Armando, de la Ciudad de México, quisieron que su hija conociera las fiestas patrias del que también es su país.
“Es por el orgullo y para que ella conozca y aprenda a querer a México”, dicen de Melanie, su hija de 13 años, quien se vistió de Adelita.
Están en primera fila para presenciar el desfile con motivo del 209 aniversario de la Independencia, con lo que hicieron realidad un sueño: regresar a México para las fiestas patrias.
Cerca de las 10 de la mañana, los alrededores del Zócalo están a reventar y los astutos se suben a las ventanas de los edificios para ver mejor.
Dan las 11 horas e inicia el primer desfile de la Cuarta Transformación, donde, al finalizar, los espectadores gritaron a López Obrador: “¡Presidente, presidente!”.