Washington, D.C.- Cereza, mora azul, sandía, menta e incluso helado de chocolate son algunos de los sabores que se anuncian por internet para los líquidos de los vaporizadores, un tipo de cigarro electrónico cuya venta, distribución y fabricación está prohibida en México, por lo que tanto expertos como la industria tabacalera piden regular este mercado.
En las últimas semanas se ha desatado la controversia por los daños a la salud que genera el llamado vaping, como se le conoce a la práctica de usar vaporizadores, pues al menos seis personas han fallecido por padecimientos pulmonares relacionados con el uso de este producto. En México, de los 14.9 millones de fumadores que hay entre los 12 y 65 años, sólo 5.9% dice haber probado alguna vez el cigarro electrónico, mientras que 1.1% lo utiliza actualmente, según datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) 2016-2017.
Roberto Sussman, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), resaltó que el cigarro electrónico llegó a México aproximadamente hace 10 años, pero que el consumo de los cigarrillos tradicionales sigue siendo mayor, además de que faltan datos más específicos sobre la frecuencia en el uso de este producto.
Consideró que se requiere abrir el debate sobre la regulación de los vaporizadores y cigarros electrónicos, a fin de vigilar este mercado y evitar daños a la salud, ya que actualmente no está permitido en México.
“Debemos abrir el debate, porque la regulación establece un control de calidad para los usuarios; las soluciones líquidas con los compuestos como saborizantes y los diferentes niveles de nicotina deben ser sujetos a pruebas de laboratorio para revisar que tengan la calidad necesaria, a fin de que no haya problemas de salud”, dijo.
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que funcionan con batería, no contienen tabaco y vaporizan una solución líquida con diferentes cantidades de nicotina o sabores; por otro lado, los vaporizadores son un tipo de cigarrillo electrónico que puede o no contener nicotina líquida, además de otras sustancias, como aceites de marihuana o saborizantes.
Son dispositivos con batería que pueden tener el aspecto de cigarros de tabaco tradicionales, una pipa o incluso de artículos de uso diario, como bolígrafos o memorias USB portátiles.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, los cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo funcionan calentando un líquido para producir un aerosol que los usuarios inhalan; este aerosol puede contener sustancias potencialmente dañinas, como compuestos orgánicos volátiles, partículas finas, metales pesados como níquel, estaño, plomo, y sustancias químicas cancerígenas o saborizantes como el diacetilo, sustancia química vinculada a enfermedades graves de los pulmones.
En México, la Ley General para el Control del Tabaco señala, en su artículo 16 fracción VI, la prohibición de comerciar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, que contenga alguno de los elementos de la marca o cualquier tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique con productos del tabaco.
Ssa lanza alerta por vapeo
La Secretaría de Salud (Ssa) emitió una alerta epidemiológica por el uso de cigarros electrónicos o vapeo y pidió a la población recibir atención médica si hay tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, naúseas o vómito.
A través del Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave), la dependencia federal informó al personal de hospitales públicos y privados de todo el país al respecto de la identificación de síntomas respiratorios y la búsqueda intencionada de historial de uso y consumo de cigarrillos electrónicos o vapeadores, puesto que los cigarrillos electrónicos y dispositivos de vapeo funcionan calentando un líquido para producir un aerosol que los usuarios inhalan.
Refirió que, hasta el 27 de septiembre, en Estados Unidos se reportaron 805 casos de lesión pulmonar en 46 estados y un territorio, además de que se han confirmado 12 muertes en 10 estados. Los casos predominan en hombres (69%) del grupo de edad de entre 18 y 34 años.
Explicó que los casos de enfermedad pulmonar inducida por vapeo son un riesgo para la salud pública, dada la creciente popularidad y el uso frecuente de estos dispositivos, que se comercializan como una alternativa al consumo del tabaco y otras sustancias.
Práctica estigmatizada
Durante los días 26 y 27 de septiembre, la industria tabacalera y especialistas se reunieron en el Foro Global de Nicotina y Tabaco (GTNF por sus siglas en inglés), que se llevó a cabo en Washington D.C., donde se destacó la importancia de producir información científica sobre los efectos de estos dispositivos en la salud y abrir el debate para regularlos y evitar el mercado negro.
David Levy, profesor de Oncología de la Universidad de Georgetown, consideró que la falta de regulación ha generado que los jóvenes realicen el vapeo o consuman cigarros electrónicos desde muy temprana edad; en el caso de México, comentó que aunque parece “lejano” el uso de estos dispositivos, se debe legislar al respecto.
“En México, el uso de cigarros electrónicos y vapeadores no es tan grande como en Estados Unidos; sin embargo, las autoridades necesitan poner atención en este problema, sobre todo en los jóvenes, cuyo consumo de tabaco ha incrementado”, dijo.
Konstantinos Farsalinos, investigador del Onassis Cardiac Surgery Center de Atenas, Grecia, comentó que al no haber una legislación clara sobre estos productos, se propicia el mercado negro, puesto que la gente no sólo busca los vapeadores o cigarros electrónicos de nicotina, sino también de aceites con tetrahidrocannabinol (THC), derivado de la cannabis.
Buscando “menor riesgo”
Michael Franzon, consultor médico de la organización estadounidense Project Management Institute (PMI), resaltó que durante los últimos 20 años, la industria tabacalera ha desarrollado investigaciones para elaborar productos que generen un menor riesgo a la salud de los consumidores; en esos estudios han encontrado que la combustión que se produce al fumar es lo que afecta al usuario y genera el desarrollo de enfermedades pulmonares.
“Estamos investigando de qué manera podemos eliminar la combustión al fumar, que exista una temperatura máxima de 350 grados que no genere humo, que no genere esta combustión. Ahí es donde empezamos a investigar de qué manera podemos hacer un producto menos dañino que los cigarros convencionales”, dijo.
Detalló que el proceso de combustión divide el tabaco en miles de productos químicos que aparecen en el humo del cigarrillo, y éste contiene miles de sustancias químicas, incluyendo al menos 70 que pueden causar cáncer. Entre los que se encuentran arsénico, benceno, monóxido de carbono y metales pesados, entre otros. Estos químicos se conocen como carcinógenos 1 y pueden provocar, además de cáncer, enfermedades cardiovasculares y pulmonares.
Marc Firestone, presidente de asuntos internos y consejero general de Philip Morris International, resaltó que la tecnología es un gran aliado para desarrollar productos que no impliquen un riesgo alto para el consumidor y la importancia de que la industria participe en el debate para la regulación de los cigarros electrónicos y vaporizadores. Esta compañía es la empresa tabacalera más grande en el mundo y propietaria de las principales marcas de cigarrillos.