El abogado y maestro en derechos humanos, Pablo Andrei Zamudio Díaz, advirtió que la flexibilidad que tiene Morena y sus aliados en el Congreso, para hacer modificaciones constitucionales, “abre la puerta a la erosión de los derechos”.
Por lo anterior, hizo un llamado a las y los diputados federales de la 66 legislatura a generar mecanismos “para evitar modificaciones fundamentales a la constitución”.
A través de un comunicado, el jurista recordó que la Constitución es el documento más importante dentro del orden jurídico de un país, “pues es la que establece las bases para la organización del Estado y consagra los derechos inalienables de las personas”, sin embargo, ante la mayoría parlamentaria que le da a los guindas la oportunidad de avalar reformas a la carta magna sin oposición alguna, consideró que “cualquier intento de reforma constitucional debe ser tratado con extrema prudencia”, para evitar que intereses coyunturales puedan alterar el núcleo esencial del constitucionalismo y debilitar la protección de los derechos fundamentales.
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“Una Constitución flexible, en la que cualquier modificación se logre con facilidad, abre la puerta a la erosión de los derechos y al debilitamiento de las instituciones que protegen a las personas”, expuso.
Zamudio Díaz, quien ha fungido como apoyo para el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), defendió la necesidad de contar con mecanismos que limiten las reformas “y eviten que estas sean utilizadas para avanzar agendas políticas particulares en detrimento del bien común”.
Por lo anterior, el experto llamó a generar mecanismos de defensa para evitar modificaciones fundamentales a la carta magna.
“Los mecanismos de defensa dentro de la Constitución, son como “anticuerpos”. Así como el sistema inmunológico del cuerpo humano actúa para protegernos de amenazas externas, la Constitución debe contar con mecanismos que la defiendan de intentos de reformas que busquen suprimir o alterar sus principios fundamentales. Los límites materiales a las reformas, como las cláusulas pétreas, actúan como barreras que impiden que ciertos derechos e instituciones puedan ser modificados o eliminados. Esto es esencial para asegurar que la Constitución siga siendo un escudo protector para la sociedad”, explicó.
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Zamudio Díaz resaltó el papel fundamental que juegan los tribunales constitucionales y las cortes supremas como guardianes de la integridad constitucional, al garantizar que cualquier cambio no atente contra la esencia del Estado de derecho.
Asimismo, defendió el principio de no regresión y progresividad en la protección de los derechos humanos, “que funcionan como un mecanismo de defensa que impide que los avances logrados en materia de derechos sean revertidos por intereses políticos”.
“Una sociedad que permite retrocesos en la protección de los derechos fundamentales está condenada a perder las conquistas que con tanto esfuerzo ha alcanzado. Por eso, la Constitución debe ser un documento que garantice que dichos avances se mantendrán y seguirán progresando”, sostuvo.
Finalmente, el abogado Pablo Andrei Zamudio, llamó a las y los congresistas federales a reflexionar sobre la importancia de mantener la rigidez en la reforma constitucional.
“La Constitución no es un instrumento que deba moldearse a voluntad de cada generación o época. Es un pacto social que garantiza la protección de nuestros derechos y la organización de nuestras instituciones. La rigidez en su reforma es lo que permite que ese pacto se mantenga firme, incluso en tiempos de turbulencia política”, concluyó.
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mahc/apr