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“Les buscamos y solo nosotras les encontramos”, reclaman; vigilia por Teuchitlán entre zapatos, velas y hasta un enfrentamiento

“Ojalá todos tomáramos un pico y una pala y fuéramos a buscar”; ofician misa por desaparecidos previo a vigilia por Teuchitlán en CDMX

Desde la CDMX, dedican aplausos al colectivo Guerreros Unidos de Jalisco; destacan su trabajo al localizar el rancho en Teuchitlán

Luto Nacional por Teuchitlán: Miles de personas se suman a jornada de protesta por campo de exterminio en Rancho Izaguirre
Con la misma rabia y tristeza de siempre, cientos de familiares de personas desaparecidas encabezaron una jornada de vigilia en el zócalo de la Ciudad de México para guardar luto tras el hallazgo del campo de exterminio encontrado por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, en Teuchitlán.
A diez días de los hechos, padres y madres buscadoras realizaron una protesta pacífica y colocaron 400 pares de zapatos numerados, con rosas blancas, veladoras e incienso para despedir y honrar a quienes fueron víctimas de desaparición forzada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Mientras turistas y transeúntes observaban con curiosidad el movimiento, solidarios y familias buscadoras llevaron a cabo un mitin para exigir la localización de los más de 124 mil desaparecidos en México, según datos históricos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
Algunas madres lucen cansadas, unas esperanzadas y otras más no tienen expresión, pues llevan más de una década pidiendo a las autoridades que volteen a ver la crisis de desaparecidos que se vive desde 2006, los hallazgos más recientes de crematorios y fosas clandestinas, el reclutamiento forzado por parte de cárteles y la guerra que grupos criminales mantienen en México, un Estado que no voltea a ver estas problemáticas.
—¿A quién está buscando y por qué está aquí hoy?—, pregunta EL UNIVERSAL.
—Estoy buscando a mi hermano, que desapareció el 10 de enero del 2015. Javier Bruno Flores, era policía federal, ahí en Tamaulipas. Ya está un detenido, pero no quiere decir nada, no hay avances, desgraciadamente las autoridades también estaban coludidas con eso, gente, su fiscal y todo eso.
—¿Fue desaparición forzada?
—Sí, fueron a un restaurante, fueron a entrevistar a una señora que había desaparecido su hijo. Y ahí llegó la gente armada y se los llevaron—, agrega entre lágrimas Elsa Maldonado.
Aunque buscadoras sostienen que todas las desapariciones son forzadas porque nadie desaparece sin razón, otras madres hacen distinción y destacan que las palabras importan, pues algunas personas son extraviadas, otras secuestradas, o no localizadas, otras más son reclutadas y engañadas. A pesar de esto, todas las víctimas sufren el mismo destino: desaparecen del país ante un Estado omiso y negligente, según denuncian familiares.
La jornada de vigilia se llevó a cabo en las principales ciudades de México, sobre todo en aquellas que encabezan la lista con más desapariciones desde 1952. En cada una, se encendieron velas y se guardó silencio por todas las víctimas que han hallado sin vida y por los familiares que no saben si su desaparecido está vivo o muerto.

A las 5 en punto, se leyó un posicionamiento y pliego petitorio para la presidenta Claudia Sheinbaum. Compartieron historias, pintaron un mapa del Rancho Izaguirre y las palabras: Presidenta, ¿ahora sí nos ve?, en la plancha del zócalo capitalino. Luego comenzó un acto ecuménico, pues la parte espiritual es esencial para emprender cada búsqueda en campo.
Sacerdotes, padres y el Eje de Iglesias de la Brigada Nacional de Búsqueda ofrecieron sus condolencias y oraciones para los jóvenes víctimas de desaparición de todo México, especialmente de Jalisco: “Mueve el corazón de las autoridades para que tomen las decisiones correspondientes y que podamos recuperar la paz que algún día conocimos”.
Durante el memorial, madres unieron rebozos y rodearon los zapatos de sus seres queridos, prendieron velas y se abrazaron unas a otras. Con el paso de los años, formaron redes de apoyo valiosas y solo se tienen a ellas, pues en la mayoría de casos, son desplazadas de sus comunidades o son aisladas por sus propias familias.


Este sábado se vivió un luto nacional necesario, que demostró la solidaridad de voluntarios, organizaciones de la sociedad civil, colectivos, estudiantes, líderes religiosos y hasta de profesores y médicos. Todos y todas estaban ahí, excepto políticos, fiscalías o delegados de comisiones estatales de búsqueda.
La jornada fue un recordatorio de que las familias buscadoras no buscan protagonismo, como muchas personas creen, sino el cobijo de una sociedad que a menudo los violenta y revictimiza, que les da la espalda o que luchan por sus propios intereses.
A eso se le sumó una misa en la Catedral Metropolitana, donde se hizo hincapié en la violencia que se vive en estados como Jalisco, que oscila en el primer lugar de desapariciones con más de 15 mil.
La crisis de desapariciones en México cada día es más visible, aunque esto no es mérito del gobierno, sino de aquellas mujeres y hombres que gritan hasta el cansancio: “¿Por qué les buscamos? Porque solo nosotras les encontramos”.
Ante la desesperanza que cientos viven por las desapariciones, un grupo de manifestantes logró quitar las vallas que cercaban Palacio Nacional con la intención de dar un portazo, sin embargo, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX los replegaron.
Entre los jaloneos, se gritaron cientos de consignas, hubo empujones, los manifestantes cercaron a los policías con las vallas y rayaron sus escudos, por unos minutos, un grupo fue encapsulado quedando dentro una reportera de EL UNIVERSAL.
Luego, los manifestantes desistieron y continuaron en la protesta pacífica.

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