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Con ansiedad, incertidumbre y deudas se preparan las familias para recibir el ciclo escolar 2020-2021, en el que los alumnos tomarán clases a distancia por televisión e internet.
Y es que a falta de computadora en casa, muchos papás han tenido que endeudarse para comprar equipos electrónicos, incrementar el gasto en el hogar para contratar internet y hasta renunciar a la televisión para cederla a sus hijos.
Mauricio Enrique Ledesma García, carpintero de 40 años, tiene cuatro hijos en edad escolar: una niña en preescolar, un varón en primaria, uno en secundaria y otro en preparatoria.
Además de contratar el servicio de internet por 600 pesos mensuales para que los niños tomaran clases en casa, tuvo que adquirir un teléfono inteligente, pues el mayor tenía tanta tarea que no podía compartir el equipo con sus hermanos.
“Está bien que tomen clases así para evitar que se enfermen de Covid-19. Ahora contamos con computadora, una clienta me la regaló (...) y ahora también el internet lo tuvimos que contratar. Son más gastos y es pesado porque vamos al día y, como no hay mucho trabajo, es peor”, dice.
Édgar Bravo, electricista de 39 años, tiene un hijo en preparatoria y una niña en quinto grado de primaria, comenta que para ellos ha sido complicado adaptarse al sistema en línea, así como un reto económico, pues su esposa y él tuvieron que ahorrar para adquirir una computadora en 2 mil 500 pesos y contratar internet por 360 pesos al mes.
“Está muy complicado porque hay otros gastos y esto no estaba previsto, pero es una necesidad, si no ¿cómo le van a hacer para estudiar? No sé cómo le voy a hacer con mis hijos, ojalá que haya diferentes horarios para que se puedan organizar”, subraya.
A partir del 24 de agosto, sus hijos, al igual que 30 millones 464 mil niños, regresarán a clases con la modalidad a distancia, puesto que en medio de la contingencia las escuelas y centros de enseñanza serán los últimos en volver a actividades presenciales.
La SEP diseñó la estrategia Aprende en Casa II para transmitir contenidos educativos de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato por televisión e internet. La medida ha generado incertidumbre y preocupación, pues algunos papás consideran que sus hijos no están aprendiendo igual y que representará un gasto adicional para ellos.
“Los problemas son de uno y uno tiene que salir adelante. A ellos [a los hijos] hay que transmitirles seguridad y que todo se puede echándole ganas”, aseguera Édgar Bravo, quien ha tenido menos trabajo e ingresos durante la contingencia.
Óscar Gutiérrez, ingeniero de 40 años, y Verónica Sallas, ama de casa de 33, tienen tres hijos y ninguna computadora.
El regreso a clases les genera incertidumbre y ansiedad, ya que no saben si los recursos con los que cuentan en casa serán suficientes para estudiar.
“Será un poco complicado adaptar los horarios para que puedan tomar clases. Mi hijo cuenta con celular y mis otros dos niños tienen una tablet, sería como el medio para que puedan seguir sus clases, pero sólo tenemos una televisión en casa, por lo que tampoco sabemos cómo le vamos a hacer ”, cuenta Verónica.
“En lo inmediato tendremos que comprar una computadora, ver si pagarla con la tarjeta o de qué medios nos podemos valer”, finaliza Óscar.