Expertos en seguridad consideran que la aprobación al Ejército por la población se debe más a labor social y humanitaria que realiza en el país que a los resultados en seguridad pública y combate al crimen organizado.

La presidenta de la organización Causa en Común, María Elena Morera, afirmó que tener a los militares y marinos en las calles no ha representado ninguna solución a los problemas de violencia que enfrenta el país.

“Los militares han estado en temas de narcotráfico desde los años 80 y no se solucionó este tema, y en temas de seguridad han estado desde el sexenio de Felipe Calderón y no se solucionó la inseguridad”, indicó.

La activista señaló que la gente quiere a los militares porque “está acostumbrada a verlos en labores de defensa a la población cuando hay una inundación, un sismo, por lo que tienen una buena imagen pública, pero de ahí a que funcionen en seguridad... ¿Qué resultados han tenido?”.

Catalina Pérez Correa, académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirmó que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca usar la confianza que la población tiene en general del Ejército Mexicano para justificar las facultades y tareas que les ha otorgado en lo que va de su sexenio.

“El Presidente quiere usar la confianza que las personas tienen en general en el Ejército y la aprobación que expresan para frenar el crimen organizado para justificar darles todo tipo de facultades en seguridad cotidiana. La gente no quiere eso”, dijo.

Para David Saucedo, especialista en temas de seguridad, existe una sensación de admiración hacia los militares entre la población, aunque su desempeño en procuración de justicia, seguridad pública, respeto a los derechos humanos y transparencia deja mucho que desear.

En entrevista, Saucedo mencionó que durante 2021 tan sólo la Guardia Nacional (GN) acumuló 20 denuncias por participación en ejecuciones extrajudiciales.

“Hasta donde sé no se ha castigado a ningún elemento de la GN por esos hechos ni tampoco a los mandos superiores que dieron la orden. Es muy frecuente que en el Ejército ocurran este tipo de eventos, pero lo peor es que no se castiga a los responsables”.

Indica que la militarización del país ha aumentado la violencia “y las atrocidades que se cometen en algunas entidades, como Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Baja California y Zacatecas, tales como masacres, descuartizamientos y actos de narcoterrorismo”.

Dice que la militarización del país redundará en malos resultados, violaciones de los derechos humanos, penetración del crimen organizado en las estructuras militares y corrupción.