Más allá de la fiesta y el orgullo, personas con discapacidad, indígenas, pacientes con VIH y cáncer, y familiares que buscan a sus desaparecidos encabezaron la (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, transexuales, travestis, intersexuales, queer y otras identidades y expresiones de género y orientaciones sexuales) para exigir el cumplimiento de sus derechos, mayor visibilidad, seguridad y empatía por parte del gobierno y la sociedad.

Con el lema: Diversidad sin fronteras: ¡Justicia, Resistencia y Unidad!, también denuncian el avance de la ultraderecha en el mundo, la represión a esta población en América Latina y el incremento de transfeminicidios y crímenes de odio.

Por horas, miles de personas pintaron un arcoíris en la para dejar en claro que su existencia no tiene porque ser blancos de odio ni de estigmas, mucho menos vulnerada ante el avance de la militarización que los reprime, ni de empresas e inmobiliarias que los desplaza, como es el caso de comunidades y pueblos indígenas.

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Así, cada movimiento social se unió desde las primeras horas de ayer en el Ángel de la Independencia, la Diana Cazadora, el Monumento a la Revolución y la Glorieta de los Desaparecidos para recordar a una sociedad fría y gris que la resistencia LGBTTTIQ+ está en protesta.

Tal fue el caso del contingente contra las desapariciones, que incluso en día de celebración, familiares, amigos y personas solidarias buscan y recuerdan a decenas de personas de esta población sin localizar y gritan: “¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”.

Paralelo a las miles de personas que disfrutaban el día mientras paseaban a sus mascotas, se tomaban fotografías y se celebraban con orgullo el pertenecer a la comunidad; padres de los desaparecidos denunciaron invisibilidad institucional, pues se les niega el derecho a ser buscados con su nombre social e identidad sexual propia.

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Además, expresaron que todas las personas, sin importar su orientación, identidad o expresión de género, tienen derecho a ser buscadas y acceder a la verdad, justicia, memoria y reparación, pues la falta de datos desagregados en los registros oficiales no sólo borra sus existencias, también invalida el diseño de políticas públicas, directivas e integrales.

“Exigimos garantías de seguridad y protección para todas las personas que buscamos, en especial quienes pertenecemos a la población LGBTTTIQ+, y enfrentamos múltiples formas de discriminación. Las comisiones de búsqueda, fiscalías y demás instituciones del Estado deben garantizar espacios seguros, accesibles y libres de violencia para todas las personas que buscan”, expresó Joana, madre de Lilith Saori, una chica trans desaparecida desde 2023.

Organizaciones de la sociedad civil, activistas y pacientes con cáncer y VIH/Sida también denunciaron la falta de atención y respuesta por parte de autoridades de salud y el rechazo social que implica formar parte de la comunidad y tener una enfermedad crónica.

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“Marchamos para visibilizar y seguir defendiendo nuestros derechos, también es fiesta, no estamos en contra de ello, pero no hay que descuidar la parte social y la labor comunitaria que realizamos los que estamos de este lado del activismo”, señaló David, de la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/Sida A.C.

Aunque comenzó nublado, con el paso de las horas salió el sol para iluminar las principales avenidas del país, decoradas con globos, sombrillas y banderas de todas las orientaciones sexuales, donde jóvenes y adultos de todas las edades gritaron: “¡Arriba, arriba la putería; abajo el patriarcado y la homofobia!”.

Ante la discriminación y rechazo que infancias y juventudes de esta población viven, en la marcha también hubo solidaridad y muestras de cariño por parte de padres que mostraron su amor a personas de todas las edades. Así, cientos de carteles con las frases: “Abrazos gratis” y “Amor de mamá gratis” llenaron los corazones de los asistentes.

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Otras luchas se unieron para exigir un alto a la guerra en la Franja de Gaza, donde cientos de niños y mujeres han muerto de hambre o por la falta de acceso a la salud. Estudiantes y activistas lamentaron el avance de la ultraderecha en el mundo y denunciaron el genocidio en Palestina: “Las mujeres, en Gaza, no son una amenaza”.

Por la tarde, un contingente de defensores de derechos humanos y personas de la comunidad trans quemaron una serie de fotografías que mostraba la labor de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano. Con rabia incendiaron la exposición permanente en las rejas del Senado de la República al grito de: “¡Aquí está la resistencia trans!”.

Bisexuales, gays, lesbianas, intersexuales, trans, asexuales y pansexuales hicieron suyas las calles de la Ciudad de México para luchar, por un año más, por el reconocimiento de sus identidades, los derechos conquistados y los que faltan, porque no sólo fue “un día de fiesta, sino de lucha y protesta”, subrayaron.

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