Este 12 de diciembre se cumplen 489 años de que la Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531.
Desde aquel momento, la Virgen de Guadalupe es el principal pilar de la fe católica en México. Cada año, millones de fieles acuden a La Villa para visitarla.
Sin embargo, hubo un momento en que desde la Iglesia católica se generó una polémica en torno a la guadalupana, que llegó hasta El Vaticano.
En 1996, seis años después de la beatificación de Juan Diego, el abad de la Basílica de Guadalupe, monseñor Schulenburg, puso en duda la existencia del indígena al que se le apareció la guadalupana y por ende, la de esta última.
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En aquel momento, Carlos Salinas de Gortari era presidente de México y le tocó la beatificación de Juan Diego.
Las polémicas declaraciones de Schulenburg salieron de una entrevista en una revista religiosa, que reprodujo la publicación italiana 30 Giorni, la que llegó hasta El Vaticano.
El abad dijo que la figura de Juan Diego es "un símbolo, no una realidad", lo que ponía en duda las apariciones de la Virgen. Además, aseguró que la imagen de la Virgen de Guadalupe era “producto de una mano indígena y no de un milagro”.
Las declaraciones cayeron muy mal en la Arquidiócesis de México, que estaba encabezaba por Norberto Rivera, quien fue Arzobispo primado hasta 2017.
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A pesar de que hubo repudio en la Iglesia y en la sociedad contra Schulenburg, el abad negó en tres ocasiones el milagro guadalupano, incluida una famosa carta al Vaticano, en la que el purpurado mexicano pedía a la Santa Sede no equivocarse sobre la canonización de Juan Diego.
Tras la polémica, se cuestionaron no sólo las declaraciones de Schulenburg, si no también sus inmuebles, joyas y hasta su afición al golf.
Schulenberg poseía sendas residencias en el entonces Distrito Federal, una con valor de 15 millones de pesos en el número 40 de Bosques de Chihuahua y otra en el número 140 de Bosque Pino.
Además tenía una residencia que construyó en el lujoso fraccionamiento de Tabachines en Cuernavaca, con valor estimado de más de un millón de dólares, a pesar de que cuando era niño creció en una familia humilde.
La polémica derivó en una autoexcomunión del abad, quien irónicamente fue el encargado de edificar la nueva Basílica de Guadalupe, en donde fue velado cuando falleció en el 2009.
cg