Tras la llegada de más de 200 mil tortugas golfinas (Lepidochelys olivacea) a las costas del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) desplegó operativos de vigilancia y protección en el Santuario Playa Morro Ayuta para proteger la anidación de la especie.

En recorridos realizados del 4 al 7 de octubre, personal de la dependencia cubrió 15 kilómetros del litoral para proteger los nidos y evitar el saqueo de huevos, común en la zona, ya que registró un estimado de 200 mil nidos y la producción de cerca de 20 millones de huevos.

Profepa alertó que estas acciones se realizan porque, aunque la tortuga golfina es la especie más abundante en México, enfrenta amenazas por depredación natural, fauna doméstica y actividades humanas que comprometen su reproducción y supervivencia, como el saqueo o el turismo masivo.

Ante ello, indicó que mantendrá vigilancia diurna y nocturna en coordinación con la Secretaría de Marina (Semar), con la posibilidad de realizar detenciones por saqueo o tráfico de huevos, así como acciones preventivas para reducir el impacto humano durante el periodo de anidación.

El organismo recordó que la protección de esta especie es esencial para el equilibrio de los ecosistemas marinos y costeros, pues las tortugas contribuyen a la regulación de poblaciones de medusas y esponjas, además de generar alimento para aves, crustáceos y mamíferos durante el proceso de eclosión.

Anunció operativos en Morro Ayuta, una de las playas más importantes de México para el desove masivo de esta especie.

La golfina es una de las especies más emblemáticas del Pacífico mexicano, que habita en las costas de Oaxaca, especialmente en los santuarios de La Escobilla y Morro Ayuta, uno de los mayores refugios de anidación del planeta.

Es la más pequeña y abundante de las tortugas marinas que habitan en México. Alcanza entre 60 y 70 centímetros de longitud y pesa en promedio 45 kilogramos. Su caparazón es de color verde olivo con tonalidades grisáceas y forma casi circular, lo que le da su nombre común.

Posee una dieta omnívora, pues se alimenta de medusas, crustáceos, algas y pequeños moluscos, y puede recorrer miles de kilómetros entre las zonas donde se alimenta y las playas donde anida.

Según la Profepa, cada año entre julio y diciembre miles de hembras llegan de manera sincronizada a desovar en estas playas, un fenómeno natural conocido como “arribada” que convierte al litoral oaxaqueño en un punto clave para la conservación global de la especie.

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