La activista mexicana Jeanette Vizguerra Ramírez, quien radica en Estados Unidos desde hace 32 años, aunque no de manera legal, sostiene que las organizaciones no gubernamentales que lidera emprenderán varias tácticas para evitar deportaciones de migrantes. Una de ellas consistirá en ocultarlos ante la desaparición de espacios seguros, como iglesias, escuelas y hospitales.
“Sí, tenemos otras opciones. Obviamente, a ningún medio de comunicación se las vamos a decir, porque son tácticas. Así como el gobierno tiene sus cosas internas, sus protocolos de seguridad, nosotros también las tenemos. Tenemos maneras de mantener a nuestra gente en espacios seguros, obviamente no hablamos en dónde. Pero hay mucha gente americana que están dispuestos a ofrecer sus casas, a tener a la gente en otros lugares”, comenta a EL UNIVERSAL.
La activista de 52 años, quien en 2017 fue elegida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes, se refugió en tres ocasiones en iglesias para evitar ser deportada a la Ciudad de México. La última fue la más larga, pues pasó tres años en el templo First Unitarian Society of Denver, en Colorado. A estas alturas ya borró la palabra “miedo” de su vocabulario, después de que años atrás dirigió varias movilizaciones a favor de los migrantes, por lo que dice estar lista para la nueva era de Donald Trump.
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“He emprendido acciones frente a las casas de los directores del ICE (Servicio de Inmigración y de Aduanas de Estados Unidos) en Colorado, bloqueé también la oficina central de ICE. Así que nos manden al SWAT (Special Weapons and Tactics), a la policía especial, a quien quieran. Estamos listos para una confrontación directa.
“He estado tres pinches veces recluida en centros de detención. He estado tres veces metida en santuario, perdiendo mi libertad. He atravesado las pinches montañas y el desierto para regresar a ver a mis hijos. O sea, a mí no me da miedo que me detengan y me deporten, porque ya sé cómo funciona. Lo que me da rabia es lo que pasa y las injusticias”, manifiesta.
Comenta que durante la gestión de Joe Biden también hubo muchísimas deportaciones y no importa quién gobierne EU, porque las repatriaciones no cesan: “Durante los años de Biden no es que no deportaron gente, porque deportaron muchísima. No importa qué presidente esté, siempre están deportando gente, pero fue como que la cosa era, se puede decir, más callada y más amable”.
Jeanette, quien trabaja en una tienda departamental, llegó junto a su esposo de manera ilegal a EU en 1997, huyendo de la inseguridad en Ciudad de México. Yo me vine por seguridad, no fue por mi vida. A mi marido lo secuestraron en tres ocasiones en su trabajo. Él trabajaba en el servicio público de transporte y las veces que lo quisieron secuestrar, le pusieron la pistola en la cabeza. A uno de sus compañeros sí lo mataron. Llega el momento en que dice: ‘Yo no me quiero morir, quiero que mi hija tenga a su papá. Quiero buscar algo mejor para nosotros’. Entonces, decide venirse y mi hija mayor y yo lo seguimos”, relata.
Tres de los cuatro hijos de Jeanette nacieron en suelo estadounidense y su hija mayor ya se nacionalizó. pero la activista no ha logrado obtener la ciudadanía.
“Sigo peleando, las extensiones del tiempo las he podido ganar estando afuera. Entonces sigo en esa lucha. Lo de ellos conmigo, es más personal por lo que hago. Lucho porque no le voy a regalar al sistema todos los años de trabajo que he pagado taxes (impuestos). ¿A dónde van a quedar mis taxes? Quiero seguir en esta pelea y tener un retiro honorable por los años que he dejado de trabajo en este país”.
Vizguerra Ramírez encabeza tres ONG en la Unión Americana: Metro Denver Sanctuary Coalition, Sanctuary for All y Abolish Ice Denver, que brindan asesoría a migrantes sin importar su país de origen.
En este momento la han buscado más de una treintena de familias de distintas nacionalidades que a toda costa buscan evitar ser deportadas, principalmente de México, Honduras, El Salvador y Ecuador.
Comenta que la mayoría de las familias mexicanas que la buscan para arreglar su situación en Estados Unidos salieron huyendo de la violencia en gran parte del país.
“Hay de Sinaloa, de Guanajuato y de otras partes de México. Vienen aterrorizados por todas esas matazones y los cárteles apoderándose de las comunidades y de las propiedades de la gente, amenazándolas. Andrés Manuel López Obrador, con su plan de ‘abrazos, no balazos’ aumentó sustantivamente la impunidad de los cárteles. Y aún están operando a sus anchas”, externa.
Las tres ONG que encabeza desde hace unas semanas intensificaron sus actividades a favor de los migrantes que no cuentan con ciudadanía estadounidense y están en la mira del nuevo gobierno.
“Lo que estamos haciendo es impartiendo talleres en los que les explicamos a indocumentados sus derechos, para que entiendan lo que deben y lo que no tienen que hacer. Estamos preparando líneas de respuesta rápida para que la gente pueda hablar y decir si está viendo actividad de inmigración en tal zona. Tenemos equipos de gente que va y verifica que la redada sea real, para saber a qué centros de detención se los van a llevar, buscar a las familias y empezarlos a apoyar en los procesos de cómo manejar los casos y tratar de sacarlos”.
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Jeanette lamenta que con Trump se terminen los santuarios: “Es una falta de respeto a instituciones que se deben respetar por el hecho de lo que son, como los hospitales. Se han dado casos de que hay una persona que está casi muriendo en un hospital y por el hecho de ser inmigrante llega migración para llevárselo.
“Ya no respetarán los espacios seguros que eran iglesias, escuelas y hospitales. Ahora los agentes migratorios van a tener libertad de entrar a cualquier espacio. Esta administración ya no tendrá respeto por absolutamente nada”.
La activista enfatiza que cuando la vean llorar, no será de tristeza ni de temor, sino por impotencia.