Luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ( TEPJF ) emitió un dictamen contra cuatro ministros de culto por haber impactado con sus opiniones en una jornada electoral , la Iglesia católica discrepa.
En la editorial del semanario "Desde la Fe" , la iglesia católica mencionó que es respetuosa de las disposiciones del poder civil , pues éste existe con la finalidad de conservar el orden y procurar el bien común; sin embargo, en esta ocasión, no se está de acuerdo con los criterios que manifiesta en su sentencia el TEPJF.
En días pasados, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) encontró culpables a algunos ministros de culto de la Iglesia Católica, de haber impactado con sus dichos personales en el proceso electoral federal del año pasado, y ante ello, remitió el expediente a la Secretaría de Gobernación para que resuelva el tema dentro de sus facultades.
Mencionaron que los ministros juzgados se expresaron desde su ámbito personal, inclusive, uno de ellos, en el ámbito de la libertad de cátedra, subrayan que señalaron puntos de mejora social a tener en cuenta a la hora de que los fieles decidieran su voto, en total ejercicio de la libertad de expresión y del ejercicio ciudadano al que tienen derecho.
Resaltaron que además es labor de la Iglesia llevar el Evangelio a todas las personas, la Buena Nueva que exhorta a dejar en el pasado aquellos actos y costumbres que dañan tanto personal como socialmente, y en esa misión sagrada, se pide a todos a cambiar de vida para bien, también a todo gobernante y político, sin hacer diferencia por colores partidistas.
Por ello, teniendo en cuenta que los ministros de culto de la Iglesia han sido respetuosos de los mandatos de ley, y que la Constitución Mexicana protege la libertad de expresión y la libertad de fe a través de los artículos 6 y 24, respectivamente, confían en que la Secretaría de Gobernación evaluará con justicia y legalidad el caso para determinar lo correspondiente.
Para finalizar, dijeron que estos diferendos ocasionales pueden ayudar a seguir construyendo en México una laicidad positiva, en la que el Estado acepte y promueva la libertad de culto, y la Iglesia pueda llevar a cabo la gran misión de acercar a Dios a todas las personas que abren su corazón para recibirlo.