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Gracias a su ubicación geográfica y su extensión territorial, México es uno de los países que goza de mayor biodiversidad así como de una amplia variedad de ecosistemas y climas que lo hacen atractivo en términos turísticos. No obstante, al estar ubicado entre los océanos Pacífico y Atlántico, también es altamente susceptible a sufrir el embate de huracanes , fenómenos meteorológicos que pueden tener un impacto devastador.
Este año, David León Romero, coordinador nacional de Protección Civil, informó que el Sistema Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) pronosticó entre 30 y 37 sistemas para esta temporada de lluvias y ciclones .
La llegada de la tormenta tropical Gamma, que golpeó a Cancún el pasado fin de semana con una fuerza similar a la de un huracán, causando inundaciones, derribando construcciones y dejando varadas a muchas personas; y el huracán Delta , que subió a categoría 4 este martes y que amenaza con causar más estragos en Quintana Roo, son sólo una muestra de cuán letales pueden ser los huracanes en México.
¿Qué es un huracán?
De acuerdo con la Conagua, un ciclón tropical es una amplia zona de baja presión –una zona de inestabilidad del clima que se acompaña con nublados, lluvias, tormentas eléctricas y rachas de viento– que se origina en el mar, en forma de un gran remolino con vientos fuertes, alta nubosidad, lluvias intensas y aumento en la marea y el oleaje en zonas costeras que, además, causa daños significativos al tocar tierra.
Los ciclones tropicales tienen hasta cuatro etapas de acuerdo a su intensidad: perturbación tropical , depresión tropical, tormenta tropical y huracán.
Una depresión tropical se caracteriza por vientos máximos constantes iguales o menores a 64 km/h. Cuando se intensifica, se convierte en una tormenta tropical, que puede alcanzar vientos de entre 64 y 117 km/h.
Un huracán , la etapa de mayor intensidad de un ciclón tropical, presenta vientos de 118 km/h o más. Se divide en cinco categorías en la escala Saffir-Simpson , según la velocidad del viento.
Categoría 1 – vientos de 119 a 153 km/h
Categoría 2 – vientos de 154 a 177 km/h
Categoría 3 – vientos de 178 a 208 km/h
Categoría 4 – vientos de 209 a 251 km/h
Categoría 5 – vientos mayores de 252 km/h
¿Cómo se mide la devastación de un huracán?
Dado su peligro potencial, existe un sistema de alerta llamado Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales. Está integrado por cinco rangos de alerta diferente, que varían de acuerdo a intensidad y cercanía; cada nivel de alerta está representado por un color específico.
La alerta azul corresponde al peligro mínimo e indica que es momento de tomar medidas preventivas y mantenerse informado sobre la trayectoria del ciclón en cuestión. La alerta verde indica peligro bajo e implica reforzar las medidas preventivas como revisar techos, ventanas y paredes y tener a la mano documentos importantes en caso de emergencia.
La alerta amarilla, peligro moderado, pide a la población mantener un alto nivel de atención a las indicaciones de Protección Civil y ubicar los refugios temporales más cercanos ante una posible evacuación y proteger sus viviendas. La alerta naranja, que representa un peligro alto, solicita a la gente permanecer en los refugios o resguardados en sus hogares y atender las instrucciones de las autoridades de Protección Civil hasta que el peligro haya pasado.
Finalmente, el peligro máximo es representado por la alerta roja con la cual se pide a la población no salir de su casa o refugio temporal, no dejar solos a menores de edad, enfermos y personas mayores, seguir los anuncios difundidos por las autoridades correspondientes y atender las instrucciones enfocadas a la protección de la comunidad.
¿Cuáles han sido los huracanes más letales en la historia de México?
Si bien los sistemas de Protección Civil han contribuido a mantener a la población a salvo ante la llegada de un ciclón tropical, independientemente de su intensidad, nada puede detener la fuerza devastadora de este tipo de desastres naturales.
Desafortunadamente, México ha sido testigo en diversas ocasiones de catástrofes causadas por huracanes y tormentas tropicales a lo largo de la historia que, más allá de los daños materiales, han cobrado la vida de muchas personas.
Uno de ellos fue el huracán Liza, que golpeó a Baja California en 1976. Considerado el peor desastre natural en la historia del estado, este huracán categoría 4 afectó a Cabo San Lucas y San José del Cabo con inundaciones severas. Sin embargo, el mayor impacto se registró en La Paz, donde, a consecuencia del desbordamiento del arroyo El Cajoncito, el gran oleaje destruyó todo a su paso y dejó un saldo mínimo de 2,000 muertos.
En 1959, un huracán categoría 5 azotó las costas del Pacífico mexicano, dejando graves estragos en Manzanillo y Minatitlán. Varios deslaves causaron la muerte de al menos 1,500 personas.
Por su parte, el huracán Paulina arrasó con destinos turísticos como Acapulco, Puerto Escondido y Huatulco en 1997. Su paso por Guerrero dejó 300,000 damnificados, 250 lesionados y 150 desaparecidos. La costera guerrerense quedó convertida en un terrible escenario de muerte y destrucción.
En 1988, el huracán Gilberto tocó suelo mexicano y desde entonces ostenta el récord del huracán más intenso al momento de tocar tierra en Cozumel, con vientos de más de 280 km/h. Además de causar la muerte de 170 personas, hundió 83 barcos y dejó sin hogar a 60,000 familias. Encima, el huracán categoría 5 volvió a tocar tierra en el noreste con tormentas que se extendieron durante una semana.
Cabo San Lucas fue testigo de la llegada del huracán Odile en 2014. El ciclón categoría 4 dejó un saldo de 15 muertos y cerca de 30,000 turistas varados. También dejó sin energía eléctrica a prácticamente todo Baja California Sur por casi dos semanas.
El huracán Hilda golpeó la región de la Huasteca en 1955; Tamaulipas, Ciudad Madero y Tampico no se salvaron de las inundaciones; tampoco Veracruz. El saldo fue de 12,000 damnificados, 600 heridos y 12 muertos.
El huracán Beulah, que osciló entre las categorías 3 y 5 durante su paso por el Golfo de México, llegó a Cozumel en 1967 con vientos de 180 km/h, causando la muerte de 11 personas, destruyendo cientos de viviendas y causando fuertes precipitaciones en el noreste de México y el sur de Estados Unidos.
¿Qué tan devastador fue el huracán Patricia?
Uno de los casos más recientes fue el del huracán Patricia que, aunque no dejó víctimas mortales, sí causó terror en la población al ser catalogado en la máxima categoría en 2015. Con vientos de hasta 266 km/h, el huracán fue debilitándose a medida que se acercó a tierra. En este caso, la orografía del país jugó a favor de sus habitantes, pues los fuertes vientos de Patricia chocaron con las sierras jaliscienses hasta que quedó convertido en una tormenta. No obstante, dejó una cantidad histórica de refugiados, lo cual demostró que con el paso del tiempo y con la información oportuna de las autoridades, la población ha aprendido gradualmente a mantenerse a salvo del embate letal de los huracanes.
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