Como una opción desesperada tras días de angustia, Rebeca Scharf publicó en redes sociales un llamado de ayuda para poder salir de Israel, país que se declaró en guerra tras los ataques en su contra de parte de la organización Hamas.
La mexicana narró ahí su desesperación ante una llamada que no llegaba de parte de las autoridades consulares y, sobre todo, su urgencia por sacar a su hijo de una nación en guerra.
“Estoy en Israel con mi hijo de 12 años, me registré desde ayer en la página de la SRE y no he sido contactada, salió un vuelo humanitario. Por favor, alguna indicación de cómo poder tomar ese vuelo humanitario”, escribió.
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Tras horas y horas de miedo, dolor, tristeza y desconcierto, y al finalizar la entrevista con EL UNIVERSAL, Rebeca finalmente recibió la llamada de la embajada mexicana que le prometía una posibilidad de salir de Israel. Los funcionarios le informaron que debía dirigirse al aeropuerto de Tel Aviv para abordar uno de los aviones de la Fuerza Aérea Mexicana que trasladan a cientos de connacionales que se encuentran en Medio Oriente en medio de un conflicto que escala a cada momento.
Rebeca narró a este diario que tras la llamada inmediatamente se movilizó al aeropuerto, a donde llegó al mediodía, hora de dicho país; sin embargo, no encontraba a alguien de la embajada que le proporcionara información sobre el protocolo que deben seguir los mexicanos para poder abordar el avión de la Fuerza Aérea Mexicana con ayuda humanitaria.
En medio de esa incertidumbre, la mexicana aguardó la llegada de los aviones, con el miedo de que el punto de espera, al ser un aeropuerto, es un “blanco militar y es peligroso”, señaló.
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La desesperación de Scharf crecía aún más porque su hijo vive episodios de ansiedad, para lo cual el adolescente toma medicamento con prescripción médica, mismos de los que sólo tenía para cubrir dos semanas.
Rebeca llegó a Israel a mediados de septiembre para visitar a su madre y a algunos familiares, mexicanos que ahora residen en Medio Oriente y que no tienen pensado regresar a México ni siquiera por la guerra. “Ellos no se van a ir del país, aquí tienen su vida y su hogar”, explicó.
La madre mexicana contó con lágrimas en los ojos que uno de sus sobrinos se enlistó al ejército para apoyar en la guerra contra Hamas. Situación que se suma al miedo de que sus familiares se queden en Israel, sobre todo porque la ayuda humanitaria que ofreció el gobierno mexicano sólo es para los turistas que se encuentran atrapados en medio del conflicto, pero no se contempla para los residentes.
Finalmente, dijo que de no salir del país en ese momento "no sé si hubiera podido hacerlo después. Ojalá que pueda ver a mi familia pronto”. También agradeció al gobierno mexicano por enviar la ayuda, así como al equipo de personas que tripularon el avión. Sin embargo, aseguró que "la preocupación ahorita es que sé que se quedaron muchos mexicanos allá que querían salir, decían que eran entre 500 y mil mexicanos los que querían salir".
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