Organizaciones civiles, especialistas y extitulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) aseguran que durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se registró un retroceso en materia educativa: se redujo la matrícula en más de un millón 600 mil estudiantes, el aprendizaje retrocedió a niveles de hace 20 años y disminuyó la inversión al sector, ya que en la actualidad se destina 2.7% del producto interno bruto (PIB) cuando en el sexenio anterior se canalizaba 3.2%. Es decir, sufrió un decremento de entre 150 mil y 175 mil millones de pesos.
Consultados por este diario, los entrevistados señalan que en materia educativa esta administración que concluye fue de regresión y de una “educación sin rumbo” que no prepara a niñas, niños, y jóvenes para la vida y el trabajo.
“Este gobierno nos deja una educación sin rumbo. No deja claridad en lo que se ha venido haciendo, y creo que eso termina siendo también una expresión de esa falta de rumbo, en la que no hubo transparencia en la forma en cómo se condujo la educación, ante una carencia total”, dice el exsecretario de Educación Pública de Sinaloa, Juan Alfonso Mejía.
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Señala que en estos momentos, la educación en México carece de rumbo porque el gobierno federal le dio la espalda a la evidencia: “No hay rumbo, no hay claridad porque no hay cifras, no hay datos. Este gobierno le dio la espalda a la evidencia debido a que no hay evaluaciones y eso te deja un sistema educativo a oscuras”, añade.
Sylvia Schmelkes, extitular del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) e integrante del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, platica que la herencia de este gobierno que agoniza es el retroceso.
“Lo que tenemos es un retroceso en materia educativa, no estábamos bien en 2019, pues teníamos un conjunto de problemas que tienen que ver con el acceso, la equidad y con la calidad de la educación, pero esta administración coincidió con la pandemia y eso afectó muchísimo la educación en el país, y el gobierno de López Obrador no enfrentó adecuadamente las consecuencias de la pandemia y sobre todo, no enfrentó a la postpandemia, entonces para mí ese es un problema muy serio, uno de los varios problemas serios que veo en esta administración”, expone.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica que entre 2020 y 2021, los planteles mexicanos de diversos niveles educativos estuvieron cerrados por más de 250 días a causa del virus, cuando el promedio entre naciones de esta organización internacional fue de alrededor de 100.
México ordenó el cierre de escuelas a mediados de marzo de 2020, semanas después de que se detectó el primer caso de Covid-19 en el país, el 28 de febrero de ese año, lo que derivó en la pérdida de aprendizajes entre los estudiantes de hasta casi dos ciclos escolares, pero pasada la contingencia, los entrevistados exponen que la SEP no impulsó ninguna estrategia educativa para recuperar la pérdida de conocimientos.
“La pérdida de aprendizajes más o menos equivale al tiempo de cierre que fue un año y medio y las consecuencias fueron, y siguen siendo, muy graves. Estamos viendo todavía las consecuencias de eso, pues la pandemia también exacerbó las desigualdades justamente porque la solución fue la tecnología que estaba mal distribuida y tampoco se tomaron grandes medidas para solucionar esto”, sostiene Schmelkes.
Los resultados más recientes de la prueba PISA que aplica cada tres años la OCDE a estudiantes de 15 años, revelan que una alta proporción de alumnos sólo alcanzó el nivel 2, que es el mínimo nivel esperado de competencias que se debería lograr al término de la educación básica. En el nivel 2 se ubica 47% de los estudiantes en comprensión lectora; 65.8% en matemáticas y 50.7% en ciencias.
Este panorama no cambió en los resultados de la evaluación diagnóstica que aplicó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) a estudiantes de educación básica al inicio del ciclo escolar 2022- 2023, pues evidenciaron que cuatro de cada 10 estudiantes presentan dificultades para leer, localizar y extraer información, para realizar operaciones matemáticas básicas y en formación cívica y ética.
“Haber logrado esos resultados significa que el sistema educativo mexicano no está preparando adecuadamente a niñas, niños, adolescentes y jóvenes para cursar estudios superiores, seguir aprendiendo a lo largo de la vida y enfrentar las situaciones que se les presentarán como adultos”, destaca María Teresa Gutiérrez, vocera y directora de Monitoreo de Indicadores de la organización civil Mexicanos Primero.
Expone que niños y adolescentes que en la actualidad cursan educación básica y media superior, serán adultos en 2050, por lo que el Estado tiene la obligación de impulsar una mejor educación.
“Enfrentamos un presente cada vez más desafiante y un futuro incierto. Lograr la formación de niños, adolescentes y jóvenes para que logren insertarse a la sociedad como ciudadanos participativos y productivos, debe ser la apuesta para las autoridades educativas de este país.
“Tenemos la obligación de garantizar su derecho a un mejor futuro, por lo que las decisiones que hoy tomemos en relación con su educación exigen una visión de mediano y largo plazo”, opina Gutiérrez.
El gobierno también barrió con las escuelas de tiempo completo bajo la bandera de una supuesta corrupción que durante este sexenio no se documentó por parte del gobierno federal, se eliminó además el programa de Escuelas de Tiempo Completo que beneficiaba a alrededor de 3.6 millones de estudiantes de los sectores más vulnerables, a quienes se les proporcionaban alimentos y una jornada escolar ampliada.
“En 2018, había más de 25 mil escuelas de tiempo completo, hoy ya no queda ninguna, y está demostrado que esos planteles ayudan particularmente a los niños de las familias más marginadas a mejorar sus conocimientos, porque ahí reciben alimentación y porque tienen más horas de estudio, además los maestros estaban más motivados porque ganaban más”, dice a EL UNIVERSAL el extitular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer.
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Comenta que la Nueva Escuela Mexicana, la estrategia educativa del gobierno de la autollamada Cuarta Transformación, está generando un atraso de más de 20 años en los niños y adolescentes, porque argumenta el partido en el poder, busca crear mexicanos obedientes... sumisos, para poder ejercer un control arbitrario.
“Hoy México tiene tres grandes crisis: la crisis de seguridad, la crisis educativa y la crisis de salud. Estos son los tres pilares de una vida libre, poder vivir libre de violencia y poder vivir sin miedo y poder caminar sin miedo, hoy no lo tenemos, una educación de calidad que te permite desarrollar al máximo las capacidades humanas para decidir y por lo tanto tener una vida libre, hoy no la tenemos y una salud de calidad que también es fundamental para poder desarrollar las capacidades humanas y vivir una vida libre tampoco la tenemos”, expone el exfuncionario.
Juan Antonio Mejía, exsecretario de Educación de Sinaloa, resalta que el programa de Escuelas de Tiempo Completo, que nació en el gobierno del presidente panista Felipe Calderón, fue reconocido por organismos internacionales, como el Banco Mundial (BM), que lo catalogó como el mejor plan educativo que haya tenido México en los últimos años.
“De los 10 niños que iban con el Presidente de la República por su buen aprovechamiento académico, la mitad provenía del programa de escuelas de tiempo completo y ese programa desapareció, pero también desapareció el programa de apoyo a las escuelas indígenas”, comenta el exsecretario de Educación de Sinaloa.
Dice que el gobierno federal ha insistido una y otra vez que el programa La Escuela es Nuestra (LEN) sustituye al de Escuelas de Tiempo Completo, “lo que es un error de percepción, porque el de Escuela de Tiempo Completo fijaba su objetivo en el aprendizaje, mientras que LEN fija su objetivo en ladrillos. Es decir, en la infraestructura educativa”.
Fue en esta administración que también las evaluaciones para estudiantes y docentes desaparecieron del sistema educativo nacional: Planea (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes), Estudio Regional Comparativo y Explicativo, que dejaron de aplicarse en 2019, y TALIS (Teaching and Learning International Survey), promovido por la OCDE que está dirigido a directores y a maestros, cuya última evaluación se realizó en el año 2018.
“Haber desaparecido las evaluaciones de los estudiantes y de los maestros fue un error porque se dejó de tener información muy valiosa para saber si están progresando o no y dónde están las fallas para poder corregirlas”, puntualiza el exsecretario.
Al respecto, Nuño Mayer expresa que un error mayúsculo de esta administración fue echar abajo la reforma educativa implementada durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto; el haber mandado para atrás la reforma educativa fue un terrible error que hoy lo estamos viendo claramente en datos, y ahí están los resultados y son muy pero muy negativos.
Durante la gestión de López Obrador, la SEP fue encabezada por tres titulares: Esteban Moctezuma Barragán, actual embajador en Estados Unidos; Delfina Gómez, hoy gobernadora en el Estado de México, y Leticia Ramírez Amaya, quienes a juicio de Paulina Amozurrutia, coordinadora de la organización civil Educación con Rumbo (ECR), utilizaron la dependencia sólo como trampolín político para ocupar otros cargos.
“Desgraciadamente el cargo de secretario de Educación Pública ha sido utilizado reiteradamente, no sólo por la 4T, como trampolín político y esto ha hecho que no exista una política interseccional que dé respuesta a las necesidades de la educación. Lo grave es que las últimas dos titulares tenían un desconocimiento total de la educación. Son mujeres que tal vez fueron maestras, pero desgraciadamente no cuentan con las credenciales indispensables para poder entender la educación, tan es así que dejan la educación en la peor crisis en 20 años”, resalta.
Desde la óptica de Amozurrutia, el gobierno de la autollamada Cuarta Transformación, “destrozó el sistema educativo por desconocimiento y porque pretenden, buscan generar un perfil que obedezca al sistema totalitario. En pocas palabras, busca generar una educación polarizada, sin sustento científico y generadora de pobreza”.
Confía en que la llegada de la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, cambie el rumbo de la política educativa y sea una de sus mayores apuestas, ya que considera que en su calidad de científica entienda que se requiere trabajar con todos los sectores para generar una educación de calidad.