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Derribar las creencias de la sociedad machista es el verdadero reto de aprender a manejar una motocicleta si eres mujer. El movimiento She Can Ride busca cambiar la mentalidad de que “esta moto no es para mujeres” o “no puedo porque es muy pesada”, con la ayuda de otras mujeres que tienen el mismo espíritu aventurero de viajar en este medio de transporte.
“Es una creencia social de la gente hacia nosotras, aquí sabemos 100% que si puedes y si dices que no puedes es por otra razón que quizá es mental, o sea una creencia que te está limitando o que es algo emocional que no te está dejando, por eso damos ese tema de contención”, asegura la fundadora de She Can Ride, Claudia Ovalle, mejor conocida como Cló.
En esta comunidad, las mujeres no sólo pueden tomar cursos para aprender a manejar moto, se trata de toda una experiencia que empodera a las chicas que tienen la iniciativa de subirse a este transporte y conocer nuevos lugares, y la oportunidad de empoderar a otras mujeres que van iniciando en el motociclismo.
“Esto está enfocado en las mujeres desde la energía femenina, porque justamente las escuchamos, porque sabemos que necesitamos ser escuchadas, que quieren ser contenidas, sostenidas, que no quieres que te estén gritando, que no quieres un capataz”, indicó Cló.
Paola es una chica que acudió al curso de iniciación, donde experimentó muchas caídas y tuvo sentimientos encontrados como la frustración, pero también sintió confianza gracias a la contención que recibió de las mujeres que la apoyaron a levantarse y reconocer de lo que es capaz.
“Me siento con mucha confianza, esa libertad de mostrar mi lado sensible y saber que no me van a juzgar, siento que es algo muy bueno, más en México. Es muy reconfortante estar con mujeres que ya estuvieron en esa situación, que te den la mano y te ayuden a levantarte todas las veces que te caigas, es muy bueno y motivador”, relata.
Por su parte, Andrea, quien también participó en el curso, contó que entró al curso porque compró una moto y quiso vencer sus miedos. Este espacio la hizo sentir más fuerte al darse cuenta de que puede levantar su moto o incluso otras más grandes.
“Creo que esto era un ámbito donde casi había puros hombres, ven a mujeres en moto y se les hace raro. Ahora veo que hay más mujeres en las calles y eso me da seguridad, porque sé que yo también puedo manejar”, relató Andrea.
La fundadora aseguró que este movimiento está creciendo tanto que las chicas que aprendieron con estos cursos se están capacitando para también enseñar a otras mujeres y derribar juntas esas creencias sociales que señalaban que “las mujeres no pueden”.
“Es súper importante que nos vean con esa seguridad de que estamos haciendo muchas cosas, no sólo esto, sino que estamos viajando cerca o lejos con cualquier tipo de moto para que otras mujeres se sientan seguras de poder hacerlo también, porque si una mujer se atreve a hacer esto, significa que las mujeres a tu alrededor también pueden atreverse”, asegura Cló.
Además, promover el motociclismo ha traído para Cló experiencias que nunca imaginó vivir, una de ellas fue rodar en la cordillera del Himalaya, un viaje entre las montañas y la nieve para probar una moto de la marca Royal Enfield.
Cló fue la única latinoamericana entre los 15 participantes, y aseguró que cada que da un paso como éste abre la brecha para que las chicas que la siguen crean que pueden hacerlo.