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Una veintena de escudos, con otros tantos agentes vestidos de táctico militar blanco, negro y gris, armados con sus macanas, protegen la entrada a las obras del cuartel de la Guardia Nacional en Tepetlaoxtoc al oriente de Estado de México. Frente a ellos, medio centenar de vecinos de la zona, que se oponen a su instalación en este predio en concreto, el único espacio verde y deportivo del municipio. Unos diez metros atrás, dos elementos más observan, con sus amenazantes fusiles Xiuhcóatl en posición de descanso.
La mañana del 3 de noviembre, los pobladores opositores, una amalgama de amas de casa , gente mayor, jóvenes, miembros del Frente de Pueblos , deportistas y algún que otro niño, se encontró con esta barrera cuando intentó tomar las obras y detenerlas. Tras tres meses de conflicto, 12 reuniones con autoridades y ver como las obras se saltaban el entendido principal, esperar a tener un acuerdo sobre la conveniencia o no de tener una instalación de seguridad pública en una zona de uso vecinal, y levantaban estos barracones a la velocidad de un rayo, pensaron que era su única forma de hacer presión.
“No nos oponemos a la Guardia, pero aquí no; esta es un área deportiva y tenemos miedo de que puede pasar si se instalan aquí”, resume posición de este grupo de vecinos Irene Amador, ama de casa de 50 años, la, “la señora [alcaldesa Eva Bustamant e] tomó el atrevimiento de meternos aquí a la Guardia como si ella fuera la dueña del área deportiva”.
“Me da miedo que estén aquí, no sabemos qué puede pasar. ¿Y si llegan a atacarles? ¿Y si hay una bala perdida? Ahí hay un señor con un arma . ¿Por qué lleva armas? Nosotros no llevamos nada, yo solo tengo mi yogurt”. Y muestra un botecito de líquido sabor fresa.
Este problema en Tepetlaoxtoc, un municipio de 25 mil habitantes que limita al sur con Texcoco , comenzó el 23 de julio. Ese día, poco más de un mes después de perder las elecciones, la presidente municipal saliente, la morenista Eva Bustamante, decidió “suscribir y celebrar el acto jurídico de donación, afectación desincorporación y, en su momento, solicitud a la legislatura en favor de la Secretaría de la Defensa Nacional” de una “fracción del predio denominado 'Tres Picos'”, valorado en 12 millones de pesos, para “la construcción de las instalaciones de lo que será el cuartel de la Guardia Nacional”, según se lee en el acta del Ayuntamiento.
Este es uno de los sobre 500 cuarteles que la Guardia Nacional (GN) quiere dejar construidos en el país a finales del sexenio en 2024. De momento van construidos sobre 180, lo que significa que tendrían que hacer más de 100 al año en lo que queda de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este cuartel en particular se supone dará servicio a siete municipios cercanos y tendrá sobre 120 elementos.
Ese predio es un terreno municipal destinado a un área deportiva. Hay un frontón, una cancha de fútbol rápido, varias de básquet, un área infantil, un circuito de atletismo y una cancha de fútbol reglamentaria. Justo estas dos últimas son las afectadas por las obras, ya que le han quitado una fracción al campo de fútbol y una parte representativa al circuito.
Se buscó tanto a Bustamante como a la Guardia Nacional para una serie de preguntas, pero a cierre de edición ni la oficialista ni la corporación creada por el presidente Andrés Manuel López Obrador las había respondido.
En esa acta, se lee que Noemí Inés Bustamante, quinta regidora, pregunta sobre la consulta que se había acordado realizar previa a la donación y las obras. Eva Bustamante contesta que “de alguna manera se realizaron sondeos por parte del personal administrativo, por lo que por esa razón se ha considerado pertinente”. La quinta regidora pregunta “de qué sirve llegar a un acuerdo si luego no se lleva a cabo y que debería haberse tomado con la seriedad que corresponde para que no hubiera después ningún reclamo”.
La imposición
“El problema aquí con la Guardia Nacional es que se ha creado un conflicto social debido a que no hubo ninguna consulta a la ciudadanía, nunca se le informó del cuartel, de donde estaría ubicado, el motivo por el que se puso ahí...”, explica Cesar Ovanel, de 27 años y delegado de primera demarcación de Tepetlaoxtoc, una suerte de jefe de manzana, pero electo en asamblea.
En su caso se enteró el 10 de agosto, cuando varios vecinos le vinieron a preguntar qué estaba pasando en el polideportivo y quién estaba haciendo obras. Él y otro delegado acudieron a ver y a tomar fotos cuando un representante de la Secretaría de la Defensa Nacional les largó de malos modos con el argumento de que era un área federal. “Vayan a hablar con su presidenta”, les dijo.
Pidieron una cita con ella, pero nunca se la dio. El 16 de agosto, un club deportivo de la zona, decidió tomar la iniciativa y bloquear las entradas a la obra para impedir que esta siguiera avanzando.
“La Sedena cesó los trabajos para ir hablando con la población y ahí, durante un mes, tuvimos 12 reuniones. La postura de Sedena es que es el único predio con papeles en regla, pero eso no es cierto, hay otros predios, y ese es justo el trabajo del Ayuntamiento”, continúa, “es una obra tripartita: el Ayuntamiento pone el terreno, el estado pone el equipamiento y la federación el dinero para construir”.
En estas reuniones, los contrarios al cuartel propusieron otro predio, más cercano a la carretera principal. Fue evaluado por el ingeniero residente de la obra, el capitán Alejandro Monroy, que determinó que tenía demasiada pendiente, que llevar ahí las obras encarecería el proyecto un 33% y que ya habían avanzado un 2.10% en la zona del polideportivo.
“No hubo evaluación por ninguna autoridad ni empresa independiente, fueron ellos mismos diciendo que no se podía. No fue justo y ese día se rompieron las negociaciones”, lamenta Ovanel. Luego, cuenta, en un par de reuniones más privadas a finales de septiembre, les dijeron que, desde la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano habría un aumento presupuestal fuerte para el municipio si convencían al grupo de vecinos de dejar de oponerse al cuartel.
Tras este par de reuniones, a principios de octubre, trajeron a unos 50 elementos de la Guardia Nacional al municipio y los hospedaron en el auditorio municipal, que está dentro de la zona deportiva. A varios vecinos les han impedido pasar a ejercitarse al campo de fútbol por estar el medio centenar de guardias entrenando portando sus armas largas.
“El 8 de octubre se reanudaron las obras y desde entonces han levantado casi todo el cuartel. Están trabajando sin parar desde las seis de la mañana y lo que quieren es dejar la obra hecha para que no haya forma de quitarla. Es hacer una política de hechos consumados”, y sentencia, “varias dependencias nos han dicho lo mismo: 'a Sedena nadie la para'”.
Esperando a los altos mandos
La mañana del 3 de noviembre, tras ver que los cincuenta vecinos no iban a irse ni dejar camiones con más material, se llamó a la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para mediar. A su llegada, a eso de las 12 del día, se arremolinan los vecinos. Tras un breve discurso por su parte, en el que les pide que esperen un día para parar las obras, les contesta Jorge Cando, vecino de Tepetlaoxtoc e integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y muy activo en la lucha contra el antiguo nuevo aeropuerto de Ciudad de México, ya que Tepetlaoxtoc, uno de los municipios más afectados por la minería que lo alimentó.
“Ustedes de Gobernación solo han estado dilatando la solución; las mesas han servido para darle tiempo al cuartel para avanzar sus obras y tapar las irregularidades de la presidenta Bustamante”, les acusa Cando.
El representante de Gobernación pide confianza y propone una reunión para el día siguiente en Ciudad de México, para que estén las personas, “los altos mandos”, que puedan tomar la decisión.
Los vecinos se enfadan y empiezan a gritar al representante. "Están trabajando día y noche”. “Un día de avance de las obras, es un día perdido para nosotros”.
Y entonces toma la palabra Ignacio del Valle, histórico líder social de Atenco.
“Nos dilatan y nos dilatan, y nos presentan como si fuera una exclusividad, un privilegio, entrar con esos altos mandos. No. Ellos son los que deben venir para ver la realidad de lo que está pasando, deben venir con nosotros, los escandalosos. Cuando los políticos nos necesitan tocan a nuestras puertas, pero cuando ya han llegado, se olvidan de nosotros”.
Los cincuenta vecinos vitorean a Del Valle. Gobernación habla con el residente de obra y se suspenden los trabajos. Se acuerda que la reunión sea ahí mismo, en el mismo punto, donde han estado protestando toda la mañana, desde donde se ve su polideportivo y los futuros barracones. Se respira un ambiente de felicidad.
Finalmente, la reunión fue en Gobernación. Esos altos mandos no vieron el terreno. Las obras del cuartel de la Guardia Nacional se reanudaron este viernes. El sábado, los vecinos de Tepetlaoxtoc, gracias a su oposición al antiguo nuevo aeropuerto, lograron una reunión con gente de Palacio Nacional. Prometieron llevar el asunto a su jefe para que él decida si sigue se reubica el cuartel. Parece que el único con poder para detener a la Sedena es López Obrador.