Por: Jovany Hurtado García
¿Qué nos dice la realidad?
El Registro Nacional de Persona Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) informó que de 1962 al 2 de agosto de 2023 han sido reportadas 290, 824 personas desaparecidas. En el actual sexenio van 110, 106, lo que quiere decir que cada hora una persona desaparece; en 2023 van 15 mil 589 homicidios dolosos y de enero a junio se tiene la cifra de 426 feminicidios (SESNSP). Los números se acumulan y la realidad habla de una falta de respuesta a la problemática de inseguridad.
Desde que se decidió utilizar la estrategia frontal contra el crimen organizado, se descabezaron a los grupos delictivos y se multiplicó el número de grupos que disputan el territorio. Se sabe que los gobiernos encubren a unos y atacan a otros, lo mismo se ve la foto del presidente saludando a la mamá de Chapo Guzmán o liberando al hijo del capo.
Mientras esto sucede, madres desesperadas buscan a sus hijos desaparecidos. Sin importarles arriesgar su vida hacen lo que les correspondería a las autoridades. Hay un manejo de los datos que oculta la realidad de un México violento, cuerpos descabezados o quemados, carreteras tomadas, carros incendiados, ciudades fantasmas. Esa es la realidad en México, salir a la calle es un riesgo. Las madres no duermen cuando sus hijos salen a una fiesta, no saben si serán secuestrados o les venderán drogas.
¿Cuál es la salida a la problemática de la inseguridad?
Son casi veinte años con la misma estrategia: el Ejército en una guerra frontal contra el crimen organizado, no han mejorado las condiciones.
¿Qué hacemos?
Algunas voces piden salidas radicales, como la que sucede en El Salvador donde el Presidente Nayib Bukele, ha realizado grandes redadas deteniendo a los Maras Salvatrucha, las cárceles se han llenado de estos delincuentes. Han disminuido los índices de inseguridad, aunque mucho se crítica la violación a los Derechos Humanos. Hay resultados, pero: ¿Es viable en México? No. El Salvador tiene 7 millones de habitantes y en sus cárceles hay cerca de 96 mil reclusos. México tiene 128 millones de habitantes y la población en cárcel es de casi 230 mil personas, de ellos 4 de cada 10 no tiene sentencia.
Una solución radical no soluciona el problema de fondo, ¿qué hacemos con la seguridad? Concentrar la estrategia en las policías estatales, quitándole esa atribución al municipio. Ello exige mayor inversión en tecnología y sueldos; más y mejores exámenes de confianza. Se tiene que regresar de manera paulatina el Ejército a las calles. En Coahuila y la Ciudad de México se tiene una policía estatal fuerte y hay una contención a la inseguridad.
Lo anterior debe de complementarse con vigilancia en el dinero que el crimen organizado moviliza a través de las instituciones financieras, y quizá se tendría que ir más a fondo y abrir un gran debate nacional sobre la legalización y regulación de las drogas, ello implica dejar a un lado las posturas ideológicas y centrarse en abrir foros de discusión y análisis, donde los expertos viertan sus opiniones: ¿es viable? ¿Por qué?
Es urgente un cambio de estrategia. No se puede, no es humano, seguir con esta escena de terror que se vive en México. Nos queda preguntarnos: ¿Discutimos con inteligencia el Gran Problema Nacional de la Inseguridad o nos esperamos a ser las próximas víctimas de la violencia galopante? Esa es la encrucijada a la que nos enfrentamos.