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El gobierno federal “ha desdeñado la vacuna contra el Covid-19 que desarrolla la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), situación que explica el que no tenga interés de conocer más del proyecto, quizá porque creen que en México no se tiene la capacidad de generar un biológico de segunda generación”.
Lo anterior lo señaló en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro la rectora de la institución, Teresa García Gasca, quien aseguró que esta casa de estudios genera una vacuna de las llamadas de segunda generación, debido a que esta hecha para proteger a la población de siete variables del virus del Covid-19, en la que se incluye la más peligrosa hasta ahora registrada como es la Delta.
Precisó que la UAQ tiene garantizado el financiamiento para concluir la dos primeras fases del proyecto, que ya incluye las pruebas en animales y seres humanos, las cuales se tiene programado que concluyan en el primer semestre del 2022.
Para la tercera etapa, expuso, si no hay retraso en el cronograma establecido, se llevaría de cuatro a seis meses más, pero es la más grande y se requiere una inversión que va de los 300 a los 400 millones de pesos:
“Esta fase es en la que han sido aprobadas las vacunas que hoy estamos usando, esas han sido aprobadas en fase tres”.
Y si la aprueban los organismo reguladores, como es el caso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en México “ya podremos inmunizar a la población, utilizándola en este esquema de emergencia y ya con una vacuna de segunda generación, elaborada con una proteína, y no con un material genético, son vacunas más tardadas en elaborar pero más estables, que se almacenan a temperatura de refrigeración”, explicó.
Puntualizó que en caso de no contar con apoyo de las autoridades mexicanas para concluir la fase tres de la vacuna no se abandonará el proyecto, sino que “se buscará a empresas o gobiernos extranjeros que estén dispuestos a invertirle a un producto como el que nosotros en la UAQ tenemos”.
La rectora hizo un llamado a las autoridades federales para que comprendan la importancia de tener una vacuna contra el Covid que se elabore en México, “a fin de no estar batallando de que si nos llega la vacuna A, B o C, eso implicaría asegurar a nuestra población en el tiempo que sea, a un costo que evidentemente será mucho más bajo de lo que nos cuestan las vacunas que estamos comprando. También podremos abastecer a otros países”.
¿Cuál es el motivo por el que no han concluido el proyecto de la vacuna contra el Covi-19?
—En parte por falta de recursos económicos y, por otro lado, yo creo que hay falta de comprensión de parte de contar con un bilógico mexicano y lo estamos viendo en este momento otra vez, vamos entrar en otro momento en donde este vacío que ha dejado la posibilidad de tener una vacuna mexicana va generar nuevamente un tema de discusión y lo digo porque ya viene el momento de revacunar, es decir las vacunas que actualmente se están administrando son biológicos aprobados por emergencia, elaboradas a partir de la cepa original y que no tienen todo el bagaje de conocimiento, no incluye todo lo demás que ha pasado en este año y medio.
Esas vacunas, algunas de ellas seguramente van a mejorar, algunas van a desaparecer y van a parecer nuevas vacunas que tienen incorporado todo el conocimiento que se ha adquirido en este tiempo, que son las vacunas de segunda generación y en ese punto es donde estamos empezando a entrar.
Vamos a necesitar revacunarnos todos, es decir el proceso que está en este momento terminando ya debe empezar el siguiente y eso no lo están viendo las autoridades.
Aterrizando el tema a nuestra vacuna de la UAQ y de que necesitamos una vacuna mexicana, nosotros seguimos adelante con el proyecto, en este momento todos los resultados que tenemos están en función de una primera versión de nuestra vacuna, que está elaborada a partir de la primera cepa, pero ya tenemos una segunda versión de la vacuna que contiene la primera cepa y de seis variantes más, incluyendo las de mayor preocupación como la Delta y con esta vacuna es la que vamos a empezar a trabajar desde ahorita. En este momento nos acaba de llegar un insumo con el que vamos a empezar a trabajar en la producción de esa vacuna, que incluye las pruebas en animales que debemos entregar a Cofepris.
¿Cuándo empezarán con estas pruebas?
—Los tiempos son muy variables. En este momento traemos un retraso de cuatro meses por un insumo que no nos llegaba y que acaba de llegar, entonces eso nos va permitir ya producir la vacuna en nuestro laboratorio y hacer todas las pruebas que tenemos pendientes que se tienen que hacer en animales.
Este proceso experimental lo vamos a tener en tres meses; entregaríamos a Cofepris nuestra carpeta de resultados con el fin de que se aprueben y pasemos a la prueba en las fases uno y dos en seres humanos, que son fases donde nada más se mide la seguridad del biológico y después estamos hablando de tres a cuatro meses para terminar las pruebas, eso si no tenemos otro atorón administrativo.
Esto quedará concluido en el primer semestre del año y después de esto se tendría que pasar a fases tres, que es la fase grande que se lleva otros cuatro o seis meses, fase que es en la que han sido aprobadas las vacunas que hoy estamos usando, esas han sido aprobadas en fase tres.
Nosotros podríamos el próximo año, con una fase tres terminada y, si la aprueban, podemos inmunizar a la población, utilizándola en este esquema de emergencia y ya con una vacuna de segunda generación.
¿Todos estos procesos de los que habla tardarían alrededor de 10 meses?
—Sí, más o menos en ese tiempo cumpliría este proceso.
¿El tema económico podría detener o alterar los planes que tienen?
—Hasta fase dos nosotros ya estamos preparados para llevar a cabo todo en seres humanos. Después de fase dos ya no tenemos recursos porque la fase tres es muy costosa. La fase tres tiene un costo que va de 300 a 400 millones de pesos, porque es una fase muy grande, nosotros ahí ya no tenemos el recurso, ahí sí ya tendríamos que contar con los apoyos de los gobiernos federal y estatal, porque estamos viendo de una etapa del proyecto mucho más grande.
¿El gobierno del estado no le ha ofrecido a la UAQ apoyo económico?
—Sí nos apoyó gobierno del estado a través de los eventos que hemos realizado nosotros de recaudación de fondos, el gobierno del estado nos apoyó a través del Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Querétaro (Concyteq) con millón y medio de pesos y antes de eso ya nos había apoyado con 600 mil pesos para la elaboración de pruebas de detección, digamos que nos ha ido apoyando.
Éramos ocho proyectos, de los cuales seis son proyectos de vacunas que realizan universidades, pero Conacyt no apoyó ninguno de los proyectos, a nosotros en particular nos revisó el proyecto dos veces y ya no recibimos retroalimentación de ellos. Por eso para nosotros es muy importante entregar el proyecto en fase dos.
Es una vacuna que va funcionar, tiene muchas características positivas, es una proteína nuestra vacuna, no es material genético, son vacunas más tardadas en elaborar pero más estables que se almacenan a temperatura de refrigeración y además les podemos hacer modificaciones más fácilmente para mejorarlas, por eso que es nuestra vacuna ya tiene información de siete cepas diferentes, no solo de una, entonces es una vacuna muy versátil.
Nuestra vacuna ya sabemos que esta funcionando en animales, ya hemos probado al menos cinco especies, está funcionando y generando anticuerpos protectores, que es lo más importante, que bloquean la unión del virus con la célula, eso ya lo sabemos hoy, justo por eso ya pudimos tener comunicación con Biofarma, una empresa mexicana que se nos une para ser la fase uno y dos en seres humanos. Es el socio de la UAQ en este proyecto, aunque también tenemos muchos otros que son colaboradores.
Para poder generar la información para que organismos reguladores nos aprueben, tenemos que mostrar con resultados que nuestra vacuna es una buena opción y de que tenemos un buen producto en las manos.
¿Qué pasa si no hay dinero para fondear la tercera fase de la vacuna?
—Tendríamos que acercarnos a empresas y organismos del extranjero que puedan apoyar la vacuna, desde luego el gobierno mexicano lo puede hacer, debió haberlo hecho desde un principio con los seis proyectos que estábamos trabajando, ahorita no sé cuantos proyectos sigan trabajando porque algunos ya han quedado rezagados, pero el gobierno mexicano lo puede hacer, sobre todo pensando que significa tener una vacuna de segunda generación hecha en México, eso significa asegurar el abasto nacional y no estar batallando de que si nos llega la vacuna A, B o C, eso implicaría asegurar a nuestra población en el tiempo que sea, a un costo que evidentemente será mucho más bajo de lo que nos cuestan las vacunas que estamos comprando ahorita.
También podremos abastecer a otros países posiblemente, si le inyectamos recursos podremos recuperar esa capacidad que teníamos antes como productores de vacunas a nivel internacional. En México hay capacidad para generar vacunas.
¿Cómo lograr que el gobierno federal mire el proyecto de la vacuna de la UAQ?
—Ya lo hemos intentando de muchas formas, primero evidentemente con Conacyt, también tuvimos interacción con el equipo de trabajo del doctor Hugo López-Gatell, ellos conocen de nuestra vacuna y no han tenido interés de conocer más.
Lo han dejado como algo que desdeñan, yo siento como desdén, posiblemente no creen que en México tengamos la capacidad de hacerlo y creo que parte de este proyecto es demostrar que sí tenemos la capacidad de tener un buen un buen producto en las manos.
¿Si no hay apoyo económico de parte del gobierno federal la UAQ va dejar perder el proyecto?
—Claro que no. nosotros hasta el momento hemos intentado que todo se haga en México, es decir la empresa es mexicana la que nos está apoyando, los laboratorios o centros de investigación que nos apoyan todos son mexicanos, nuestras pruebas se están haciendo en México, estamos apostando a un producto 100% mexicano.
En un eventual escenario en donde no se cuenten con el apoyo del gobierno mexicano, pues evidentemente no vamos a guardar en el cajón el trabajo hecho y tendríamos que ofrecerlo a instancias internacionales, gobiernos de otros países o empresas internacionales que estén dispuestas a invertirle a un producto como el que nosotros en la UAQ tenemos.
¿Es un producto con un notorio beneficio social?
—Sí, es una oportunidad para tener una buena vacuna en México y que nos va dar buenos resultados.