En una sesión solemne, el magistrado Gilberto Bátiz García asumió como presidente del Tribunal Electoral por los próximos dos años, pidiendo a sus colegas colaborar para tener un órgano que no caiga en la división ni la polarización.
El periodo de Bátiz García al frente del TEPJF será del 1 de noviembre de 2025 al 31 de octubre de 2027, posterior a la segunda elección del Poder Judicial de ese año.
Presentó cinco ejes de su presidencia: una colegialidad funcional; un tribunal cercano; decisiones que fortalezcan la estabilidad y gobernabilidad; un aterrizaje administrativo ordenado y racional y una justicia con rostro humano.
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“Un tribunal dividido, puesto en polarización incluso mediática, no sirve a México. Pretendo desde esta responsabilidad ser un catalizador de soluciones, no un generador de conflictos. Para ello, es indispensable la experiencia, pericia y apertura de mis colegas magistradas y magistrados. Sin su apoyo, sin su aporte, esta nueva etapa de la justicia electoral sería inviable”, sostuvo.
Sobre el presupuesto, afirmó que revisarán con responsabilidad cualquier ajuste que fortalezca la racionalidad del gasto sin comprometer la independencia judicial, ya que esta “también se protege con estabilidad institucional”.
También ofreció una justicia abierta, que recorra el territorio, explique sus decisiones y fortalezca la educación cívica, sobre todo en grupos vulnerables.
El magistrado presidente recordó que la democracia es frágil, y si no se cuida todos los días, se desmorona.
“Nuestro país ha vivido momentos en que la voluntad popular ha sufrido presiones indebidas o violencia que amenaza el libre ejercicio del voto. La historia también nos ha enseñado que el abuso de poder y los excesos partidistas pueden erosionar la confianza ciudadana”, advirtió.
“Y cuando esa confianza se rompe, el desencanto abre la puerta a la indiferencia y a otros males mayores”, añadió.
Al evento acudieron el presidente de la Corte, Hugo Aguilar; la presidenta del Tribunal de Disciplina Judicial, Celia Maya, así como cinco ministros, magistrados de salas regionales del TEPJF y consejerías del INE; así como Pablo Gómez, presidente de la comisión presidencial para la reforma electoral.
El ministro presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar, sostuvo que con este cambio existe una transformación de la vida institucional del Tribunal, ya que las magistraturas no llegaron por producto de acuerdo entre partidos, sino por el voto popular.
Esta nueva etapa, apuntó, debe consolidarse “con una justicia cercana al pueblo, alejada de las presiones partidarias, comprometida totalmente con la democracia, la perspectiva de género, el pluralismo jurídico, la representación política de los grupos de atención prioritaria”.
El magistrado Felipe Fuentes, como decano de la Sala Superior, subrayó que la meta es consolidar la credibilidad del Tribunal Electoral, preservar su autonomía y fortalecer la confianza ciudadana.
“El diálogo, la argumentación abierta y el respeto a las distintas posiciones son bases de decisiones sólidas y que dan legitimidad. La justicia electoral no se mide por la unanimidad de sus fallos, sino por la calidad de sus razones y la confianza que genera”, manifestó.
Bátiz sustituyó a Mónica Soto, quien terminó su mandato el pasado 31 de octubre.
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