Más Información

"México ya está en negociaciones" con EU, afirma Ebrard tras anuncio de Trump de arancel de 30%; señala "un trato injusto"

Ovidio Guzmán se declara culpable y se vuelve testigo colaborador, ahora cantará lo que sabe del narco
El pasado viernes 4 de julio tuvo lugar una marcha en contra de la gentrificación en la Ciudad de México (CDMX), lo que abrió el debate y generó opiniones divididas; mientras algunos se encuentran a favor, muchos otros manifiestan su opinión en contra.
Gentrificación aniquila la diversidad y merma el acceso a la vivienda
Entre algunas de esas voces se encuentra la del activista y articulista de EL UNIVERSAL, Máximo Jaramillo, quien señaló que es comprensible, completamente válido y hasta necesario manifestarse en contra de la gentrificación, turistificación, especulación así como múltiples problemáticas que afectan el acceso a la vivienda.
"Es una expresión del hartazgo ante un panorama sombrío en el tema, y se suma a ya un cúmulo de protestas y manifestaciones que ponen en el centro la falta de regulación del mercado inmobiliario y la casi nula existencia de vivienda pública", escribió en su columna.
Por otro lado, también señaló un problema notorio en México, el aumento en el precio de las viviendas y la baja del salario promedio en términos reales, lo que dificulta más el acceso, lo cual, mencionó, no solo se limita al problema de la gentrificación.
De manera similar, la articulista de casa, Ytzel Maya subrayó que, tras las movilizaciones, la atención mediática se focalizó en lo superficial, mermándole importancia a las consignas de encarecimiento de rentas e invasión turística.
El problema, señaló Maya, va más allá del gringo que opta por vivir en México, porque la gentrificación no es un asunto de nacionalidades, "sino de clase".
"La verdadera disputa no es entre locales y extranjeros, sino entre quienes necesitan un techo para vivir y quienes ven en la vivienda una fuente de ganancia ilimitada", expuso.
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, aseveró que la gentrificación aniquila la diversidad de los lugares en donde se inmiscuye: "Acaba, poco a poco, con lo sustancial de esos barrios y, nos guste o no, con su historia".
De acuerdo con el legislador en su columna publicada en esta casa editorial, también hay un fenómeno económico en los barrios gentrificados, porque las fondas se convierten en costosos restaurantes gourmet; las tienditas en cafés o boutiques de autor y el espacio público se privatiza, sin un marco legal claro.
Melissa Ayala, en su entrega del domingo, recordó una canción del reguetonero Bad Bunny, en el sentido de mirarse al espejo de Hawái.

Culpar a extranjeros por la gentrificación, un despropósito
Por su parte, el periodista León Krauze señaló que se equivoca quién desdeña las secuelas de la gentrificación, pues posee ciertas ventajas, "la inversión trae renovación, dinamismo económico e incentivos para nuevos proyectos", menciona en su columna en EL UNIVERSAL.
Krauze apela a debatir el tema con seriedad, pues señaló que existen modelos exitosos en algunas partes del mundo, donde se implementaron controles de renta, subsidios habitacionales y políticas de desarrollo urbano inclusivo, que permiten mitigar los efectos negativos de la gentrificación, pero sin frenar el crecimiento ni la inversión.
En palabras del periodista, el debate no necesita caer en el vandalismo ni en el prejuicio xenófobo, porque muchos actos violentos son una vergüenza. "Destruir propiedad ajena en nombre de la lucha contra la gentrificación es, por decir lo menos, un despropósito", dijo.
De manera complementaria, el cronista, articulista e investigador Homero Bazán refirió que es una "contradicción evidente" dirigir el descontento de las movilizaciones hacia los extranjeros.
Según Bazán, es una simplificación culpar a un grupo, y que dichas consignas desvían la atención de las verdaderas causas estructurales que son "la semilla de que los derechos laborales en México sean pisoteados junto con un sistema que favorece los bajos salarios".
Por ende, insinúa que, en vez de atacar a los extranjeros, las protestas se encaminen con más fuerza en exigir mejores condiciones laborales para los mexicanos, así como acceso universal al derecho a la salud, pensiones justas y seguros de desempleo.

Marcha contra la gentrificación, producto de una cultura que "divide, lastima y confronta"
Por otro lado, tenemos al diputado Germán Martínez, quien calificó la marcha como una "imbecilidad", pues acusó que muchos de esos "muchachos bobos que lo mismo defienden al sátrapa Daniel Ortega, que creen suficiente con rascarse el escroto y empuñar una bandera de Palestina o ponerse calzones con la cara del “Che” Guevara, para entrar a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional".
Además, acusó que hay una "cultura morenista" que divide, hiere, lastima y confronta para vencer y gobernar.
"Ya quebraron la identidad nacional mexicana, están sembrando y cosechando las diferencias, las rupturas, las heridas, en lugar de curarlas, asimilarlas, encauzarlas, comprenderlas, consolarlas o sanarlas", lamentó en relación a las protestas contra la gentrificación.

mahc/em/ml