Palapas caídas, láminas retorcidas, cableado eléctrico tirado y montículos de basura, comerciantes buscan su mercancía y alimentos enlatados para hacer frente a la desgracia que les dejó el paso del por .


Entre palapas caídas, láminas retorcidas, cableado eléctrico tirado y montículos de basura, comerciantes de Playa Revolcadero buscan su mercancía y alimentos enlatados para hacer frente a la desgracia que dejó el paso del huracán John en Guerrero. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Entre palapas caídas, láminas retorcidas, cableado eléctrico tirado y montículos de basura, comerciantes de Playa Revolcadero buscan su mercancía y alimentos enlatados para hacer frente a la desgracia que dejó el paso del huracán John en Guerrero. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


“No tenemos alimento, no tenemos nada, mis compañeros están pescando para poder comer, queremos agua y despensas, la ayuda no nos ha llegado (….) Se desbordó el río, se deslizaron los cerros y todo vino a dar aquí, quedamos destruidos”, dijo el señor Justo Castillo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
“No tenemos alimento, no tenemos nada, mis compañeros están pescando para poder comer, queremos agua y despensas, la ayuda no nos ha llegado (….) Se desbordó el río, se deslizaron los cerros y todo vino a dar aquí, quedamos destruidos”, dijo el señor Justo Castillo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Desde una de las barras de la playa, con el mar grisáceo y agitado, y cerca de los almendros que reverdecieron después del huracán Otis, varios hombres lanzan cañas y redes para pescar algo que llevar a sus mesas. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Desde una de las barras de la playa, con el mar grisáceo y agitado, y cerca de los almendros que reverdecieron después del huracán Otis, varios hombres lanzan cañas y redes para pescar algo que llevar a sus mesas. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


“Es un peligro, todo esto es un riesgo, es muy triste, nunca se había visto esto, nos quitó todo, es una pérdida total”, lamenta Miguel Ángel García, un adulto mayor de 68 años, de los cuales 50 los ha dedicado al comercio. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
“Es un peligro, todo esto es un riesgo, es muy triste, nunca se había visto esto, nos quitó todo, es una pérdida total”, lamenta Miguel Ángel García, un adulto mayor de 68 años, de los cuales 50 los ha dedicado al comercio. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Pedro García, desde hace 28 años es propietario de uno de los casi 100 establecimientos afectados y al igual que sus compañeros y vecinos, urge a las autoridades competentes a que se acerquen a ellos con apoyos que les ayuden a volver al ruedo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Pedro García, desde hace 28 años es propietario de uno de los casi 100 establecimientos afectados y al igual que sus compañeros y vecinos, urge a las autoridades competentes a que se acerquen a ellos con apoyos que les ayuden a volver al ruedo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Los habitantes de Revolcadero, que viven principalmente de sus pequeños restaurantes y locales de souvenirs, ahora caminan entre los destrozos que dejaron las lluvias del huracán John, sorteando las enormes grietas frente a la costa. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Los habitantes de Revolcadero, que viven principalmente de sus pequeños restaurantes y locales de souvenirs, ahora caminan entre los destrozos que dejaron las lluvias del huracán John, sorteando las enormes grietas frente a la costa. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL







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