Derogar de la ley los honores al Presidente de la República fue lo que propuso la senadora Kenia López Rabadán (PAN), como parte del cambio en el país, y busca que se reserve esta expresión para el cargo, no para la persona.
La Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, de 1984, dispone el ceremonial que se sigue y el cual la panista López Rabadán busca modificar para que se deroguen los artículos 42 y 43.
En el artículo 42 de la ley se dispone que “el Himno Nacional sólo se ejecutará, total o parcialmente, en actos solemnes de carácter oficial, cívico, cultural, escolar o deportivo, y para rendir honores tanto a la Bandera Nacional como al Presidente de la República”.
El ceremonial se completa en el artículo 43: “En el caso de ejecución del Himno Nacional para hacer honores al Presidente de la República, las bandas de guerra tocarán ‘Marcha de Honor’; cuando el Himno sea entonado, las bandas de guerra permanecerán en silencio, pero en el caso de honores a la Bandera, la banda de música ejecutará el Himno y las de guerra tocarán ‘Bandera’ simultáneamente. En ninguna ceremonia se ejecutará el Himno Nacional más de dos veces para hacer honores a la Bandera ni más de dos veces para rendir honores al Presidente”.
Los honores al Titular del Ejecutivo se rinden en diversas ceremonias, como la toma de posesión ante el Congreso General y en la sesión solemne del pleno del Senado en la que se impone la medalla Belisario Domínguez, únicas ocasiones en que el Mandatario federal asiste a un recinto del Poder Legislativo.
La iniciativa de la senadora, presentada a finales de noviembre, fue turnada a las comisiones de Gobernación y Estudios Legislativos Segunda, en las cuales deberá ser objeto de estudio y dictamen.
La última reforma a esta ley entró en vigor el 1 de diciembre de 2018, a efecto de que Andrés Manuel López Obrador portara la banda presidencial con el color verde en la parte superior, y fue uno de los actos iniciales de lo que en su mensaje a la nación el Mandatario federal señaló como Cuarta Transformación.
Kenia López Rabadán manifiesta que “los honores no deben de ser al Ejecutivo ni a ningún otro poder, debe ser a nuestros símbolos patrios”.
Comenta que “para cambiar el fondo se requiere también cambiar la forma, debemos aspirar a un país sin corrupción, con instituciones que garanticen una armonía social (...) necesitamos que los honores sean para quien construya este país, no por el cargo, sino por su actuar; no por las mentiras, sino por la verdad; no por el populismo, sino por el bien común”.
Plantea que “si México realmente quiere un nuevo entendimiento social, debemos comprender que el Primer Mandatario es el primero que debe obedecer y que los mandantes, esto es los ciudadanos, son autoridad para ordenar que las cosas se hagan”.