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Si la fiscalía de Guanajuato otorga una sentencia condenatoria a los responsables de la desaparición forzada y posterior asesinato de su hija Lupita, la familia Barajas Piña no sólo cerrará el ciclo de dolor que inició con la pérdida de Guadalupe, sino que dará esperanza de justicia a otras familias que también encontraron a sus parientes entre los 80 cuerpos de la fosa clandestina más grande del estado, ubicada en Salvatierra.
“Encontrar a mi hija en una fosa, asesinada, atada de manos, con un balazo en la cabeza, fue una crueldad. Con ella había personas con tiros en la frente, enterradas con sus perritos, para que no las pudieran rastrear; con alambres de púas, con los objetos con los que los mataron. Esperamos que los responsables tengan una sentencia, que no haya repetición de estos hechos.
“El saber que ya no van a poder seguir matando, violando derechos humanos, cometiendo crueldades o con un arma en sus manos, nos va a dar tranquilidad a nosotros y a las familias de los 80 que se encontraron ahí”, dijo Javier Barajas, padre de Lupita, en entrevista con EL UNIVERSAL.
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Guadalupe Barajas Piña desapareció el 29 de febrero de 2020. Por un año su hermano Javier, junto a María Piña y Javier Barajas, sus padres, realizaron una búsqueda intensa hasta que identificaron el cuerpo de su hermana e hija en una fosa de su natal Salvatierra, Guanajuato junto al de otras 80 víctimas.
Por buscar a su hermana, Javi fue asesinado el 29 de mayo de 2021. Después de dos apelaciones, el 30 de mayo de este año los Barajas Piña, junto con las organizaciones no gubernamentales que los acompañan, lograron la emisión de una condena de 35 años para los agresores de su hijo, que a su vez es la primera sentencia de homicidio que se dicta por la muerte de un buscador.
Así, de lograr la sentencia condenatoria para Socorro “N”, César “N”, Carlos “N” y Julio César “N”, el caso de los hermanos Javi y Lupita serán un faro para que muchas otras familias de Guanajuato que hoy buscan justicia por sus desaparecidos, puedan encontrarla.
“De la fosa de Salvatierra se han entregado 65 cuerpos, de los 80. Hay aproximadamente 34 fosas en Guanajuato, casi 4 mil 200 personas desaparecidas en diferentes fosas que sus familias no siguen en el caso por temor, porque lo niegan nuestras autoridades, pero, aunque tenemos miedo, no nos vamos a detener para que esas otras familias sepan que también sus hijos pueden descansar en paz”, dijo al respecto el profesor Javier Barajas.
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María Piña tiene miedo de volver a Guanajuato. Sabe que ella y su esposo son vigilados por la delincuencia organizada que, con intimidaciones a sus familiares y amenazas, trató de detener en varias ocasiones la intención de los Barajas Piña de continuar con la búsqueda de justicia por el asesinato de sus hijos. Sin embargo, confía en que el Poder Judicial estatal resolverá a su favor.
A más de cuatro años desde que inició el proceso penal por la desaparición de Guadalupe Barajas, durante las audiencias que se llevan a cabo de forma virtual para proteger la vida de los Barajas Piña se han desahogado las pruebas correspondientes que acreditan la responsabilidad de Socorro “N”, César “N”, Carlos “N” y Julio César “N” en la comisión del delito de desaparición en perjuicio de Lupita.
El próximo lunes se llevará a cabo la audiencia de alegatos de clausura y el martes se dictará sentencia en el primer caso que llega a juicio derivado del hallazgo de la fosa de Salvatierra, Guanajuato, la que hasta hoy es la más grande del estado, hecho que podría abrir un camino de esperanza y posibilidades para las otras familias de desaparecidos en espera de respuestas.
“A partir de la sentencia del caso de Javi hubo quien empezó otra vez a compartir fotos de sus desaparecidos, personas que empezaron a asesorarse en el tema, a dejar el miedo. Es la oportunidad de que la fiscalía de Guanajuato le haga saber a la gente que no hay impunidad ya”, advierten los padres de Lupita.