Entre murales, vidrios rotos, botellas de alcohol, papel para forjar y un altar a la Santa Muerte de casi tres metros de largo vivían las colectivas feministas que tomaron la antigua sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ( CNDH ) para rebautizarla como “ Okupa Cuba Casa de Refugio ” en forma de protesta por los feminicidios .
Veinte cruces rosas de cartón adornan la puerta negra de República de Cuba 60. Frases como: “Podemos ser peores”, “Si tocas a una respondemos todas” y “Lo vamos a quemar todo”, enmarcan el recibidor principal que conecta a dos cuartos que servían como bodega a las activistas.
Foto: Diego Simón. EL UNIVERSAL
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A unos pasos, se encuentra el primer patio, en donde aún cuelgan los cobertores usados por las habitantes del edificio para cubrirse del frío por las noches. Triciclos , pistas para carritos y pelotas lucen abandonados en un área que pareciera ser designada para juegos infantiles en donde se puede leer la popular consigna: “Quiero salir sin miedo”.
Foto: Diego Simón. EL UNIVERSAL
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Desde la entrada a la “ Okupa ”, llama la atención a lo lejos la figura de la Santa Muerte , pero es hasta llegar al segundo patio cuando el altar luce imponente al centro albergando el par de esculturas en perfecto cuidado, una de casi dos metros y otra que le llega a la mitad.
Como parte de la ofrenda colocaron paletas, dulces, chocolates y galletas. Botellas de distintas marcas de cerveza , tequila, mezcal, vodka, ron y anis. Asimismo, artículos que parecieran ser trofeos de las encapuchadas, como cascos de policías , gorras, insignias, un semáforo y la portada del periódico EL UNIVERSAL, en su edición del 4 de septiembre de 2021 -frente a un sahumerio-, cuando mostró a las protestantes a un año de la toma de las instalaciones.
Foto: Diego Simón. EL UNIVERSAL
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En esa misma área se encuentran numerados los cuartos de las chicas que vivieron ahí hasta el pasado viernes 15 de abril; algunos muy sencillos con colchones en el suelo y un par de sábanas, otros con literas, cobertores, baño propio y hasta dos pantallas. Todos intervenidos con diferentes consignas y arte callejero feminista.
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En la segunda planta del edificio está la cocina, un cuarto para guardar la despensa, otro para recolección de medicinas y servicio médico , y bodegas de usos múltiples. La cantidad de medicamentos es basta, también la de despensas recolectadas y alimentos que ya se encuentran en estado de putrefacción.
Foto: Diego Simón. EL UNIVERSAL
Foto: Diego Simón. EL UNIVERSAL
Luego del retiro de sellos por parte del personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos , se anunció que están por iniciarse las labores de reconstrucción y reparación pertinentes para rehabilitar el edificio dañado por las quemas y pintas que las mujeres realizaron.
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ardm/rmlgv