Cuentan las crónicas que entre los años 50 y 70, cuando el México urbano crecía y el parque vehícular se multiplicaba, que las "mordidas" de la policía por infracciones de tránsito alcanzaron un grado cercano al institucional en nuestro anecdotario de la corrupción . ¿Pero de dónde viene ese término?
Bueno, pues algunos estudiosos dicen que se remonta a la colonia -ahora que andamos en plena onda de los 500 años de la resistencia indígena - y los buzos que rescataban los tesoros de los galeones y bergantines hundidos que eran recompensados de acuerdo con la cantidad de monedas que podían alojar en su boca durante la última zambullida del día a las profundidades. Es decir, añaden, que era un tipo de pago en especie o por comisión que de ahí recorrió un largo trecho hasta convertirse en sinónimo de soborno y transa.
¡Piezas de a ocho! dirían los piratas anglosajones que asolaban las costas del virreinato. ¡Doblones! ¡pesos fuertes! Toda esta inmersión en la historia viene al caso porque pese a los esfuerzos que diversas administraciones han realizado -no se diga en la 4T, porque ya no hay corrupción aunque le de coraje a los conservadores, según anunció el infalible supremo, pañuelo blanco en mano- la práctica de la "mordida" subsiste y es más, se acopla a la posmodernidad tecnológica y la nueva normalidad como informaron los chicos de Cartera esta semana.
Veamos: Octavio G infringió el reglamento de tránsito al entrar con su camioneta sin placas de servicio de carga al carril central de Periférico Sur, allá por Barranca del Muerto . Muy pronto, dijo en su testimonio, fue interceptado por los herederos de los "mordelones" y "tamarindos", quienes le notificaron que la multa ascendía a 8 mil pesos. Pero como la "mordida" bien ejecutada equivale al arte del estira y afloja, de la zanahoria y el palo, del regateo digno del zoco, el agente "me preguntó que cuánto traía. En efectivo no llevaba más de mil pesos y cuando le dije, se rió de mí. En ese momento me preguntó si usaba transferencias electrónicas. Le dije que sí, pero que no tenía más de 3 mil pesos en la cuenta. El policía accedió y me dio el número de su tarjeta".
Ah, los avances del malvado neoliberalismo . Hoy es posible evadir las sanciones y el corralón gracias a la "mordida" tramitada por medio del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios o SPEI , iniciales que conviene no olvidar al caer, como Octavio G, en una violación del reglamento. ¡Pero cuidado! No vaya a ser que creativos como siempre, a los agentes se les ocurra requerir el certificado de vacunación contra el Covid-19 , la " cartilla moral " de ya saben quien y hasta la "carta compromiso" con que la maestra Delfina de la SEP quiso desinfectarse las manos por el próximo regreso a clases presenciales, que para muchos padres de familia entraña más riesgos que manejar desvelados para dejar a sus pequeños en las puertas de la escuela.
Es muy fácil usar el SPEI, aunque todavía no incluye en la opción de pagos la "mordida". Pero esta historia tuvo un final inesperado: Con las prisas por seguir cumpliendo su trabajo, el oficial que detuvo a Octavio G no verificó en su teléfono si el "depósito" cayó en su cuenta, abordó su patrulla y se fue. A lo mejor tenía prisa por ir a comprar una terminal móvil de tarjetas de crédito, con eso de que el uso de los "plásticos" se está reanudando tras la crisis.
OTRO LINCHAMIENTO MEDIÁTICO
La resistencia de la feminista y la poeta indígena
No hay duda de que entre menos le funcionan los caprichitos al gran manipulador las tendencias totalitarias, extremistas y sectarias de la 4T se acrecientan y para muestra basta el botón de sus manotazos autoritarios en la diplomacia desde que el escritor Jorge F. Hernández , agregado cultural de la embajada de México en España, fue despedido por atreverse a criticar al inefable Marx Arriaga , gurú de los radicales que sueñan con hacer la revolución.
Pese a su fracaso en el rediseño de los libros de texto, que en un gobierno enfocado en la eficiencia hubiera sido suficiente para despedirlo de su cargo como director General de Materiales Educativos de la SEP -en el que cobra 90 mil pesos mensuales que avergonzarían a un verdadero estalinista-, gracias a su cercanía con Palacio Nacional Arriaga sigue influyendo en la "izquierda perfumada" o faux left de la 4T. Por eso resultó intolerable que Hernández se mofara de los "advenedizos absolutamente ilegibles" después de que Arriaga declarara que "se ha infantilizado la lectura", e insinuara que leer por goce es para los viles consumidores capitalistas.
Mientras que Arriaga todavía se dio el placer de "reconocer" a los maestros que trabajaron sin paga en el fallido rediseño de los libros de texto con un diploma patito, a Hernández le achacaron que hizo "comentarios misóginos" en una cena con la embajadora en España, María Carmen Oñate y luego terminó renunciando su jefe, Enrique Márquez, director de Diplomacia Cultural de la Cancillería, no sin antes designar a la escritora feminista Brenda Lozano como reemplazo de Hernández en Madrid. Este nombramiento desató la furia de "las recuas increíbles" -como diría Hernández- de la 4T, pues su pecado ha sido criticar al gobierno de salvación nacional.
En los últimos días, hemos sido testigos de la campaña de linchamiento contra Lozano lanzada por los inquisidores de la transformación de cuarta, que desembocó exitosamente en la mañanera, donde el secretario general del polítburo morenista, atento a sus lamentos y súplicas, coincidió en que no puede enviarse a Lozano a España -que por cierto sigue sin pedirle perdón por la Conquista- cuando es una más de los que "se lanzan en contra de nosotros". Y adelantó: "Lo que voy a proponerle a Marcelo [Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores] es que quien nos represente en lo cultural sea una mujer indígena, una poeta del istmo... de aquí del centro del país".
Aquí surge la pregunta: ¿Cuánto tiempo tardará Ebrard en cumplir la "propuesta" del máximo comisario? Porque así como su rival en la carrera sucesoria, Claudia Sheinbaum, no vacila en "agradecerle" las vacunas como si fueran una dádiva, él no podrá abogar por esa enemiga del régimen revolucionario, ¿o sí? Por lo pronto, Lozano dice que no renunciará, pero la verdad es que parece estar en una cuenta regresiva...
Otra pregunta: ¿Por qué los ayatolas de la 4T como Pedro (hic) Salmerón no se rasgaron así las vestiduras cuando Isabel Arvide fue nombrada cónsul en Estambul, pese a su ostensible inexperiencia diplomática e ignorancia de los asuntos internacionales? Porque Arvide sí supo cultivar la entrega incondicional, la lealtad sin límites y la adulación (por ahora) al camarada Andrés Manuel, mientras que Lozano, aunque votó por él, tuvo la desfachatez de criticarlo, imaginense ustedes, hasta por atacar a la prensa.
20 AÑOS INÚTILES DE OCUPACIÓN
Y cuando el marine despertó, el Talibán seguía ahí
Nos tomamos la licencia de parafrasear al maestro Augusto Monterroso y es que después de 20 años apenas las tropas de Estados Unidos y sus alfiles de la OTAN se retiraron, el "gobierno" afgano se derrumbó estrepitosamente y el movimiento Talibán (Estudiantes del Corán) regresó al poder. Sorprende que mientras el presidente Joe Biden tiene que pagar el pato de la derrota, como en Vietnam, el exgobernador texano, George W. Bush , quien los metió en este embrollo, no haya dicho ni pío en su rancho.
El retorno de los fanáticos barbados a Kabul debe servir a la comunidad mundial para replantearse la conveniencia de las intervenciones "humanitarias", que a final de cuentas complican más las cosas, como también ocurrió en Libia tras la caída del coronel Kadhafi. Ni qué decir de las mentiras con que Bush y la secta neoconservadora justificaron no sólo la invasión de Afganistán, sino la de Irak en 2003, hoy un país desgarrado que lucha por recuperarse y de donde salió, paradójicamente, el Estado Islámico que deja a los talibanes como meros aficionados de la Sharia o ley religiosa que interpretan como si todavía estuviéramos en tiempos de Mahoma.
Por supuesto, las más afectadas por el cambio de régimen son las afganas, aunque no muchas hayan dejado la burka -el traje que las cubre de la cabeza a los pies- durante estas dos décadas que ratifican que las costumbres occidentales no pueden sostenerse con las bayonetas y menos, en un territorio indómito, pobre y multiétnico donde antes fracasaron Alejandro el Grande, el Imperio Británico y la Unión Soviética. Hay que impulsar la moderación y la modernización en Afganistán , sí, pero por medios pacíficos y de paso en otros países donde igual se reprime a las mujeres hasta por "hechicería" y se práctica la pena de muerte por lapidación, decapitación y crucifixión, como Arabia Saudita. Entre tanto, México abre sus puertas a las refugiadas afganas. Bien.
NUMERALIA
3
Exmilitares chilenos, involucrados en la represión durante los años 70 y 80, fueron requeridos en extradición por Italia.
65,000
latas de cerveza y 340 botellas de vino fueron regresadas a su país por las tropas alemanas al salir de Afganistán.