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Los 12 integrantes de la familia Pozos Jiménez saben que lavarse las manos es la manera más efectiva para evitar contagiarse de Covid-19; sin embargo, para esta semana sólo cuentan con 14 cubetas, dos palanganas, una pileta y una lavadora llenas hasta el tope de agua. Ante la escasez, las medidas para evitar el contagio quedarán en segundo plano.
En la casa de Esperanza Jiménez Alberto, de 79 años, viven con ella sus tres hijos, dos nueras, cuatro nietos y la pareja sentimental de uno de ellos, una bisnieta de un año de edad, además de un perro y un gato. La vivienda es de dos pisos y está localizada en la colonia El Arenal Cuarta Sección, a espaldas de la Terminal 2 del Aeropuerto.
“No tengo suficiente agua y ahora con la epidemia, ¿cómo le vamos a hacer? Solamente Dios, que Dios nos libre y nos cuide de un contagio”, dijo Esperanza.
Los 12 integrantes de la familia Pozos Jiménez tienen acceso a alrededor de 500 litros por semana que guardan en sus cubetas, palanganas y pileta. Con esta cantidad, en promedio, cada uno de sus integrantes podría utilizar 41 litros por semana, unos seis al día.
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Desde hace dos meses, trabajadores de Venustiano Carranza llevan agua en pipa a las colonias que la necesitan porque hay escasez; muchos vecinos tienen cisternas, tinacos y otros sistemas de almacenamiento.
Pero la situación de los Pozos es más difícil, porque no cuentan con cisterna. Es por ello que acumulan el agua en pequeños contenedores que acomodan en el patio; para ir de una habitación a otra sortean las cubetas con mucho cuidado para evitar tropezarse con las cubetas y palanganas. Cada gota de agua es sagrada y así la cuidan.
La mujer recuerda cuando hace muchos años los vigilantes del Aeropuerto le permitían llenar sus cubetas de agua de las llaves de las instalaciones aéreas; hasta allá se iba y en sus hombros todavía jóvenes, Esperanza llegaba a cargar hasta cuatro cubetas por viaje.
En medio de la contingencia por el coronavirus 2019 y después de que el país haya entrado en la fase 2 de la epidemia, esta familia conformada por 12 personas tendrá que sobrevivir sin agua. A pesar de las instrucciones de la Secretaría de Salud, las manos sólo se las lavarán cuando sea estrictamente necesario.