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Santiago Mazari Hernández, El Carrete, presunto líder de Los Rojos, detenido el jueves, fue recluido en el penal federal de Occidente, conocido como Puente Grande, Jalisco, donde quedó a disposición del juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en esa entidad.
Autoridades trasladaron vía aérea al exlíder del violento grupo criminal Los Rojos, al que se le cumplimentó una orden de aprehensión por el delito delincuencia organizada, en la hipótesis contra la salud, aunque también está acusado de secuestro.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que detuvieron a El Carrete en el municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, junto con otro sujeto identificado como Marco “N”, aparentemente vinculado dentro de su círculo más cercano, quien cuenta con orden de aprehensión por feminicidio.
En un principio, la dependencia indicó que la captura de ambos sujetos se realizó en la zona serrana de la alcaldía de Leonardo Bravo, en disputa entre diversas bandas del crimen organizado que operan en Guerrero.
“Con información de inteligencia recabada, los efectivos federales se trasladaron al municipio de General Heliodoro Castillo, donde fue detenido junto con otro sujeto identificado como Marco ‘N’”, precisó la dependencia.
Santiago Mazari es señalado de tener un amplio historial delictivo que lo llevó a ser el criminal más buscado por el gobierno de Morelos; la entonces PGR ofrecía una recompensa de 3 millones de pesos por información que llevara a su captura.
En la investigación del caso Iguala realizada por la entonces PGR se le ligó con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, exsicario de Guerreros Unidos, el acérrimo rival de Los Rojos, acusa a El Carrete de haber enviado a los jóvenes, la noche del 26 de septiembre, a la ciudad de Iguala para provocar disturbios al alcalde José Luis Abarca, quien tenía vínculos con Guerreros Unidos.
En su declaración ante el Ministerio Público Federal, El Cepillo aseguró que el exjefe de Los Rojos pagó al director de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa para enviar a los estudiantes.
Ante ello, los padres de los normalistas desaparecidos pidieron ayuda a El Carrete para localizar a los jóvenes.
