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Pese a los avances, aceptación e inclusión de las poblaciones LGBT+ en asuntos políticos, los latinoamericanos somos todavía muy machistas, con muchos problemas en torno a la homofobia y la bifobia; eso todavía existe, no se ha borrado, es visible, asegura Alberto de Belaunde, segundo congresista abiertamente homosexual de Perú.
En entrevista con EL UNIVERSAL, en el marco del VI Encuentro de Liderazgos Políticos LGBTIQ+ de las Américas y el Caribe que inicia hoy en nuestro país, el también titular de la organización Incidencia Global en Outright International dice que falta mucho por hacer.
Sobre México, el político peruano señala que “desde afuera” se observa la inclusión de las poblaciones LGBT+ en asuntos políticos, pero también una estrategia de discursos antigénero rumbo a las elecciones de 2024 en el país.
De Belaunde destaca el trabajo de activistas en el avance del matrimonio igualitario en nuestro país y el reconocimiento de los derechos a personas trans, “pero, además de eso, no sólo la participación política, el contar con autoridades abiertamente LGBT en los distintos niveles de gobierno, sino también la visibilidad que uno ve en la sociedad”.
De visita en la capital del país para participar en este encuentro, el político peruano refiere que observó parejas del mismo sexo en una ciudad que se llama “de derechos”.
Ante el retroceso de los derechos de las poblaciones LGBT+ en Brasil y algunos estados de Estados Unidos, De Belaunde refiere que se cree que el progreso y las luchas son “una vía de un solo camino. La lucha por los derechos es una lucha constante porque puede haber retrocesos.
“La lucha más importante no es por una ley, no es por una política pública, es por el sentido común, es por que la reacción de las personas al pensar en esos temas, al pensar en las personas LGBT, sea un pensamiento de respeto, de inclusión.
“Lo que pasa con el sentido común es que se construye en las coyunturas y va evolucionando en el tiempo”, señala.
Destaca el derecho al respeto, dignidad e igualdad que tienen los ciudadanos por el mero hecho de ser personas.
“Hay avances, hay que celebrarlos, pero hay que ser conscientes de que ningún avance está asegurado y de que es una lucha permanente”, añade.