En 2024, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) otorgó la condición de refugiados a 4 mil personas más en comparación con 2023. De acuerdo con cifras de la dependencia en 2024 se aprobaron 24 mil 699 solicitudes de refugio, mientras que en 2023 fueron 20 mil 571.
Lo anterior, a pesar de que el año pasado las solicitudes de refugio cayeron 43% con respecto a 2023, al bajar de 140 mil 720 a 78 mil 975, de acuerdo con datos de la institución.
Directora de Agenda Migrante, Eunice Rendón explica que en 2023 hubo más solicitantes de asilo porque una gran mayoría lo que pretendía era ser reconocido como refugiado para transitar por territorio nacional sin ser detenido y llegar a la frontera norte para intentar cruzar ilegalmente hacia suelo estadounidense.
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“En 2024, los que sí soltaron el refugio fue porque realmente querían quedarse en México, por lo que siguieron sus trámites”, comenta Rendón.
La activista expone que otra de las razones por las que en 2024 aumentó que más migrantes obtuvieran asilo en el país fue debido a que hubo menos presión en la Comar, “porque no es lo mismo 120 mil solicitudes a 43% menos. Con menos presión, la gente de la Comisión Mexicana tuvo una forma de analizar los casos más rápidamente y pudieron hacer más expeditos los procesos”, expone.
Según la Comar, Tapachula, Chiapas, sigue siendo la ciudad a nivel nacional con la mayor cantidad de procedimientos de asilo.
De enero a diciembre del año pasado acumuló un total de 50 mil 742 solicitudes de refugio.
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Luciana Gandini, coordinadora del Seminario Universitario de Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (Sudimer) del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, explica que el refugiado es un tipo específico de migrante. “Los refugiados son personas migrantes, pero requieren protección internacional”.
Resalta que, históricamente, México recibe mucha población centroamericana que en muchos casos tiene la intención de llegar a Estados Unidos, pero otros no. La nacionalidad hondureña es la que más solicita la condición de refugiado en México y cada año ocupa el primero o segundo lugares.
Agrega que otras nacionalidades que casi siempre han sido las primeras en solicitar asilo son la salvadoreña y la nicaragüense.
“Es importante señalar que en los últimos años ha crecido el número de población cubana que solicita la condición de refugiado en México, aunque siempre está en cuarto o quinto lugar, y la población de Haití”, dice la académica.
“Desde la aprobación de la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, en 2011, hemos recibido casi 600 mil solicitudes y se ha otorgado la condición de refugiado a casi 200 mil. Es decir, a una tercera parte. En los últimos cinco años se recibieron entre 80% y 90% de esas 600 mil solicitudes”, explica Gandini.
Añade que “es importante para México y todos los países de la región: si no ofrecemos vías legales o regulares para migrar, la gente va a donde puede y solicita la condición de refugiado, aunque a veces no entra exactamente en la definición, lo que colapsa los sistemas, satura los procedimientos y, al final, hay una alta probabilidad de que no se otorgue la condición de refugiado”.
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A la par que se ha incrementado el refugio para los migrantes de distintas nacionalidades, en 2024 cayeron 43% las solicitudes de refugio.
Rendón destaca que la caída en solicitudes de refugio se debe, principalmente, a la presión del gobierno estadounidense sobre México para que llegaran menos migrantes a la frontera norte, dado que el gobierno mexicano dejó de expedir tarjetas de tránsito humanitario y aumentaron las detenciones de personas en condiciones de movilidad.
Asimismo, la puesta en marcha de la ahora extinta aplicación CBP One para tramitar solicitudes de asilo por parte de Estados Unidos impactó en la reducción.
“Todo eso hizo que el gobierno de México dejara de dar visas de tránsito humanitario, lo que tuvo un impacto en la reducción de solicitudes de refugio, porque una de las formas que usaban los migrantes para llegar a Estados Unidos era solicitar el refugio para que les dieran la tarjeta de tránsito humanitario y con eso avanzar hacia el norte.
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“Cuando ya no hay esa tarjeta, entonces ya no tienen motivo para pedir el refugio. Porque la realidad es que muchos no querían quedarse en territorio nacional, sólo querían poder avanzar hacia Estados Unidos sin ser detenidos en el camino”, explica.
Cristina Hernández Engrandes, académica del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), de la Universidad Nacional Autónoma de México, asegura que una de las causas por las que se desplomaron las solicitudes de refugio en la Comar se relaciona con el recorte presupuestal que enfrenta esta institución.
“La Comar se desfondó totalmente, pues trabaja con alrededor de 10% menos de recursos y evidentemente no cuenta con la misma capacidad para procesar la cantidad de solicitudes de refugio que se estaban solicitando”, comenta.
Resalta que desde antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca por segunda ocasión, México tendría que haber reformulado su política migratoria, “pero lamentablemente esto no ha pasado. El gobierno federal decidió priorizar la parte económica a la parte humanitaria”, asevera.