La Paz, BCS.— El buque ARM Sayulita, con nueve gallardetes en sus drizas y la Bandera de México ondeando en lo alto de su mástil, arribó al puerto de Pichilingue después de una expedición de 15 días en la que un equipo multidisciplinario de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) hizo varias pruebas en el golfo de Ulloa, en La Paz, Baja California Sur, para estudiar el hábitat de la tortuga caretta, coloquialmente conocida como caguama, especie en peligro de extinción.
EL UNIVERSAL navegó en una patrulla interceptora con oficiales de la Semar hasta el buque de investigación, en donde documentó parte de las labores coordinadas por los tres órdenes de gobierno en el área de refugio marino, a casi 40 kilómetros de la costa.
“El objetivo principal fue la caracterización tanto física, química y de variables biológicas del hábitat de esta tortuga (…) monitoreamos y extrajimos muestras.
“Ya con el debido proceso de gabinete y laboratorio nos van a arrojar los resultados de los diferentes rubros”, comentó la bióloga de la Semar, Cynthia Martínez, teniente de Corbeta de servicio al medio ambiente marino de la estación de investigación oceanográfica de Ensenada, quien añadió que los resultados estarán listos en algunos meses.
La tortuga caguama, que emigra desde Japón, se concentra en aguas mexicanas para alimentarse hasta alcanzar una talla juvenil, pero ahora enfrenta a una serie de obstáculos que ponen en riesgo su supervivencia. Es por eso que, con el objetivo de identificar y delimitar zonas de protección adecuadas para preservar esa especie, un grupo científico de la Semar, en colaboración con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), y de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca), así como investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y la sociedad civil, se internó en las aguas del noroccidente del litoral del Pacífico.
En este primero de tres cruceros se busca, a través de estudios y reconocimientos oceanográficos, conocer y entender para después mejorar el hábitat de esa y otras especies que ahí se desarrollan, detallaron los especialistas.
Tras dos semanas de trabajos en el mar de la zona económica exclusiva de México, los expertos señalaron que tan sólo un grado de variación de la temperatura durante el recorrido que las tortugas hacen puede provocarles aletargamiento y dejarlas susceptibles de morir. Por ello, subrayaron la importancia del análisis de los cambios y condiciones de su hábitat.
“Es una tortuga que viene de Japón, allá es su zona de anidación, el papel que desempeña en las costas de México es de alimentación y crecimiento (…) fue un crucero multidisciplinario en donde se tomaron características del ambiente para conocer el hábitat, y si es que hay algún inconveniente, saber cómo regularlo”, explicó Mildred Alpízar, miembro del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Sinaloa del IPN.
La estrategia busca asegurar la protección de la tortuga caguama, analizando los cambios y condiciones de su hábitat como factor clave para su supervivencia, en riesgo por factores que se derivan desde la pesca incidental, la edad de los ejemplares, enfermedades y depredación natural hasta condiciones ambientales adversas. Este crucero “es parte fundamental de la estrategia integral del gobierno federal para revertir la certificación negativa impuesta por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica [de Estados Unidos] el 31 de agosto de 2023”, informó la Secretaría de Marina.