Al Senado de la República “le falta mucha voluntad política y voluntad del corazón” para reconocer y atender la crisis de desapariciones en México, reclamaron madres buscadoras de todo el país que clausuraron de manera simbólica el recinto para protestar por las agresiones verbales que ha hecho el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña.
A gritos, exigieron al legislador una disculpa por las declaraciones en las que aseguró que en México las desapariciones forzadas no existen, no son sistemáticas y son pocas, tras subrayar que el morenista carece de la experiencia política necesaria, así como en el tema, para emitir una opinión informada.
“Noroña se la pasa revictimizando a las familias... No estamos enojadas, estamos encabronadas y lo que le sigue, por eso este señor tiene que salir a dar una disculpa pública a las más de 120 mil familias buscadoras.
“¿Cuántas y cuántas personas han sido desaparecidas directamente por el Estado? ¿Cuántas madres y padres han sido testigos de administraciones que les han prometido que buscarán sus militares, su Guardia Nacional, sus federales, sus policías, y no los buscan?”, cuestionó Jacqueline Palmeros, del colectivo Una Luz en el Camino.
Las rastreadoras pegaron un sello de clausura frente a la Puerta 3 de la Cámara Alta en la calle Madrid. Junto a él, colocaron cientos de fichas de búsqueda con las identidades de los familiares que buscan o que encontraron en fosas clandestinas.
“Les falta mucha voluntad para atender a las víctimas. Mucha voluntad política y voluntad del corazón. Nosotros no tenemos colores, nosotros no tenemos inclinaciones políticas, no somos de la derecha o gente que se opone a ellos”, dijo la buscadora guanajuatense María del Tránsito a EL UNIVERSAL.
En el asfalto, los colectivos pintaron la frase “Negar y ocultar es desaparecer +127,000” con el objetivo de insistir, como lo hicieron durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, en que las instituciones del Estado “desaparecen desaparecidos” con el borrado de cifras en censos y la negación de la crisis.
María Salvadora Coronado Navarro, quien busca a su esposo Mauricio Aguilar, desaparecido el 27 de mayo de 2011 en Veracruz, agradeció que Naciones Unidas al fin vea la problemática e intervenga de manera firme. Sobre las declaraciones de Fernández Noroña, afirmó:
“Ese señor es un patán, un ignorante, que está ocupando un cargo que le queda muy grande, que es un inútil, que ni siquiera toma en serio el papel, y, más allá de eso, nos falta al respeto, nos insulta con sus declaraciones tontas, y pues lo invito a que realmente vaya a una búsqueda, que realmente haga el trabajo que las madres hacen”.
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Mientras, Cristina Hernández Vega, quien busca a Jesús Alberto Rodríguez, lamentó los dichos del legislador, pues asegura que su hijo fue víctima de desaparición forzada el 25 de enero de 2019 en Sonora.
“Fue llevado por autoridades y hasta la fecha no sé nada de él. Noroña es un indolente”, expresó.
Elementos de seguridad del Senado impidieron el intento de ingreso a la sede de la Cámara Alta de madres y padres buscadores que llegaron para sumarse al movimiento.
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Yoltzi Martínez, buscadora de Guerrero, intentó salir del área antes del final de la protesta, pero un grupo de seguridad del Senado la encapsuló para impedirle el paso. La mujer quedó aprisionada entre cuerpos y las rejas de protección del recinto, y fue liberada hasta que otras madres buscadoras exigieron que la soltaran.
“Este trato es el reflejo de lo que se hace adentro del Senado, es la misma violencia, es el mismo odio y desprecio con el que nos tratan a las buscadoras. ¿Por qué nos odia, senador [Fernández Noroña]?”, cuestionó.
En punto del mediodía, las rastreadoras partieron al encuentro con la titular de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Para las dos de la tarde, el lugar quedó vacío; entonces, trabajadores de limpieza del Senado arrancaron los letreros de consignas, las fichas de identidades de los desaparecidos y una cuadrilla se concentró en despintar la frase escrita en el suelo.